
El
Ave Fénix que regresó de la muerte

Tahl,
Mikhail - Suetin, Alexey
Memorial
Goglidze, Tbilisi 1969
1.e4 c5
2.Cf3 e6 3.d4 cxd4 4.Cxd4 a6 5.Ad3 Ce7 6.Cc3 Cbc6 7.Cb3
Cg6 8.0–0 b5 9.Ae3 d6 10.f4 Ae7 11.Dh5 Af6 12.Tad1
Axc3 13.bxc3 Dc7 14.Td2 Cce7 15.Cd4 Ad7 16.f5 exf5
17.exf5 Ce5 18.Ce6 Axe6 19.fxe6 g6 20.Dxe5 dxe5 21.exf7+
1–0

Después
de 19...g6

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Esta partida tiene una curiosa historia detrás. De
todos es conocido que Tahl tuvo graves problemas de
salud, de hecho llegaron a serlo tanto que se tuvo que
someter a una operación para extirparle un riñón. Las
noticias sobre la operación fueron confusas y en un
periódico yugoslavo se publicó la noticia de su
muerte. La consternación en el mundo del ajedrez fue
terrible, Tahl era el jugador más querido por el público
y la noticia llenó de tristeza los tableros de todo el
planeta... pero el mago se convirtió en Ave Fénix y
regresó de entre los muertos para alivio de muchos.
Un mes después de la operación, Tahl reapareció en un
torneo en Tbilisi y allí disputó esta maravillosa
partida. El sacrificio de dama que ideó es original y sólo
propio de una mente brillante, sin duda debe ser
catalogado entre las jugadas más espectaculares de la
historia. Tras la partida, demostrando su afilado
sentido del humor, comentó: "No está nada mal
para un difunto". Esta es la historia del
jugador que se convirtió en un pájaro muy especial: el
ave fénix que renace de sus cenizas. |
Mikhail Tahl fue un personaje peculiar. A pesar de sus
graves problemas renales siempre llevó una vida llena
de excesos: fumador empedernido, bebedor y persona de hábitos
nocturnos, su salud le preocupaba más bien poco y
decidió vivir la vida a toda velocidad, como si alguien
le persiguiera. Su filosofía era vivir cada día como
si fuese el último y siempre disfrutando de las cosas
que más le gustaban. Una filosofía más que
respetable, ¿cuantas personas se dan cuenta en su lecho
de muerte de que no han vivido?.
Pero Tahl era un jugador trabajador, que sus excesos no
os hagan creer lo contrario. Todos sus entrenadores
coincidían en que se preparaba de forma dura, aunque
luego llevase una vida no muy acorde con un deportista.
Tahl dormía poco, solía pasarse las noches jugando
partidas blitz mientras las colillas se iban acumulando
en el cenicero. Podemos decir que vivía a su ritmo, la
siguiente anécdota refleja a la perfección este hecho:
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En
cierta ocasión Gennadi Sosonko, que fue su ayudante
durante un tiempo, recomendó a Tahl que leyese un
libro que había conocido recientemente. Tras una
agotadora sesión de entrenamiento que había
finalizado casi de madrugada, Sosonko decidió irse
a dormir porque el cansancio estaba haciendo mella.
Al despertarse al día siguiente se sorprendió al
ver una nube de humo que provenía del salón, al
entrar vio a Tahl con un cigarrillo en una mano y el
libro en la otra, a su lado una montaña de colillas
apagadas. Misha había leído el libro que Sosonko
le había recomendado al completo y lo había hecho
en sólo una noche. Ese día Tahl no durmió, algo
que ocurrió en muchos otros días de su vida. Así
era el genio, un hombre que quería disfrutar de la
vida... y vaya si lo hizo.
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