20
años sin Mikhail Tahl
( Autor : Javier
Cordero Fernández -
© Ajedrez de ataque
)
El 28 de Junio de 1992 nos dejaba Mikhail Tahl, ese
día el ajedrez perdió gran parte de la magia que le
quedaba y que difícilmente podrá recuperar. Sólo dos meses
antes Tahl había participado en un torneo en Barcelona,
donde siguió dando muestras de su inagotable clase: Tahl
- Lautier.
Tahl se fue de este mundo con sólo 56 años, demasiado pronto, aunque vivió cada minuto con
intensidad y disfrutando la vida a su manera, sin
importar los caminos marcados por la sociedad.
Mikhail Tahl fue un jugador especial dentro y fuera del
tablero. Amaba profundamente el ajedrez,
al que se dedicaba con entrega y deleite. Disfrutó de
su profesión como pocos lo han hecho, algo que se
podía apreciar en cada torneo; solía ser el primero en
llegar a la sala de juego y mientras disputaba una
partida paseaba entre
las mesas curioseando el resto de partidas, como si no
fuese suficiente con la que estaba jugando. Incluso
aparecía por la sala de juego en los días reservados
para las partidas aplazadas, aunque no tuviese que
jugar. En el recuerdo de todos los aficionados están
las partidas blitz que disputaba entre ronda y ronda,
siempre jugando con un sólo minuto de tiempo contra 5
del rival... y casi siempre ganaba, valga como ejemplo lo
ocurrido en un
descanso de la Olimpiada de 1960, donde derrotó a
Fishcer por 4-1 (el norteamericano se levantó de la mesa totalmente
irritado), repitiendo la 'hazaña' ante Najdorf jugando con las condiciones antes mencionadas: 1 minuto
contra 5, realmente increíble.
Su manera de jugar, siempre creando tempestades en el
tablero, le convirtió en el favorito del
público. Los aficionados le paraban por la calle, si
acudía a algún lugar público era agasajado; incluso
cuando el triunfo no le sonreía era el jugador más
reclamado. Su accesibilidad de cara al aficionado
contribuyó en gran medida al engrandecimiento de su
fama, pero su combatividad y ganas constantes de agradar fueron
las bases sobre las que se forjó su leyenda.
Su estilo de juego único le ha servido para tener una
amplia parcela reservada en el Olimpo de los más grandes
del ajedrez. No se parecía a un jugador del pasado,
ni nadie ha conseguido imitarle después. Su forma de
jugar escapaba a la lógica y sólo cobraba sentido
dentro de su mente, con jugadas que dinamitaban las
posiciones convirtiéndolas en un caos donde resultaba
imposible
orientarse. Su legado de partidas es enorme, todo un
tesoro para el arte del ajedrez táctico. Por todo ello,
merece que le recordemos 20 años después y lamentemos su
temprana desaparición.
El final de la historia del 'Mago de Riga' fue muy triste. Tahl iba a participar en la
Olimpiada de Manila con la selección de Letonia, que
sólo un año antes había obtenido la independencia,
pero repentinamente tuvo que ser ingresado y fue
sometido a una nueva operación quirúrgica de riñón, lo que hizo
que su estado empeorase. No participó en la Olimpiada.
Sus problemas de riñón, que empezaron en su juventud,
no eran compatibles con su estilo de vida; los médicos
llevaban mucho tiempo avisándole: "Si sigue
desgastándose a si mismo de un modo tan brutal, si
sigue tomando alcohol, tiene los días contados".
Pero Tahl entendía la vida a su manera y opinaba que
vivir entre prohibiciones no era vivir, por lo que siguió con su
forma de comportarse 'poco adecuada', fumando, bebiendo y
pasando noches enteras en vela entre el ajedrez y la
literatura (su otra gran pasión).
Misha falleció en un hospital de Moscú. En la mesa de
su habitación del hospital se podían ver las partidas de la
Olimpiada de Manila, varias revistas y libros de ajedrez
y un tablero con sus piezas... el ajedrez siempre a su
lado, hasta el ultimo suspiro. Al hospital acudieron
cientos de aficionados que ansiaban que la noticia
propagada fuese
falsa, tal como había ocurrido
en el pasado, pero
esta vez el rumor era cierto y sólo quedaron las
lágrimas. Nunca
la muerte de un ajedrecista entristeció a tantas
personas. Tahl fue enterrado en Riga, su querida ciudad
natal, ante miles de aficionados que quisieron
despedirle y rendirle homenaje. El entrenador de Tahl durante toda su carrera, Alexander
Koblenz, 20 años mayor que él, lloró sin consuelo
durante el entierro... un año después también
fallecería. Pero un ajedrecista nunca nos deja del
todo, sus partidas siempre nos acompañarán y estarán
presentes para recordarnos su talento... y en el caso de
Misha Tahl son muchas y maravillosas:
Javier
Cordero Fernández
(28
Junio 2012)
Tahl
- Valiev, Kharkov 1953
Tahl
- Teschner, Viena 1957
Tahl
- Golombek, Munich 1958
Tahl
- Smyslov, Bled 1959
Tahl
- Levin - Poti 1970
Tahl
- Rantanen, Tallinn 1979 |
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