Hay acontecimientos que no deben pasar desapercibidos y
han de ser recordados con el paso del tiempo.
Curiosamente el ajedrez se puede asociar a muchos de
esos acontecimientos, muchos de ellos solidarios,
debido a la buena imagen que proyecta y a las
similitudes que tiene con la vida real. En esta ocasión
vamos a conocer una historia que representó un
importante paso simbólico en la lucha por la igualdad
entre razas en Estados Unidos.
El ajedrez nunca ha sido popular entre la población
afroamericana por motivos culturales, lo cual no quiere
decir que no estén de sobra capacitados para poder
practicarlo. Así lo demostró Maurice Ashley al lograr,
en 1999, ser el primer GM afroamericano... y es que en
el ajedrez no importa el color de la piel, ni ser hombre
o mujer, todos lo pueden practicar y tratar de llegar a
las cumbres más altas.
La llegada de los africanos a América se produjo en el
siglo XVI, pero no fue un desembarco deseado, sino por
la fuerza tras ser secuestrados en sus países de
origen. Los responsables de este acto horrible fueron
los europeos que tenían colonias al otro lado del Atlántico,
que les llevaron allí como esclavos condenándoles a
una vida de duro trabajo, siempre privados de libertad.
En esta situación estuvieron durante varios siglos,
para recibir la libertad (los que vivían en Norteamérica),
entre comillas, tras la guerra de secesión. En muchas
ocasiones esta libertad fue ficticia, ya que fueron
perseguidos y, durante muchas décadas, no tuvieron los
mismos derechos que el resto de sus compatriotas. Muchos
personajes han luchado por sus derechos con ardor, pero
incluso hoy en día encontramos casos gravísimos de
xenofobia. Por eso, la historia de Maurice Ashley cobra
más importancia que la de otros Grandes maestros.
Maurice
Ashley, durante el comienzo de su carrera
Maurice Ashley nació el 6 de Marzo de 1966, en Saint
Andrew (Jamaica). Aprendió a jugar al ajedrez a los 9 años,
enseñado por su hermano. El ajedrez le fascinó como no
lo hizo ningún otro juego y se dedicó a él en cuerpo
y alma, hasta el punto de que cuando no encontraba un
rival al que enfrentarse jugaba a solas en el patio de
su hogar. A los 12 años la familia al completo se
trasladó a Estados Unidos y allí pudo conocer el
ajedrez de una forma más seria, descubriendo que existían
multitud de libros sobre el juego y pudiendo competir
durante su época escolar.
Tras varios éxitos a nivel de instituto, Maurice comenzó
a meditar seriamente la posibilidad de dedicarse
profesionalmente al ajedrez, por lo que comenzó a
participar en torneos de más nivel a lo largo de todo
el país. Los resultados fueron llegando y en 1993
obtuvo el título de Maestro Internacional, algo que ya
representó un hito histórico, ya que también fue el
primer afroamericano que lo conseguía.
Estados Unidos no es un paraíso para el ajedrez, apenas
se disputan torneos importantes y no es fácil ganarse
la vida en el tablero. Además la competencia es durísima,
desde los últimos años de existencia de la URSS muchos
jugadores soviéticos decidieron emigrar a Estados
Unidos, lo que hizo que los torneos, en los que en
muchas ocasiones no había premios muy importantes,
tuviesen una competencia feroz. En ese clima Ashley fue
peleando por cada norma de GM, con resultados
irregulares, salpicados de alguna gran actuación, como
el torneo de New York de 1994 (2º, con 6'5 de 9, por
delante de Ehlvest, Fedorowicz o Waitzkin).
Ashley había logrado lo más difícil, labrarse una
reputación en la complicada jungla del ajedrez. Gracias
a ello empezó a colaborar en distintos medios de
ajedrez como comentarista de distintos acontecimientos,
como el duelo por el campeonato del mundo PCA disputado
entre Kasparov y Anand, o los enfrentamientos entre
Kasparov y Deep Blue.
En 1997 cruzó el Atlántico para participar en los
torneos europeos, teniendo buenas actuaciones en la
mayoría de sus comparecencias. Ashley estaba en el
mejor momento de su carrera y la experiencia europea fue
muy beneficiosa para su juego. Tras su regreso a suelo
americano sus resultados mejoraron notablemente. En 1999
ya contaba con 2 normas de GM y sólo necesitaba una más
para hacerse con el título. En Marzo fue invitado a un
torneo internacional en Manhattan, donde tendría que
enfrentarse a una dura competencia compuesta de GM's y
MI's. Tras un comienzo dubitativo, Maurice enlazó
varias victorias seguidas y llegó a la penúltima ronda
con 5 puntos en 7 partidas. La norma de GM estaba fijada
en 6 puntos, por lo que le podrían servir dos tablas...
algo que seguramente fue desechado porque en la última
partida se tenía que enfrentar a Timoshenko, líder del
torneo. Su rival en la penúltima ronda fue el MI rumano
Adrian Negulescu y, como no podía ser de otra forma,
Ashley comenzó la partida muy nervioso presionado por
todo lo que había en juego y la importancia que tenía
el título no sólo para él, sino para toda un
colectivo que luchaba por sus derechos desde hace décadas.
Tras la apertura Ashley se tranquilizó y desplegó su
mejor ajedrez para terminar alzándose con la victoria y
con el título de GM. A continuación pueden ver la
partida y la tabla del torneo:
Maurice Ashley había logrado el título más
prestigioso que puede conseguir un ajedrecista, pero el
logro fue más importante de lo que pueda parecer. La
noticia apareció en los medios de comunicación más
importantes de Estados Unidos y muchas personalidades
afroamericanas le llamaron para felicitarle en los días
siguientes. No era para menos, Ashley había triunfado
en un deporte tradicionalmente reservado para los
jugadores de raza blanca. Desde los tiempos de Theophilus
Thompson, jugador afroamericano del siglo
XIX que demostró ser brillante en el tablero y tuvo
grandes dificultades para jugar al ajedrez por el color
de su piel, no había habido ningún jugador destacable.
Por eso fue un hito tan importante, un paso más para
normalizar una situación históricamente plagada de
injusticias.
Tras el título de GM su ambición disminuyó, algo que
le ocurre a la gran mayoría de jugadores que
obtienen tan codiciado galardón. Recibió invitaciones
de varios torneos, inclusive una para el torneo de Wijk
aan Zee 'B', pero sus resultados fueron bajando
paulatinamente. A partir de 2001 sus apariciones en
torneos fueron cada vez más esporádicas, para dejar de
competir a partir de 2003.
Ashley se había convertido en un personaje importante y
conocido, algo que aprovechó para promocionar el
ajedrez a distintos niveles. Destacable fue su trabajo
con jóvenes marginales a través del ajedrez, algo que
hoy en día se ha llevado a cabo en distintos lugares
con gran éxito. Y es que los valores que aporta el
ajedrez son más que evidentes: ayuda al que lo practica
a ser una persona más reflexiva y tranquila, y enseña
que cada decisión que tomamos tiene unas consecuencias
(algo que ocurre en cada jugada de una partida), lo que
puede representar una valiosa lección para personas con
problemas que han tenido una vida difícil.
En los últimos años Maurice Ashley ha emprendido
varias cruzadas en pro del ajedrez. Ha escrito varios
artículos en los que trata de mostrar las múltiples
conexiones del ajedrez con la vida, en los que
recomienda aprovechar todo lo aprendido dentro del
tablero para aplicarlo a distintos aspectos de los
negocios o de otros deportes. También se ha adscrito a
la lucha para acabar con las tablas rápidas, a pesar de
reconocer que las ha hecho en varias ocasiones a lo
largo de su carrera. Lleva años sugiriendo la prohibición
de solicitar tablas antes de la jugada 30 o incluso
modificar el reglamento y que el empate no pueda ser un
resultado en una partida de ajedrez.
Aunque su gran propósito es difundir el ajedrez por
Estados Unidos, crear escuelas de ajedrez y llevar este
deporte a los más jóvenes. Para ello no ha dudado en
relacionar el ajedrez con disciplinas sorprendentes,
como las artes marciales, explicando que en ambos
deportes hay que tener una gran concentración y
equilibrio, ya que cualquier error cometido te puede
conducir al desastre. También ha escrito sobre la
conexión entre el ajedrez y el Hip Hop, que no es otra
que la creatividad, el lado artístico de ambas
disciplinas. Mantuvo contactos con Will Smith (que juega
al ajedrez, y según Ashley lo hace bastante bien) y con
el rapero GZA, que estaba interesado en el ajedrez, algo
que se vio plasmado en unos de sus discos:
Sin duda Maurice Ashley ha conseguido dar un punto de
vista sobre el ajedrez distinto e interesante, lo que
vuelve a demostrar que este deporte se amolda a multitud
de aspectos de la vida, por muy dispares que nos puedan
parecer.
El camino recorrido por Maurice no fue sencillo.
Procedente de una familia humilde, pasó su adolescencia
en Brooklyn, algo que marcó su carácter y su forma de
encarar la vida... y por supuesto su forma de jugar al
ajedrez, que en el fondo no es más que una prolongación
de nuestra personalidad. Criarse en la calle endurece el
carácter, algo que se vio reflejado en su estilo en el
tablero. Para Ashley el ajedrez es como una lucha cuerpo
a cuerpo, siempre se mostró como un combatiente del
tablero, por lo que no nos puede sorprender su visión
del juego: "El ajedrez no es ningún ejercicio
esotérico ni nada de eso. ¡Es la guerra! Y yo Intento
machacarte a ti. Voy a por tus piezas para derrotarlas.
Mi objetivo es romper tu mente. Quiero acabar con tu espíritu,
con todo. Muchos piensan que el ajedrez es lento y
aburrido... nada de eso, es tremendo. Es actividad,
actividad, actividad, hay peligro a la vuelta de cada
esquina".
Ashley nunca ocultó su preferencia por el juego de
ataque, siendo su jugador favorito Mikhail Tahl, al que
describe de una forma curiosa: "Tahl podría
haber crecido en Brooklyn. Su estilo era radicalmente caótico.
Intentaba jugar al ajedrez como si se encontrara en
medio de un huracán. Sus oponentes se quedaban
confundidos ante todo lo que les lanzaba, incluyendo las
cosas del fregadero. No jugaba al ajedrez de manera
perfecta y tampoco lo procuraba. Sólo buscaba follón.
Su idea era clara: voy a lanzarte mis piezas, algunas de
ellas morirán, pero no importa. Al fin y al cabo se
trata de dejar indefenso al rey, darle mate y romperle
el cuello".
Esta es la historia de un curioso jugador, distinto a la
mayoría y con una concepción del juego muy original.
Sus logros supusieron mucho para una raza acostumbrada a
ser maltratada y minusvalorada, todos los pasos
encaminados a terminar con cualquier tipo de desigualdad
deben ser bienvenidos, y en este caso el instrumento que
sirvió para ello fue el ajedrez. Vayamos echando el telón
y qué mejor forma de hacerlo que con unas partidas
brillantemente jugadas por Maurice Ashley:
Javier
Cordero Fernández
(29
Agosto 2011)
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