Esta no es una
noticia más. Judit Polgar, emblema del ajedrez
femenino, ha confirmado durante la Olimpiada de Tromso
que se retira del ajedrez. Y no, esta no es una buena
noticia para el ajedrez, deporte que pierde a una
jugadora brillante y combativa, cualidades que no
abundan en la actualidad. Pero tal vez supone una
pérdida aún mayor (al menos en parte) para el mundo de
la mujer, en el que Judit era un referente al demostrar
que la brillantez de una mente no depende del género al
que pertenezca la persona.
La carrera de Judit ha estado marcada por el éxito y
por los acontecimientos sorprendentes que la han
rodeado, aunque un hecho, muy conocido, destaca en su
historia: sus padres, pedagogos de profesión,
consideraban que el sistema de educación tenía
excesivas lagunas y era ineficaz, por lo que decidieron
que sus tres hijas no acudiesen a la escuela,
encargándose ellos mismos de su educación. En dicha
educación se introdujo el ajedrez como uno de los
pilares fundamentales y el resultado fue más que
positivo.
Las tres hermanas, Zsuzsa,
Sofia
y Judit, se mostraron excepcionalmente talentosas y
desde un primer momento se codearon con los Grandes
Maestros más reputados del mundo. Y no fue una tarea
sencilla, ningún jugador quería ser derrotado por una
mujer (unas niñas por aquel entonces) y así lo
declararon en muchos casos, por lo que siempre se
empleaban a fondo cada vez que una de las hermanas
Polgar se sentaba ante ellos... y muchas veces tuvieron
que inclinar su rey y aceptar una realidad que fue
abriéndose paso con el discurrir de los años.
Judit se destapó como la más brillante de las tres
hermanas y logró los éxitos más sonados, siendo la
primera mujer en competir en los torneos más
importantes del mundo. Su trayectoria ha sido analizada
en esta web y sus partidas publicadas en buen número,
por lo que podéis conocer más sobre la vida de Judit
Polgar a través de los siguientes enlaces:
Su
última partida de ataque
Judit Polgar ha sido
fiel a su estilo durante toda su carrera, incluso cuando
apenas lograba alcanzar las piezas sobre la mesa de
juego siendo sólo una niña, mostrándose siempre
imaginativa y sin miedo a correr riesgos. En la
Olimpiada ha dejado un mudo testimonio de este hecho,
rindiendo a un buen nivel como tablero reserva de
Hungría (selección que ha logrado la medalla de plata)
y firmando la que tal vez sea su última
partida de ataque:
Guerrero
Vargas, Andrés - Polgar, Judit
Olimpiada,
Tromso 2014
1.e4
c5 2.Cf3 e6 3.d4 cxd4 4.Cxd4 Cc6 5.Cc3 a6 6.f4
Cge7 7.Cf3 b5 8.a3 Ab7 9.Ad3 Cg6 10.0–0 Dc7
11.Cg5 f6 12.Ch3 Ac5+ 13.Rh1 0–0–0 14.Dh5
Cce7 15.De2 e5 16.fxe5 Cxe5 17.Cf4 h5 18.a4 g5
19.axb5 gxf4 20.bxa6 Ac6 21.Axf4 Tdg8 22.Ac4 Tg4
23.Cd5 Axd5 24.Axd5 Cxd5 25.exd5 Rb8 26.Tf3 Ra8
27.h3 Thg8 28.d6 Dc6 29.hxg4 hxg4 30.Tc3 Th8+
31.Ah2 Dxd6 32.De4+ Cc6 33.g3 Txh2+ 34.Rxh2 Dd2+
0–1
Después
de
28.d6
Después
de 33.g3
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Judit deja un importante vacío tras de sí, el cual
será complicado de llenar. Y es que se retira un
ejemplo como deportista y como persona, dejando para el
recuerdo su sonrisa y su trato amable
y cercano, incluso con el aficionado. Por suerte, nos
queda su historia, repleta de partidas brillantes y de
superación ante una sociedad en la que la mujer no lo tiene
fácil para poder progresar. Por eso, Judit debe ser un
ejemplo a seguir, un referente que marque el paso a otras
mujeres. Ella ha demostrado que el éxito puede estar al
alcance de la mano y que con lucha todo se puede conseguir.
Javier
Cordero Fernández
(15
Agosto 2014)
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