Veselin
Topalov, el último guerrero
(
Autor : Javier Cordero Fernández -
© Ajedrez de
ataque )
Veselin
Topalov nació el 15 de Marzo de 1975, en Ruse
(Bulgaria).
En
la actualidad no existen muchos jugadores de ataque, el
ajedrez se está convirtiendo en algo cada vez más
científico y pocos son los que tratan de romper con los
dogmas posicionales. Topalov es uno de ellos, su
imaginación y creatividad le han convertido en uno de
los GM preferidos del público. A estas cualidades hay
que sumar su capacidad de lucha, algo que
desgraciadamente suele ser poco habitual en los torneos
de la élite ajedrecística. Topalov suele mostrar una
fuerte determinación para buscar la victoria, algo que
me recuerda a la que tenía Kasparov. No es fácil verle
firmar unas tablas rápidas y suele perseguir el triunfo
con ahínco.
Pero
remontémonos a sus inicios, Topalov aprendió a jugar
al ajedrez a los 8 años, teniendo por maestros a su
padre y a su abuelo. Su participación en el Campeonato
de Bulgaria, con sólo 14 años, le auguraba un gran
futuro en el tablero, algo que 'Topi' se encargó de
confirmar al lograr el título de campeón del mundo
sub-14 y el subcampeonato de Europa sub-16.
Pero
los comienzos no fueron sencillos, hay jugadores que al
conseguir el título de GM muy temprano alcanzan una
fama que les permite recibir invitaciones de los mejores
torneos, pero este no fue el caso de Veselin. Y es que
Topalov no lo tuvo nada fácil, en Bulgaria no existía
un gran ambiente ajedrecístico y tuvo que plantearse
emigrar. El lugar elegido fue España, país famoso por
su multitud de torneos (sobre todo open), en los que un
buen jugador podía ascender en la clasificación FIDE
con rapidez.
En
1991 Topalov, acompañado de su manager, emprendió un
largo viaje a bordo de un coche destartalado, desde
Sofia (Bulgaria) hasta Elgoibar (España), donde disputó
su primer torneo. Los siguientes meses fueron un
continuo deambular por la geografía española, siempre
acompañado de su representante (y jugador) Silvio
Danailov, en busca de torneos en los que participar. El
éxito fue su fiel compañero de viaje durante su
estancia en España, siempre bien guardado en su maleta
mientas recorrió la geografía del país sin descanso.
Su aventura española, por arriesgada y exitosa, merece
un mención aparte dentro de este artículo:
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Sin duda su traslado a España fue una decisión
arriesgada, este tipo de torneos son una espiral
peligrosa de la que puedes no encontrar la salida.
Muchos buenos jugadores eligieron ese reto y no
consiguieron superarlo. En cualquier empresa que se
afronte en esta vida hay que tener algo de suerte y
Topalov estaba buscándola con ahínco.
El
duro trabajo dio sus jugosos frutos y en 1994 Topalov
empezó a recibir invitaciones de los grandes torneos
europeos, sobre todo después de su gran victoria ante
Kasparov en las Olimpiadas de ajedrez de Moscú (más
adelante le derrotaría en varias ocasiones más). Y la
primera invitación vino desde un país donde le conocían
muy bien, ni más ni menos que desde Linares, torneo
donde tuvo una buena actuación quedando en mitad de la
tabla. A partir de ese momento su nombre empezaría a
sonar con fuerza en el mundo del ajedrez. |
Su tercer puesto en la siguiente edición de Linares
supuso su confirmación total. En 1996 superó la
barrera de los 2700 puntos ELO (gracias a sus victorias
en 6 torneos importantes), entrando entre los 10
primeros de la clasificación y formando, por fin, parte
de la élite del ajedrez. Un duro camino que seguro le
ayudó a ser más fuerte psicológicamente y más
consistente en los momentos difíciles.
El
ajedrez de los 90 estaba dominado por Gary Kasparov, el
ogro reinaba con puño de hierro y dejaba escapar pocas
victorias. Topalov era respetado, pero se encontraba un
peldaño por debajo de los más grandes, le faltaba una
victoria en uno de los supertorneos (Linares, Wijk aan
Zee o Melody Amber). Y esa victoria se haría esperar,
hubo que cambiar de siglo para que llegase. Mientras
tanto Topalov había vencido en torneos importantes ante
rivales fortísimos (como Kramnik, Kasparov, Anand,
etc), pero en su palmarés seguía faltando un triunfo
en un torneo donde todos los participantes fuesen de
primera fila. Podéis consultar sus resultados en: (Ver
Palmarés).
Los
años pasaban y esta situación no cambiaba, no
terminaba de aparecer un jugador capaz de hacer sombra a
Kasparov. Sólo era derrotado en ocasiones esporádicas
y casi nunca por el mismo jugador, por lo que no se podía hablar
de una clara alternativa al número uno. Por su lado,
Topalov seguía cosechando triunfos importantes (Madrid
1997, Melody Amber (a la ciega) en 1999 y 2001 y
Dortmund en el año 2001) en un circuito donde la
competencia era enorme.
Sigamos
transitando por el camino que llevó a Topalov a las
cotas más altas del ajedrez, y demos un salto hasta el
año 2005. Linares, un año más, había reunido un gran
cartel de participantes, entre los que se encontraba el
búlgaro. El torneo volvió a ser dominado por un ogro,
que ya lo había ganado en otras 8 ocasiones, y Topalov,
en esta ocasión, fue su fiel escudero ya que consiguió
terminar en segunda posición. Aunque ambos terminaron
empatados a puntos, el torneo había llegado a la última
ronda decidido, con un punto de ventaja del ruso y el
desempate favorable. 'Topi' logró vencer en la última
partida a Kasparov y así fue como ambos terminaron
igualados en puntuación. Pero la
gran noticia llegaría en la rueda de prensa posterior
al torneo... Kasparov anunció que se retiraba del
ajedrez profesional de forma irrevocable. Fue toda una
bomba que hizo temblar los cimientos del ajedrez y que
dejó un vacío que nadie ha conseguido llenar
desde entonces. Ese vacío abría un nuevo horizonte en
el ajedrez y muchos eran los jugadores que iban a pelear
por el número 1, por citar a algunos: Anand, Ivanchuk,
Kramnik o Topalov. Entre tanto, la FIDE había sembrado
el caos en torno al título de campeón del mundo:
varios campeones distintos y muchas dificultades para
reunificar el título. La situación era vergonzosa, por
primera vez desde tiempos de Steinitz no se sabía quien
era el campeón del mundo oficial. Al final se ideó una
solución improvisada: un torneo con los mejores del
mundo que dirimiría quien era el campeón del mundo,
dicho campeón debería enfrentarse en un match con
Vladimir Kramnik, para unificar los dos títulos. |
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El
lugar elegido para la disputa del torneo fue San Luis
(Argentina) y allí se dirigieron 7 hombres y una mujer
en busca de la gloria. El abanico de favoritos era
amplio y la lucha estaba más abierta que nunca, pero
pronto todos pudimos comprobar que la historia no se iba
a escribir en términos de igualdad. Desde el primer
momento Topalov tomó el mando y supo administrar su
ventaja inicial con maestría. Su juego fue sólido y
sin resquicios, consiguió ser el más fuerte
mentalmente y logró un merecido triunfo sin ceder una
sola derrota. La tabla
del torneo no lleva a engaño, nadie pudo con la ambición
del búlgaro de Salamanca.
Pero
no todos estuvieron de acuerdo con este triunfo,
surgieron algunas voces discordantes (como la del GM
Sergey Dolmatov) que acusaban a Topalov de haber
recibido ayuda del exterior, basándose en que su juego
había sido demasiado perfecto. Acusar sin pruebas resta
toda credibilidad. |
Topalov
había logrado lo que todo ajedrecista anhela desde que
empieza a competir: coronarse campeón del mundo. A
partir de esta fecha su vida cambió por completo, a
nivel de reconocimiento público y también a nivel de
juego, ya que sus resultados mejoraron notablemente.
Pero también llegó el momento más negro de su
carrera: el match contra Kramnik. Creo que este
encuentro requiere una página aparte, por lo que podéis
leer todos los pormenores de este duelo a continuación:
(Match
Kramnik-Topalov).
Tras
esta dolorosa derrota, Topalov sufrió un pequeño bajón
en su juego. Tanto él como su manager, Silvio Danailov,
recibieron muchas críticas por la denuncia realizada en
Elista y esto le afectó negativamente. Tras unos meses
dubitativos, Topalov volvió a recuperar la confianza en
si mismo y a día de hoy nadie duda que tiene toda su
fuerza competitiva intacta.
En
la actualidad Topi tiene un claro reto en el horizonte:
volver a ser campeón del mundo. Para ello deberá
derrotar en un match a Gata Kamsky, lo que le daría
derecho a luchar por la corona mundial contra el ganador
del encuentro entre Anand y Kramnik (otro match Topalov-Kramnik
podría ser espectacular). La verdad es que la FIDE ha
perdido el norte organizando tanto match, parece que
busca tener contento a todo el mundo, pero lo único que
ha conseguido es sembrar el caos.
Acerquémonos
al final de este artículo hablando un poco de su estilo
de juego. Topalov es un jugador hecho a si mismo, detrás
de sus logros hay mucho trabajo y mucho esfuerzo, y se
esconde un jugador capaz de poner en pie al público con
la belleza sus partidas. Su juego agresivo le convierte
en uno de los elegidos para la inmortalidad de este
deporte, aunque eso todavía se lo tendrá que ganar. En
la actualidad apenas existen GM que nos puedan
sorprender con su forma de afrontar las partidas, apenas
se puede citar a Shirov, Topalov, Morozevich o Judit
Polgar... ellos tienen el cariño del público y sus
partidas son las más reproducidas. Topalov también
ataca con energía cuando conduce las piezas negras,
rasgo poco común en los tiempos actuales. A menudo ese
juego combinativo le ha reportado espectaculares
victorias y todos ellos han demostrado ser competitivos
con esta manera poética de jugar.
Hace
un mes tuve la oportunidad de ver a Topalov en directo,
en el Open
de Villarrobledo. Allí
confirmó todas las sensaciones que tenía sobre él.
Topalov es un guerrero dentro del tablero y una persona
tímida fuera de él, tímido, pero bastante accesible
para todo aficionado que se acerque a él en busca de un
autógrafo o de una foto. Durante todo el torneo se
mostró muy luchador, sin conformarse nunca con unas
tablas. También me sorprendió la rapidez de su juego,
nunca cayó en apuros de tiempo y aun así consiguió
jugar con gran precisión.
Como
colofón a todo lo escrito, comprobemos esa alma de
guerrero que tiene Topalov cuando se encuentra frente a
un tablero:
Javier
Cordero Fernández
(26
Agosto 2008) |
Topalov
- Leskovar, Alicante 1992
Topalov
- Hübner, Wijk aan Zee 1996
Ivanchuk
- Topalov, Belgrado 1995
Topalov
- Ponomariov, Sofia 2005
Svidler
- Topalov, San Luis 2005
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