Mikhail
Tahl, el genio del ajedrez
(
Autor : Javier Cordero Fernández -
© Ajedrez de ataque
)
En
este artículo, el primero de la que espero sea una larga
lista, voy a tratar la figura del ajedrecista que más me
ha impresionado durante estos años de buceo a través de
la historia del ajedrez, tal vez el mayor
talento que ha movido las piezas sobre un tablero de 64
casillas. Por su estilo de juego, repleto de golpes
tácticos que se asemejan a pases mágicos, y por su
entrañable personalidad, siempre mostrándose humilde y
con un gran sentido del humor, se ha ganado el cariño
unánime de los aficionados al ajedrez de todo el planeta.
Mikhail
Tahl nació el 9 de Noviembre de 1936, en Riga (Letonia),
falleció el 28 de Junio de 1992, en Moscú (Rusia). Los
apodos que le pusieron a lo largo de su vida nos muestran
los derroteros por los que van a discurrir los siguientes
párrafos: "Mago de Riga", "La llama",
"el pirata de Riga"... no dejan lugar a la duda sobre cual era su estilo de juego.
Su
padre fue el encargado de enseñarle a jugar al ajedrez
cuando Misha había cumplido los 10 años. En su
primera partida se enfrentó a su primo... y perdió de
forma rápida, tal y como le ha ocurrido a otros muchos
principiantes: 1.e4 e5 2.Ac4 Ac5 3.Dh5 Ca6 4.Dxf7++.
A pesar de la derrota, el virus del ajedrez se extendió
por todo su cuerpo y se convirtió en la gran pasión de
su vida. Mikhail
fue un niño prodigio, algo que confirmó en cuanto comenzó
a acudir a la escuela, destacando sobre todo en matemáticas.
Para conocer la infancia de Tahl he preparado un artículo
aparte, sólo conociendo sus inicios comprenderemos el
jugador genial que se forjó más adelante:
Una
vez conocidos los primeros escarceos de Tahl dentro del
ajedrez, podemos calificar su ascensión dentro de este
deporte como meteórica. Con 17 años se proclamó
campeón de Letonia y ese mismo año obtuvo el título
de Maestro de la URSS tras vencer en un match a Vladimir Saigin
(campeón de Bielorrusia). Pero estos primeros pasos no
son más que un simple gateo en comparación con lo que consiguió
en 1957: logró vencer en el campeonato absoluto de la
URSS, el título más codiciado por los
jugadores de la antigua unión de repúblicas, sólo
superado en prestigio por el campeonato del mundo. Como es
lógico, Tahl no entraba dentro de las quinielas iniciales
debido a su juventud, pero logró comandar el torneo desde
su inicio y terminó logrando el triunfo en un final de infarto. A la última
ronda se llegó con Tahl, Tolush y Bronstein empatados en
cabeza, y el azar quiso que los dos primeros se
enfrentasen. La partida fue espectacular, una muestra del
talento y la magia de Tahl que logró imponerse en una
batalla sensacional y consiguió, de ese modo, alzarse con
el campeonato en solitario tras las tablas de Bronstein
con Kholmov: (Ver
partida).
Sólo
un año después logró su primer triunfo en un torneo
internacional y no pudo ser más sonado, ya que finalizó
primero en el Interzonal de
Portoroz (por delante de Petrosian, Fischer, Larsen,
Gligoric...). Todo estaba ocurriendo muy deprisa, Tahl no
sólo deslumbraba por su juego y juventud, los resultados
también le estaban acompañando y su reputación crecía
de forma trepidante... y el ascenso pareció no conocer
límites cuando venció de forma contundente en el Torneo
de candidatos de 1959, pasando por encima de rivales como
Fischer, Smyslov, Keres o Petrosian. Su actuación fue más que convincente, ya que
jugó varias partidas realmente espectaculares, como sus victorias ante
Smyslov. Podéis ver la tabla de resultados en el
siguiente enlace (Belgrado
1959).
Tahl se había ganado el derecho a encarar el siguiente
escalón, en este caso un auténtico muro: el trono del
gran patriarca soviético, Mikhail Botvinnik.
Llegó
la primavera de 1960 y la belleza inundó la naturaleza...
y decidió seguir su expansión hasta llegar a un tablero
de ajedrez: el destinado a la batalla por la corona
mundial. La expectación que se generó alrededor del
encuentro fue enorme, en el aire se apreciaba el aroma de
las grandes ocasiones y a nadie escapaba la percepción de
estar ante el posible nacimiento de una nueva leyenda del ajedrez. Tahl contaba con su
talento y con una sólida preparación pre-match; junto a
sus entrenadores había estudiado concienzudamente la
apertura favorita de Botvinnik, lo que sorprendió al
campeón y se tradujo en una ventaja de 3 puntos tras la 7ª
partida. Pero Botvinnik volvió a mostrar su lado más
combativo y consiguió, gracias a
su tenacidad, equilibrar el marcador tras pelear por cada
milímetro de tablero. Curiosamente, la tendencia del
match volvió
a cambiar en ese momento y esta vez lo hizo de forma definitiva. Tahl
consiguió imponerse en varias partidas donde se dieron posiciones complicadas,
mostrándose muy superior cuando los recursos tácticos hicieron
acto de presencia en el tablero. Otro factor inesperado ayudó a decantar
la lucha: los apuros de tiempo de Botvinnik, que cayó
varias veces en zeitnot al verse totalmente superado por
la velocidad de juego de su rival. Al final Tahl obtuvo el
triunfo de forma holgada y se convirtió en
el campeón del mundo más joven de la historia, récord
batido por Kasparov décadas después. En esta
ocasión la belleza se impuso al pragmatismo, en una lucha
que lleva librándose durante siglos y que seguirá
estando presente en enfrentamientos venideros en el mundo
del ajedrez. (Ver
tabla).
Botvinnik tenía derecho a un match de revancha si era
derrotado e hizo valer su privilegio al año siguiente. El
ex-campeón se preparó con gran intensidad para recuperar
su corona perdida, analizó el match anterior y pulió sus
principales defectos. Un año antes, Botvinnik se vio
sorprendido por el ímpetu y la energía de Tahl, pero esta
vez estaba sobre aviso. En esta ocasión Tahl se mostró
inferior a Botvinnik y así lo reconoció, a pesar de
insistir en haberse preparado igual
o mejor que en el primer match. Hay que mencionar que
Misha empezó a tener
sus primeros problemas de salud durante este encuentro,
algo que perjudicó notablemente su juego. El letón no
juzgó este hecho como determinante y asumió su derrota
con total deportividad. (Ver
tabla).
Algunos
periodistas mostraron una inquietante opinión respecto a la
enfermedad de Tahl, la cual ha salido a la luz con el paso
de los años tras la caída de la URSS: se especuló con
un posible envenenamiento por parte del servicio secreto
soviético con la intención de debilitar a Tahl y que
Botvinnik, gran protegido del Politburó, recuperase su
corona de campeón del mundo. Tahl nunca se pronunció al
respecto, por lo que esas acusaciones son imposibles de probar.
Tras
coronar la escarpada cima del ajedrez, en la que apenas
permaneció un año, Tahl realizó un rápido descenso y
nunca volvió a disputar un match por la corona
mundial. En alguna ocasión estuvo a punto de confirmar su
regreso, aunque la
fatalidad siempre se cruzó en su camino y no pudo
refrendar su espectacular juego con los resultados
apropiados. Su primer intento tuvo lugar en el Torneo de
Candidatos de Curaçao, en 1962, Tahl llegó en gran
forma y era considerado el principal favorito. Pero su
salud le jugó una mala pasada y volvió a sufrir fuertes ataques
renales en plena competición, lo que le
impidió rendir con normalidad (cuando se llegaba a las 4
horas de juego, se venía abajo físicamente y cometía
graves errores). Su salud empeoró de tal modo que no
pudo disputar la 4ª y última vuelta del torneo, tras ser convencido por sus
rivales que veían como empeoraba ante sus propios ojos.
Con
el paso de los años su salud nunca llegó a mejorar y los problemas persistieron
durante toda su carrera, algo que sin duda influyó negativamente
en sus resultados (como él mismo reconoció en varias
ocasiones). A pesar de tantas dificultades, siguió
jugando grandes partidas, dejándonos un amplio legado de
creatividad que sólo finalizó con su fallecimiento.
En
1965 volvió a estar muy cerca de poder jugar la final del
campeonato del mundo. Realizó un buen Interzonal y logró
alcanzar la final del torneo de candidatos tras eliminar
a Portisch y a Larsen. Allí se encontró con Spassky, que
se encontraba en el mejor momento de su carrera y resultó un escollo infranqueable;
el resultado final fue de 7-4, con 3 victorias de Spassky
en las últimas partidas. En 1968 consiguió acceder de
nuevo al ciclo de candidatos y pudo llegar
hasta las semifinales, pero en esta ocasión fue derrotado
por Viktor Korchnoi. En 1979, cuando su nombre no
aparecía en ningún pronóstico,
obtuvo el triunfo en el Interzonal de Leningrado, pero
tampoco logró ascender en el torneo de candidatos al ser
eliminado en cuartos de final por Lev Polugaevsky. Su último
intento de recuperar la corona mundial (24 años después) data
del año 1985, tras jugar a un gran nivel en el Interzonal,
se clasificó para el torneo de candidatos de Montpellier.
La FIDE había decidido volver a la modalidad de torneo 'todos
contra todos' y Tahl volvió a realizar una nueva gesta al
finalizar en 4º lugar a sólo medio punto del vencedor.
Sin duda un largo camino, siempre sobrevolando la cima y rindiendo al máximo nivel durante más
de 3 décadas.
La mayoría de maestros limitaban sus apariciones a unos
pocos torneos al año, trabajando
duro en un buen
repertorio de aperturas, junto a sus preparadores y en el
calor de sus hogares. Tahl hacía
justo lo contrario: prefería cimentar su preparación
jugando el mayor número de partidas posible (con un mínimo
de100 al año), por lo que acudía a numerosos torneos en
cualquier rincón del planeta. Analizando fríamente su
trayectoria, se puede concluir que estuvo marcada por la
irregularidad, que a su vez estuvo condicionada por sus
constantes problemas de salud. Tuvo años
donde ganaba torneos importantes y nadie conseguía
vencerle (como 1973 ó 1974), y años donde iba de
hospital en hospital, sin conseguir apenas algún resultado
positivo. Resulta complicado poder juzgar sus resultados,
ya que, por desgracia, factores externos
lastraron su rendimiento con frecuencia.
Los ataques renales que sufría
resultaban tan problemáticos porque eran aleatorios y no
se podían prevenir, apareciendo en
cualquier momento, muchas veces en plena competición.
Tras uno se esos ataques su estado físico se deterioraba
y su juego empeoraba a la misma velocidad que su salud,
episodio que solía terminar en el hospital. A
pesar de tanto sufrimiento, Tahl nunca se desanimó y
siguió participando en un gran número de torneos.
En
1969 los médicos optaron por extirparle el riñón
enfermo, algo que Mikhail debió de permitir años atrás.
En esos días surgió el rumor de que Tahl no había
podido superar la operación y había fallecido. Incluso
en la prensa de Yugoslavia, país donde era muy querido,
apareció su esquela, para desolación de la comunidad
ajedrecista. Pero nada más lejos de la realidad, un mes
después de la operación Tahl volvió a la competición
en el torneo de Tbilisi ganando el primer premio. En este
torneo Tahl realizó un maravilloso sacrificio de dama en
su partida con Suetin que le condujo a una rápida
victoria, al levantarse de la mesa comentó con su
habitual humor: "No está nada mal para un
difunto...". Disfruten de esa combinación, una de
las bellas de la historia, realizada desde 'el más allá':
(Tahl
- Suetin).
Pero
Tahl no es recordado por sus buenos resultados, ni
siquiera por ser campeón del mundo, lo que ha dejado un recuerdo
imborrable en el aficionado al ajedrez es su
estilo creativo y sus partidas llenas de golpes tácticos.
Si en sus partidas no había dificultades, las buscaba con
sorprendentes sacrificios que revolvían todas las piezas
por el tablero, era entonces cuando se encontraba cómodo,
mientras a su rival le iba invadiendo el pánico. Él
mismo definió su concepción del juego de forma curiosa: “Debes
llevar a tu oponente hacia un profundo y oscuro bosque
donde 2+2 sean 5 y el camino que conduzca a la salida sea
lo suficientemente estrecho para que solamente pueda pasar
uno”.
En los torneos mostró su preferencia por agradar al público,
buscando catapultar al ajedrez a la categoría de arte a
través de sus jugadas. Tahl disfrutaba cuando la sala de
juego estaba abarrotada y no le molestaba el barullo de los espectadores celebrando las jugadas. Otros
jugadores, como Bobby Fischer, no consentían el menor
ruido en la sala y pedían el desalojo cuando se sentían
molestados.
Como buen jugador de ataque, despreciaba la teoría de
aperturas, aunque sabía que si quería optar a los
primeros puestos debía prepararse de forma sólida,
aunque lo hiciese a disgusto: "La apertura es un programa
obligatorio que debo desarrollar a la fuerza".
En sus
sacrificios de pieza había algo de psicología y una gran
profundidad de cálculo de variantes, como el mismo solía
reconocer con orgullo: "¡Yo también pertenezco al
'sindicato de calculadores'!". Su
biógrafo, Y. Damsky, definió de una forma maravillosa su
estilo de juego: "cuando Tahl consigue ser Tahl, en
el tablero se desencadenaban ciclones y huracanes".
La fantasía estaba presente en cada partida que disputaba y esto le ha permitido perdurar en el tiempo,
aprovechando un privilegio reservado a todo ajedrecista:
ser recordado por las generaciones futuras a través de
sus partidas.
Pero
Tahl también tuvo muchos críticos que argumentaban que sus
sacrificios eran meros golpes de efecto, opinando que esa no era
una
forma sensata de jugar al ajedrez. Sus entrenadores
trataban de frenarle antes de los torneos, tal vez velando
por la salud de sus corazones, pidiéndole que
jugase de forma más reposada. Pero cuando Mikhail se sentaba ante el
tablero siempre elegía la variante más arriesgada,
atraído irrefrenablemente por explorar los caminos más
complicados. Gracias a
este estilo, sus partidas obtuvieron premios de belleza en
múltiples torneos. Podéis consultar una selección de
sus partidas en: (Tahl
combinando).
Tahl también tenía su maldición particular: casi
siempre perdía en la primera ronda de los torneos. Aunque
era algo a lo que no daba demasiada importancia e incluso
se tomaba con humor. Otro dato curioso es que jugaba
peor por las mañanas que por las tardes, esto era debido
a que le costaba un gran esfuerzo despertarse y su cerebro tardaba
mucho en empezar a funcionar... algo fatal si estás jugando
al ajedrez.
Incluso tuvo su propia bestia
negra: el jugador
soviético Rashid Nezmetdinov, que le derrotó en casi
todos sus enfrentamientos. Nezhmetdinov era un gran
jugador de ataque y tal vez por eso a Tahl se le atragantó
partida tras partida. Un artista rivalizando con otro
artista... ya se sabe, en casa del herrero, cuchillo de
palo.
Tahl
no sólo triunfó dentro del tablero, fuera de él mantuvo
excelentes relaciones con sus rivales, siempre gracias a su eterno buen
humor y amabilidad. Es
extraño encontrar a un campeón del mundo con un carácter
similar, generalmente cuando se llega a la cumbre el
jugador tiende a aislarse del resto de sus semejantes y
rodearse de un halo de superioridad. A lo largo de su
carrera protagonizó multitud de anécdotas, muchas de
ellas con un fino humor irónico como protagonista, aunque
la que vamos a tratar a continuación muestra su lado más
humano: durante una partida, Tahl se dio cuenta de que el
reloj de su rival estaba estropeado, algo en lo que nadie
más había reparado. Pasado un rato a su contrincante se le acabó
el tiempo debido a la avería del reloj, Tahl hizo caso omiso y siguió jugando sin reclamar la
victoria por caída de bandera... cuando se disfruta
jugando, lo demás no importa.
En
1992 aun se mantenía en activo e incluso iba a participar
en la Olimpiada de Manila representando a Letonia (que
había obtenido su independencia sólo un año antes),
pero tuvo que ser ingresado de urgencia para ser sometido
a una nueva operación quirúrgica. No llegó a participar
en la Olimpiada. Tras ir empeorando progresivamente, no
superó el postoperatorio y falleció el 28 de Junio. La
noticia conmocionó al mundo del ajedrez y propagó la
tristeza entre los aficionados, que no daban crédito a la
desaparición del jugador más mágico que había pasado
por un tablero de ajedrez. He escrito sobre esos últimos días
en un artículo que publiqué cuando se cumplieron 20
años de su fallecimiento: 20
años sin Mikhail Tahl.
La
aportación de Tahl al mundo del ajedrez no se limitó a
sus partidas: escribía
artículos
para revistas de ajedrez y periódicos, fue comentarista
para televisión y radio en muchos torneos y escribió
varios libros (muy recomendables son su autobiografía "Al ataque"
y "Práctica de ajedrez magistral", en el que
cuenta sus vivencias durante el match que le enfrentó a
Botvinnik en 1960).
Como
ya he comentado, su carrera estuvo salpicada de divertidas
situaciones. Su carácter amable, sus ganas de divertirse
y su agresiva forma de jugar le llevaron a protagonizar
numerosas anécdotas. Veamos algunas de las más famosas:
Anécdota
del hipopótamo
Benkö
le acusó de hipnotizarle en sus partidas
...
sólo me fijo en el Rey enemigo
Otras
anécdotas de Tahl
Mikhail
nos dejó records increíbles a lo largo de su dilatada
carrera, algunos de ellos difíciles de batir:
-
En las Olimpiadas tuvo unos números insuperables: 59
victorias, 32 tablas y sólo 2 derrotas, lo que da el
mejor porcentaje de puntos logrados por un jugador en esta
competición a lo largo de la historia. Tuvo un promedio
del 81'2 %, en esta clasificación le siguen otros dos
grandes jugadores: Anatoly Karpov 80'1 % y Tigran
Petrosian 79'8 %. En el siguiente enlace pueden ver sus
sensacionales actuaciones en la Olimpiada: Tahl
en las Olimpiadas.
-
Logró encadenar 93 partidas seguidas sin perder, desde
Octubre de 1973 hasta Octubre de 1974.
-
Es el jugador que más victorias logró en el Campeonato de la
Unión Soviética, empatado con Botvinnik, aunque es un
dato difícil de comprobar. Dicho campeonato puede ser
considerado como el torneo
más fuerte que se ha disputado en el mundo del ajedrez,
ya que el número de grandes jugadores soviéticos no
conocía límites.
-
En 1988 ganó el primer Campeonato del Mundo de ajedrez
blitz. Este dato no puede causar sorpresa, Tahl era un
gran aficionado al ajedrez relámpago y lo jugaba a
diario, siempre después de cada sesión de entrenamiento
y en ocasiones hasta altas horas de la madrugada. En esta
modalidad no conoció rival, incluso jugaba
partidas amistosas contra otros maestros en las que
comenzaba con menos tiempo en su
reloj, siendo derrotado en escasas ocasiones. Su rapidez de pensamiento era
asombrosa, capaz de descubrir las jugadas más complicadas
con un simple golpe de vista, lo que hizo que en toda su carrera sólo viera caer
la bandera de su reloj en una ocasión. En el campeonato
participaron Karpov y Kasparov, pero nada pudieron hacer
ante la rapidez del Mago
de Riga. Podéis ver la tabla del Campeonato en: (I
Campeonato del Mundo blitz).
En 1995 en la ciudad de Riga se disputó un torneo en su memoria, al
que acudieron los mejores jugadores del momento para
rendir un justo homenaje al ex-campeón del mundo. El
torneo fue ganado por Kasparov. Podéis ver los resultados
completos de este torneo en: (Riga
1995). Desde el año 2006 se organiza otro torneo en su menoría en Moscú, en el que siempre se
busca que acudan los mejores del mundo. Éste no parece un
modo demasiado lógico de rendir homenaje a la
creatividad de Tahl, ya que los organizadores dan
prioridad al Elo de los jugadores y no a su estilo de
juego, invitando a jugadores posicionales. Tal vez sería
más lógico invitar a jugadores tácticos contrastados y
buscar un juego más acorde al carácter del homenajeado.
Éste es el lustroso palmarés de
dicho torneo: Memorial
Tahl.
Las estadísticas de Tahl son: 1263 victorias, 1321
tablas y 331 derrotas; con un promedio de 65'3 % (el
promedio se saca de sumar victorias y tablas, y dividirlo
por las partidas totales).
El público del Siglo XXI todavía recuerda al letón con
mucho cariño, los lectores de 'Ajedrez de ataque' así lo
han demostrado al elegirle como el
mejor jugador de ataque de la historia. Tahl encabeza la
encuesta con claridad, seguido a mucha distancia por otros
dos genios del tablero: Bobby Fischer y Paul Morphy. (Ver
Encuesta).
Javier
Cordero Fernández
(16 Marzo
2004, varias veces actualizado)
BIBLIOGRAFÍA
"Al
Ataque, autobiografía de Mikhail Tahl" -
Y. Damsky y Mikhail Tahl
"Mijail
Tahl" -
Dimitrije Bjelica
"Magia
en el tablero" -
Mikhail Tahl
"Siluetas
del ajedrez ruso" -
Gennadi Sosonko
"Mis
geniales predecesores II" - Gary
Kasparov
"Tratado
de ajedrez superior" -
Yakov Estrin
"Larousse
del ajedrez"
|