Simultaneas de Alexander Morozevich

            El ajedrez es un espectáculo y desde hace más de un siglo las sesiones de simultaneas han sido una parte importante del gran circo ajedrecístico. En la época de Philidor, y más adelante en la época romántica, estaban en boga las simultaneas a la ciega, modalidad que entusiasmaba al público por su espectacularidad y dificultad, que hacía que pareciese más bien una sesión de magia que unas partidas de ajedrez. Durante el siglo XX se comenzaron a homologar las marcas de las simultaneas y los maestros empezaron a competir por quién era capaz de jugar contra un mayor número de adversarios. El record lo tiene el polaco-argentino Miguel Najdorf, con 250 partidas, en la ciudad de Sao Paulo en 1950, con un resultado de (+226 =14 -10). Najdorf batió el record de Baldur Hölinger, que en 1948 había jugado 213 (+187 = 13 - 13).

            Las simultaneas no sólo son un espectáculo para el público asistente, también supone una gran oportunidad para que los aficionados se enfrenten a los mejores jugadores del mundo, en una ocasión casi única en sus vidas.

            Morozevich llegó puntual a su cita, acompañado de su segundo, y rápidamente comenzaron las partidas. No parece que el ruso tenga un sistema determinado, como muchos jugadores que dan estas sesiones y que organizan las partidas por grupos, y va moviendo e4 o d4 sin ningún orden, salvo en una partida en la que abrió con Cf3. Lo mejor de estas sesiones es ver la cara de alegría de los participantes, en estas primeras jugadas todo son sonrisas, más adelante se tornarán por caras de concentración y en algunos casos de agobio.

            Morozevich no tarda demasiado en ir acumulando pequeñas ventajas en casi todas las partidas, sobre todo merced al dominio del centro con un inteligente juego de peones (algo que se ha visto en varios tableros). Como es lógico, los aficionados juegan a la defensiva y sin correr riesgos. La gran desventaja del maestro en estas sesiones es, sin duda, el tiempo de reflexión. Calculé que Morozevich tardaba en dar una vuelta completa entre 6 y 7 minutos, por lo que ese es el tiempo de que disponen los aficionados para cada jugada, mientras el ruso está obligado a realizar cada movimiento en unos pocos segundos.

            Jugar tantas partidas siempre representa un gran esfuerzo, el simple hecho de estar de pie y dando vueltas al cuadrado ya tiene que resultar cansado. Según iba transcurriendo el tiempo se le notaba más cansado físicamente, sobre todo con molestias en el cuello.

            También hay que recordar que este tipo de GM tienen una memoria prodigiosa, no duden de que Morozevich recordaba las 25 posiciones a la perfección en todo momento, algo que facilita su tarea. Un ejemplo claro lo vivió uno de los aficionados al mover uno de sus peones dos casillas, de f7 a f5, con un peón blanco en e5 y creyendo que Morozevich no recordaría donde estaba el peón y no comería al paso, por supuesto que lo recordó, con la consiguiente cara de sorpresa de su rival.

             En este tipo de simultaneas suelen participar aficionados de distintos niveles, se suele dar la oportunidad a los jóvenes más fuertes de la ciudad, aunque también a jugadores más flojos. Por eso se suelen dar casos como los siguientes: una es la primera posición totalmente perdedora que se dio en la tarde, que se produjo en pocas jugadas y con los dos bandos casi sin desarrollar. La segunda es una posición totalmente catastrófica para el negro:

             Como esta es una web por y para el ajedrez táctico, veamos algunas posiciones donde Morozevich lanzó algún ataque contundente, algo muy típico en él:

Morozevich - NN5

             Morozevich obtuvo un total de 24 victorias y 1 partida en tablas, en 3 horas y media de juego. Los aficionados obtuvieron el placer de jugar contra uno de los mejores jugadores del mundo y de llevarse la planilla firmada por el ruso, todo un pequeño tesoro.