Adolf
Anderssen, en busca de lo bello
(
Autor : Javier Cordero Fernández -
©
Ajedrez de ataque
)
Karl Ernst Adolf
Anderssen nació el 6 de Julio de 1818, en Breslau
(Alemania), falleció el 13 de Marzo de 1879. Estudió
Filosofía y Matemáticas, y durante toda su vida ocupó
el puesto de profesor de matemáticas en uno de los institutos de su ciudad
natal.
La vida de Anderssen no fue tan pintoresca como la de
alguno de sus contemporáneos. Siempre residió en
Breslau, algo poco común en una época
en la que era habitual cambiar de nacionalidad, en
ocasiones más de una vez, y donde los cambios de residencia se
sucedían a la misma velocidad que cambiaban las
fronteras. La vida de algunos maestros fue poco menos
que novelesca, llena de sucesos y acontecimientos. La
existencia de Anderssen
fue más tranquila y placentera, aunque se tornó trepidante siempre
que se sentó ante un tablero de ajedrez y su mente
comenzó a crear las jugadas más brillantes.
Su padre le enseñó
a jugar al ajedrez a la edad de 9 años, algo que marcaría
su vida, ya que Anderssen siempre se mostró feliz
cuando cuando tuvo un tablero ante sí. Uno de sus libros de
cabecera fue "Cincuenta partidas entre
Labourdonnais y McDonnell", de William Lewis. Tal
vez su manera de jugar, siempre al ataque, estuvo
influenciada por las partidas de ese match, ya que
muchas de ellas fueron espectaculares luchas tácticas.
Durante
sus primeros años de relación con el ajedrez, Anderssen mantuvo el contacto con
varios jugadores alemanes ( como Von der Lasa, Löwenthal o
Mayet), con los que disputó matches o partidas
amistosas, con resultados desiguales. Sus comienzos no
fueron muy exitosos y tuvo que pulir sus carencias a
base de mucho trabajo. Estos encuentros eran su única
relación con el ajedrez de competición, ya que a
mediados del siglo XIX este deporte se encontraba muy
aislado y apenas se organizaban torneos. Durante
su juventud fue
un gran compositor de problemas, modalidad en la que
pudo dar rienda suelta a su creatividad. En 1842, cuando
apenas era conocido como ajedrecista, publicó una
colección de estudios; en esta web podéis encontrar
dos de ellos en el Bloque
1 y en el Bloque
3.
En
1846 inició la publicación de la revista Deutsche
Schachzeitung, en Berlín, un nuevo impulso al
ajedrez que volvía a llegar desde Alemania, país desde
el que se estaban haciendo los mayores esfuerzos por
modernizar y divulgar el deporte mental.
Fue
en 1851 cuando Anderssen se dio a conocer, y lo hizo de
una forma más que brillante. En Londres se decidió organizar el primer
torneo internacional de la historia, bajo la dirección
del famoso jugador Howard Staunton, que pretendía
refrendar su dominio en el ajedrez mundial buscando un
triunfo histórico. Los maestros más destacados de la
época fueron invitados al torneo,
incluido Anderssen, por lo que la competición fue
tomada como una lucha que dirimiría quién era el
jugador más fuerte del mundo. Se decidió que el torneo
se jugaría bajo el sistema de eliminatorias, con 4
rondas en las que se disputarían
matches individuales
de varias partidas. Anderssen no entraba dentro de la terna de
favoritos, no en vano era un auténtico desconocido para
sus rivales al haber jugado de forma exclusiva en
Alemania. Sin embargo, desde un primer momento se
sintió cómodo y fue eliminando a todos los maestros
que se interpusieron en su camino. La
gran sorpresa llegó en las semifinales cuando Anderseen
aplastó, de forma literal, a Staunton por 4-1,
despertando de su sueño al maestro inglés, que se
mostró inferior en las complicadas posiciones que se
dieron. Tras superar tan difícil escollo, la final no
representó una gran dificultad y Anderssen terminó
alzándose con el triunfo final de forma más que
merecida. Las partidas de la final reflejan dos cosas:
el loco ajedrez que se jugaba en aquella época y la
inquebrantable fe de Anderssen en sus ideas, siempre
situando sus piezas para asediar el enroque rival,
demostrando ser un maestro en el juego abierto.
Anderssen había logrado el triunfo en un torneo
histórico, que tendría un sitio preferencial en la
historia del ajedrez. Podéis conocer todos los datos
del torneo en: Londres
1851.
Pero durante el
torneo de Londres ocurrió algo que dio todavía más
celebridad a Anderssen, incluso más que su victoria final... y fue
la disputa de una partida que trascendería las barreras
del tiempo: La Inmortal. Durante uno de los
descansos del torneo, Anderssen y Kieseritzky decidieron
jugar una serie de partidas amistosas, en las que el
jugador francés resultó el ganador global. Pero una de
esas partidas, en la que venció Anderssen, llamó la
atención por encima del resto, una creación rebosante de belleza
en la que el maestro alemán fue entregando una pieza
tras otra hasta dar mate con lo poco que le quedaba. Tal
vez Anderssen no era consciente de que acababa de pasar
a la posteridad, ya que había jugado la partida más
famosa de la historia del ajedrez, por la que sería y
será recordado siempre. La partida es puro
espectáculo, una obra de arte que fue bautizada con el
sonoro nombre de La
inmortal.
La mente creativa de Anderssen no se detuvo y sólo un año
después volvió a dejar
boquiabierto al mundo del ajedrez con su victoria ante
Jean Dufresne, otra obra de arte que tuvo varias similitudes
con La inmortal y que también recibió un
curioso bautismo al ser conocida como 'La
siempreviva'.
Anderssen es el único jugador de la historia que ha
producido dos partidas inmortales, lo que le sitúa en
un lugar preferencial dentro de los artistas del ajedrez.
Sus dos creaciones pueden recibir el apelativo de
legendarias y son conocidas por cualquier persona que se
haya iniciado en el infinito mundo del ajedrez.
Tras su triunfo en
Londres, Anderssen pasó a ser considerado el jugador más
fuerte del planeta. Realmente no nos podemos referir a
él como campeón del mundo, ya que no existía ninguna
competición objetiva para dirimir dicho título. Anderssen
se encontraba en la cúspide del ajedrez y el ajedrez
así lo reconocía. Por tanto, cada vez que Anderssen
disputaba un match individual ponía en juego su
condición de jugador dominante, por lo que todos sus
rivales ansiaban derrotarle en busca de la celebridad...
y nadie lo logró hasta la llegada de Paul Morphy. El
paso de Morphy por Europa fue fugaz, aunque
absolutamente demoledor y exitoso. El estadounidense cruzó el
Atlántico con la intención
de medir su fuerza ajedrecística con los jugadores del
viejo continente y tras vencer a todo rival que se puso
en su camino, decidió volver a su ciudad natal para no
volver a jugar de forma profesional. Una de sus victimas
fue el propio Anderssen, al que venció con relativa
facilidad por un resultado de 8-3. El duelo tuvo lugar
en el mítico café de La Régence de París y
Anderssen pudo acudir a la cita por encontrarse liberado
de su trabajo debido a las vacaciones de Navidad, aunque
nada pudo hacer ante la aplastante superioridad de
Morphy.
Anderssen
disputó varios encuentros más durante aquellos años,
los cuales han sido exageradamente considerados como
campeonatos del mundo no oficiales. A continuación
podéis consultar los encuentros más relevantes que
Anderssen disputó en aquella época, los cuales
adquirieron gran relevancia por ser disputados por el,
en teoría, jugador más fuerte del mundo: Matches.
Tras
la sorprendente retirada de Morphy, los
ficticios laureles del ajedrez regresaron a la cabeza de
Anderssen... y el alemán siguió diputando numerosos
encuentros ante cualquier jugador que destacaba, en
los que tuvo verdaderas dificultades para salir airoso, empatando varios de ellos o
logrando vencer por la mínima.
Su juego había ido perdiendo consistencia, le
faltaba ritmo de competición y su retiro en Breslau se
notaba, algo que compensaba con
un bien muy escaso: el talento. Finalmente terminó
claudicando al ser derrotado por Wilhelm Steinitz, en un
encuentro espectacular que más bien pareció una cruenta
batalla, ya que ninguna de las partidas finalizó en
tablas. Este hito marcó el
comienzo del fin de la época romántica, tiempos de
creación y arte que languidecían ante la llegada del
racionalismo. Esta tendencia no se limitó sólo al
ajedrez, la sociedad al completo estaba mutando, dejando
atrás el romanticismo en el arte y la literatura, dando paso
a otras tendencias menos pasionales, cambio que vio su confirmación
en la
Revolución industrial. La edad de
oro del ajedrez representó una época de esplendor
irrepetible, con una forma de jugar que nunca volverá y
unos ideales demasiado sinceros para la los tiempos
modernos. Steinitz y sus nuevas
ideas barrieron los vestigios del romanticismo, dando
comienzo a una época donde primaba la lucha por la
veracidad de las ideas, por lo que el resultado pasó a
ser lo más relevante en cualquier competición.
Tras
su derrota ante Steinitz, Anderssen pasó a un segundo
plano en el panorama ajedrecístico. Otros nombres
aparecieron en escena, destacando sobre el resto los de Steinitz y
Chigorin. Sin embargo, Anderssen aun tenía
reservado su particular canto del cisne, el cual fue
entonado en el torneo de Baden-Baden
de 1870, donde el 'pofe' logró vencer a los mejores jugadores del
mundo, incluido Steinitz (al que derrotó en las 2 partidas
que disputaron). Podéis ver la tabla del torneo en el
siguiente enlace: (Baden-Baden
1870). Anderssen tenía 52
años cuando jugó en Baden-Baden y aun lograría ganar
algún torneo más, pero no de la categoría de éste.
La historia ha
situado a Adolf Anderssen y Paul Charles Morphy como
los cabecillas de la revolución romántica que
conquistó el mundo del ajedrez en el siglo XIX. El
estilo de juego de esta inigualable saga de jugadores
estaba basado en los principios de la escuela italiana
(fundada por Ercole del Río -1750-), en los que se daba
gran importancia a un rápido desarrollo de las piezas
para así poder lanzar ataques relámpago contra el
enroque rival. Anderssen y Morphy sirvieron de
inspiración a muchos otros maestros, baste citar a
Blackburne, Zukertort, Winawer, Bird o Kolisch, los
cuales trataron de adoptar su estilo, teniendo como
máxima aspiración igualar sus gestas. Esto supuso una
época próspera de creatividad, donde no se concebía
una partida sin sacrificios, golpes inesperados y
ataques rudos.
Viñeta
del blog "Ajedrez con humor", de Adnrés
Guadalupe
Fueron
tiempos para jugadores osados, donde el
público que asistía a los torneos abucheaba al jugador
que no aceptaba un sacrificio de pieza o declinaba un
gambito, lo cual era considerado poco menos
que una muestra de cobardía. Pero esta forma de entender el
juego también tuvo sus críticos, expertos que opinaban
que las combinaciones eran meros fuegos de artificio que no
servían para obtener victorias de forma regular y que
estaban condenadas a ser desterradas del tablero. Sin
embargo en eso se equivocaban, el juego de ataque
siempre estará presente en el ajedrez y será su mayor
fuente de creación artística. Anderssen fue el gran
abanderado de los románticos, cuando se sentaba ante un
tablero sólo una cosa rondaba su cabeza: atacar y atacar,
con el rey enemigo siempre en el punto de mira, sin
importar las entregas de pieza que hubiese que realizar
para llegar hasta él. Reproducir sus partidas debe ser
una tarea de obligado cumplimiento para cualquier
aficionado o jugador de ajedrez, algo que servirá para
entender un poco mejor los misterios del ajedrez
táctico.
Para Anderssen el
ajedrez fue la gran pasión de su vida, juego al que dedicaba
prácticamente todo su tiempo libre. Este hecho influyó
en que no llegase a casarse, dedicándose a la
enseñanza durante toda su
vida. Esta desmedida afición le llevó a protagonizar
divertidas anécdotas, como la que pueden leer a
continuación: Anderssen
y su ama de llaves.
Anderssen
logró ser uno de los jugadores más queridos por los
aficionados y también supo ganarse el aprecio de sus
rivales, incluso tuvo una gran amistad con el siempre
irascible Wilhelm Steinitz. Quienes le conocieron, le
definían como un hombre alto, corpulento, siempre
sonriente y de trato amable.
Muchos
jugadores de ajedrez de la época terminaron sus vidas en
la miseria y siendo olvidados por todos. A Anderssen le ocurrió todo lo contrario,
su gran carisma y su larga lista de éxitos le sirvieron
para recibir varios homenajes tras su fallecimiento.
Baste decir que una revista alemana de ajedrez le
consagró una necrológica de 19 páginas, todas ellas
con una franja negra en señal de duelo.
El
ajedrez le debe mucho a Anderssen, multitud de personas
se aficionaron a este deporte tras quedar impactados por
las jugadas que el alemán ideó en La inmortal y
La siempreviva. Las combinaciones que encierran
ambas partidas son una prueba de que el ajedrez es algo
más que un juego, es un lienzo donde poder crear
belleza en el cual no existen límites para una mente brillante.
En mi caso personal, me
encuentro entre las personas que se volvieron
incondicionales del ajedrez tras conocer las partidas de
Anderssen, pasión que quise compartir a través de esta
web y que ha llegado a lo que es hoy, en parte, gracias
a uno de los grandes talentos de la historia del
ajedrez.
Las
estadísticas de Anderssen a lo largo de su carrera son: victorias 313, tablas 52, derrotas 249; promedio
55'2 % (el promedio se saca de sumar victorias y tablas,
y dividirlo por las partidas totales).
Podéis
ver sus resultados en todos los torneos que disputó y
en la mayoría de los matches que jugó por toda Europa
en el enlace: (Ver
Palmarés).
Para
terminar, 5 partidas donde podéis disfrutar de las
combinaciones de un jugador irrepetible, seguro que a
través de ellas os contagiaréis del espíritu
romántico:
Javier
Cordero Fernández
(18 Abril
2004)
Mayet
- Anderssen, Berlín 1851
Rosanes
- Anderssen, Breslau 1862
Anderssen
- Zukertort, Barmen 1869
Anderssen
- Journoud, París 1860
Schurig
- Anderssen, Leipzig 1855
|
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(VER) |
BIBLIOGRAFÍA
"Los
grandes maestros del tablero" -
Richard Reti
"La
edad de oro del ajedrez" -
Juan Fernández Rua
"Mis
geniales predecesores I" - Gary
Kasparov
"Larousse
del ajedrez"
|