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Un guerrero en la cima del ajedrez

Soldado antiguo sobre una roca en la cima de una montaña.

Tahl, Mikhail - Smyslov, Vassily

Torneo candidatos, Bled 1959

1.e4 c5 2.Cf3 d6 3.d4 cxd4 4.Cxd4 Cf6 5.Cc3 e6 6.Ae2 a6 7.0–0 Cbd7 8.f4 b5 9.Af3 Ab7 10.a3 Dc7 11.De1 Ae7 12.Rh1 Tb8 13.b3 0–0 14.Ab2 Tfe8 15.Dg3 Af8 16.Tae1 e5 17.Cf5 Rh8 18.Dh4 exf4 19.Dxf4 Ce5 20.Te3 g6 21.Ch6 Ag7 22.Cd5 Cxd5 23.exd5 f6 24.Ae4 g5 25.Df5 Axh6 26.Dxf6+ Ag7 27.Df5 Cg6 28.Th3 Axb2 29.Dxg6 Te7 30.Th6 Tg8 31.Df5 Ac8 32.Df3 g4 33.Dd3 Ae5 34.c4 bxc4 35.bxc4 Teg7 36.c5 dxc5 37.d6 Da7 38.Ad5 Td8 39.De4 Ad4 40.Df4 Tgd7 41.Tf6 1–0

       

Después de 23...f6                    Después de 40...Tdg7

 

           En 1959 Tahl estaba en el momento de mayor esplendor de su carrera. Había triunfado de forma brillante en el Interzonal y estaba repitiendo actuación en el torneo de candidatos. Un año después alcanzaría la complicada y escarpada cima del ajedrez al derrotar a Botvinnik y convertirse en CAMPEÓN DEL MUNDO. En Yugoslavia dio una muestra de su desbordante talento jugando partidas inolvidables, Smyslov fue inmortalizado en dos ocasiones (fue un torneo a cuádruple vuelta): la que pueden ver un poco más arriba y la correspondiente a la segunda vuelta.

          Tahl entregó una pieza pronto, muy a su estilo, sin un objetivo concreto. Tras el sacrificio todos los ojos se dirigieron a la partida, muchos opinaban que las blancas estaban perdidas porque el sacrificio no conducía a nada... pero Tahl tenía la iniciativa y eso solía ser sinónimo de miedo en los ojos de su rival. Misha no aflojó el ritmo en ningún momento y la gran sorpresa llegó cuando dejó una torre al alcance del rival en la jugada 41. Smyslov se quedó pensativo y rápidamente se dio cuenta de que no tenía escapatoria posible, por lo que abandonó. El público empezó a aplaudir y a gritar "¡Misha, Misha!". Cuando el ruido se calmó, todavía se oyó un comentario en voz baja: "Sólo Tahl es capaz de hacer eso".

           Y es que esa entrega de caballo lleva el 'sello Tahl'. Una maniobra de este tipo es impensable hoy en día, el juego de los profesionales está demasiado influenciado por los programas, lo que supone un fuerte freno a la creatividad. Puede que si a algún jugador actual se le pasase por la cabeza un sacrificio como el de la partida su reacción sería: "Uhm, después de la jugada 23 la valoración es de -2'07, una jugada inadmisible". El ajedrez de Tahl no se puede mirar desde cualquier prisma, siempre hay que tener en cuenta que no concebía una partida donde no hubiese el máximo de complicaciones, por lo que muchas de sus jugadas estaban encaminadas a ese fin... sólo su sistema nervioso podía aguantar la tensión que genera esta forma de jugar, siempre viendo más allá que el rival y creando jugadas imposibles y rebosantes de imaginación.

 

 

 

 

 

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