Adolf Anderssen no se conformó con entrar en la
historia una vez y un año después volvió a jugar otra
partida maravillosa. Y de nuevo volvió a dar mate con
un alfil en e7, tras haber sacrificado prácticamente el
resto de sus piezas. Las dos inmortales de Anderssen se
alimentan la una a la otra, por lo increíble que
resulta haber creado dos obras de casi similar belleza.
Son muy pocos los jugadores que han jugado una partida
digna de ser llamada inmortal, pero sólo Anderssen
puede presumir de haberlo hecho en dos ocasiones. Un
caso único e irrepetible. Estas dos partidas son las más
famosas de la historia del ajedrez y deberían de ser
las primeras en enseñarse al aficionado principiante,
para que éste comprenda las maravillas que
encierra un juego como el ajedrez. |