¿Puede existir mayor atrocidad que un ser humano
esclavizando a otro? A lo largo de la historia hemos
tenido demasiados ejemplos como para poder sorprendernos
y, aunque parezca increíble, es un problema que sigue
existiendo en la actualidad.
Esta es una historia de superación personal y lucha
contra la adversidad, estrechamente relacionada con el
ajedrez. Theophilus Thompson fue el primer jugador de
raza negra que destacó en la historia del ajedrez, y lo
logró en una época complicada y difícil para su país,
Estados Unidos. Y es que Theophilus vivió la crudeza de
la guerra civil (de secesión) estadounidense, que tuvo
lugar entre 1861 y 1865 y que sirvió para liberar a una
raza injustamente esclavizada. Buceemos en la historia:
Guerra
de secesión de los Estados Unidos
Nos encontramos en el año 1860, Abraham Lincoln aun no
era el presidente de los Estados Unidos, pero estaba
realizando importantes esfuerzos para abolir la
esclavitud. Los estados del sur mostraron su total
oposición a esta reforma y trataron de boicotear al
candidato rival, que sin embargo salió elegido
presidente en las elecciones del año 1861. Viendo lo
que se les venía encima, los estados sureños
decidieron separase de la Unión y nombraron su propio
presidente, Jefferson Davis. Como es lógico, el
presidente electo declaró ilegal al presidente sureño
y la tensa situación se dinamitó con el ataque del
ejercito de la Confederación al Fuerte Sumter, era el
comienzo de una guerra civil, en la que hermanos y
amigos combatirían entre sí en una muestra de absurda
barbarie.
La guerra duró 4 años, tras muchas batallas y muertes
sin sentido la confederación resultó derrotada, por lo
que la esclavitud fue abolida, liberando a miles de
hombres y mujeres que habían sido explotados hasta la
saciedad.
Theopilus
Thompson, el ajedrez es para todos
Tras la guerra llegaron tiempos difíciles, como en
todas las posguerras. Los ex-esclavos lo tenían
especialmente complicado, la mayoría no tenía ningún
tipo de formación y su reincorporación a la sociedad
fue traumática. Los afroamericanos consiguieron la
libertad, pero no la igualdad, la discriminación por el
color de la piel estaba latente en Estados Unidos y lo
seguiría estando durante muchas décadas más.
Theopilus, hijo de esclavos, vivió la guerra siendo un
niño, para en el transcurso de sólo 4 años
convertirse en un ser humano libre. Pero las penalidades
no desaparecieron, siendo sólo un adolescente (con 13 años)
tuvo que empezar a trabajar como parte del servicio de
la casa de un hacendado. Unos años después nuestro
protagonista consiguió encontrar su tabla de salvación:
el ajedrez. Y es que Theopilus conoció a John K.
Hanshew, editor de la revista de ajedrez de Maryland,
que le enseñó los extraños movimientos que podían
realizar unas cuantas fichas dentro de un tablero lleno
de casillas negras y blancas. Además, John le prestó
un juego de ajedrez, así como varios problemas para que
los resolviese. Sorprendentemente Theopilus resolvió
dichos problemas sin ninguna dificultad y además
compuso un nuevo problema, algo que dejó atónito a su
mentor. Ese problema llegó a ser publicado en un diario
de ajedrez y sólo sería el primero de otros muchos que
fueron creados por una mente que se revelaba como
sumamente brillante.
A partir de ese momento el nombre de Theopilus Thompson
empezó a ser conocido en los círculos ajedrecísticos,
su talento no pasó desapercibido y pronto fue invitado
a participar en su primer torneo, en Chicago. No
consiguió la victoria, pero aun así tuvo una buena
actuación teniendo en cuenta su inexperiencia. Hay
constancia de un torneo por correspondencia en el que
logró el primer puesto, con 7 puntos de 9 posibles. Su
estilo de juego era agresivo, según cuentan los que le
vieron jugar. Realizaba movimientos rápidos, sin
detenerse durante demasiado tiempo a pensar, calculando
variantes con suma facilidad.
Pero sus avances en el ajedrez fueron cortados de raíz
por un sólo motivo: no era un hombre blanco y la mayoría
de torneos se negaban a aceptar a un jugador de raza
negra, lo que le condenó casi al olvido. Aún
así, Theopilus perseveró en su dedicación y
aprendizaje, e incluso llegó a escribir un libro sobre
problemas: 'Chess Problems: Either to Play and
Mate'.
Antes de Theopilus habían existido otros jugadores de
raza negra, pero eran esclavos y no se les permitía
jugar, sus logros fueron silenciados y ensombrecidos por
la opresión. Theopilus fue el primero en tener cierto
reconocimiento como ajedrecista y como prueba de ello
podemos disfrutar de esta bella partida:
Thompson,
Theopilus - Blood
Correspondencia
1874
1.e4
e5 2.Cf3 Cc6 3.d4 exd4 4.Cxd4 Dh4 5.Cb5 Dxe4+
6.Ae2 Rd8 7.0–0 a6 8.C1c3 De8 9.Cxc7 Rxc7
10.Cd5+ Rd8 11.Af4 d6 12.Cb6 Ta7 13.Axd6 Axd6
14.Dxd6+ Ad7 15.Ag4 Cf6 16.Axd7 De7 17.Dd3 Ce5
18.Dd4 Cexd7 19.Cxd7 Dxd7 20.Dxa7 Dc8 21.Dd4+
Dd7 22.Tad1 Dxd4 23.Txd4+ Rc8 24.Te1 1–0
Después
de 8...De8
|
Pero esta historia no tuvo un final feliz, Theopilus
Thompson desapareció unos años después sin que nadie
supiese las circunstancias en que ocurrió, aunque
parece que existen evidencias de que fue linchado hasta
su fallecimiento por el simple hecho de que el color de
su piel era diferente. La Guerra de secesión devolvió
la libertad a muchos seres humanos, pero no consiguió
cambiar las mentes de los intolerantes, que hoy en día
siguen campando por el mundo con sus absurdos discursos
y sus descabelladas ideas.
En
la actualidad se le recuerda a través de un club de
ajedrez que lleva su nombre. El 25 de Abril de 1998, se
jugó un torneo para recordarle, justo el día de su
cumpleaños.
Este es sólo uno de los miles de casos de racismo que
se han producido en los Estados Unidos a lo largo de su
historia. Hombres y mujeres brillantes lucharon por
terminar con esta lacra: Rosa Parks (desafió las normas
y se negó a ceder su asiento en un autobús a un hombre
blanco, algo que era obligatorio por ley), Martin Luther
King (cuyo sueño era ver un presidente estadounidense
de raza negra) o Malcoln X (descendiente de esclavos.
Luchó por los derechos de su raza a nivel mundial).
Hace pocos días se ha dado otro paso adelante, Barack
Obama se ha convertido en presidente de los Estados
Unidos, algo impensable hace sólo unos pocos años.
Hay muchas cosas incomprensibles en este mundo, pero
juzgar a una persona simplemente por la raza a la que
pertenece es algo completamente absurdo y sin el más mínimo
sentido...
Javier
Cordero Fernández
(10
Noviembre 2008) |