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David Bronstein, siempre creativo

Dragón luminoso

Bronstein, David - Comp. Deep Blue

Bruselas 1996

1.e4 c5 2.b4 cxb4 3.a3 d5 4.exd5 Dxd5 5.Cf3 e5 6.axb4 Axb4 7.Ta3 Axa3 8.Axa3 e4 9.Cc3 Da5 10.Cb5 Cc6 11.Cd6+ Rd7 12.Cc4 Dd5 13.Ce3 Dh5 14.g4 Dh6 15.Cg1 Rc7 16.Ag2 Ae6 17.Ce2 Cf6 18.Cc3 Dg6 19.Cb5+ Rd7 20.f3 Dg5 21.Cd6 Dh4+ 22.Rf1 exf3 23.Dxf3 Cxg4 24.Cxb7 Cxe3+ 25.Dxe3 Tae8 26.Axc6+ Rxc6 27.Dc5+ Rxb7 28.Db5+ Rc8 29.Dc6+ Rd8 30.Dd6+ Ad7 31.Db8+ Ac8 32.Dd6+ Ad7 33.Db8+ Ac8 34.Dd6+ ½–½

     

Después de 6...Axb4                 Después de 26...Rxc6

 

David Bronstein

           Como se echa de menos a ajedrecistas como David Bronstein, un jugador dispuesto a experimentar en cada partida, cuya imaginación desbordante ha dado partidas vibrantes y llenas de emoción, un jugador irrepetible que hace que miremos con añoranza tiempos pasados.

           Esta partida se jugó unos meses antes del encuentro Deep Blue - Kasparov, los programadores de IBM querían poner a prueba a su monstruosa máquina antes del mediático match. Y Bronstein no defraudó, jugó con gran agresividad y nos brindó dos emocionantes partidas. El encuentro constó de 2 partidas, la que veis y otra que se apuntó Deep Blue en una posición donde Bronstein sacrificó varias piezas en busca de coronar dos peones pasados, pero finalmente no pudo conseguir su objetivo. Resultado final a favor del ser inanimado: 1'5 - 0'5.

 

           En la partida, que finalizó en tablas, Bronstein decidió recuperar una apertura del baúl de la época romántica: el gambiro evans. Esta apertura siempre promete emociones fuertes, emociones aumentadas cuando el ruso decidió sacrificar la calidad en la séptima jugada con la intención de sacar a Deep Blue de la teoría, su gran fuerte debido a su amplia base de aperturas. El truco dio resultado, ya que Deep Blue no consiguió dominar la partida en ningún momento y no pudo plantear una defensa sólida.

           El resto de la partida fue una bella lucha donde Bronstein manejó con gran habilidad sus piezas menores, sobre todo los caballos, y al ver que no podía encontrar un ataque mínimamente fiable decidió sacrificar una nueva pieza y conseguir unas tablas por repetición de jugadas. Hay que resaltar el mérito de Bronstein, ya que cuando disputó este mini-match tenía 72 años, una mente brillante y lúcida a pesar de tan avanzada edad.

 

 

 

 

 

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