Puso
su título en juego en 1972, su rival fue el
norteamericano Bobby Fischer. Este match es uno de los más
famosos de la historia por toda la polémica de la que
estuvo rodeado. Fue tomado por ambos países como un
episodio más de la guerra fría, la URSS consultó a
todos sus campeones del mundo para que aconsejaran a
Spassky. Varias ciudades pujaron para poder albergar el
evento, aunque fue Reykjavik la que finalmente se llevó
el gato al agua. Las exigencias de Fischer hicieron que
el match peligrase, pero finalmente se llegó a un
acuerdo y se pudo poner en juego la corona de Spassky.
El encuentro fue declarado como el match del Siglo y
miles de aficionados llegaron a Reykjavik para
presenciarlo, además cientos de periodistas se
acreditaron para cubrir la información diaria de las
partidas (nunca el ajedrez levantó tanta expectación
hasta aquel día).
Fischer
nunca había vencido a Spassky hasta ese momento y el
match comenzó respetando esa regla: Spassky ganó las
dos primeras partidas (la 2ª por incomparecencia de
Fischer). Pero esto fue sólo un espejismo, Spassky
demostró no estar tan preparado como su rival y Fischer
dominó el match de principio a fin logrando vencer por
12'5-8'5. Este resultado suponía el fin de 24 años de
dominio soviético en el campeonato del mundo. Esto
desagradó mucho a las autoridades de la URSS que
acusaron a Spassky de no haberse preparado a fondo (ésta
sería la primera de las desavenencias de Spassky con el
gobierno de su país).
Muchas
fueron las críticas que recibió Spassky durante ese año,
parecía que todo lo que había conseguido antes del
'match del siglo' carecía de valor. Pero Boris se
encargó de acallar a los descontentos venciendo en el
Campeonato de la URSS de 1973 por delante de todas las
estrellas del país (Ver
tabla).
Spassky se fijó un objetivo en el horizonte: recuperar
la corona perdida. Pero sería un proyecto a largo plazo
porque le iba a costar mucho recuperarse de los últimos
esfuerzos.
Ese
mismo año volvería a participar en el Torneo de
Candidatos, pero el joven Anatoly Karpov le pararía en
seco en semifinales por un tanteo de 7-4. Volvió a
intentarlo en 1977, logrando llegar a la final tras
superar a Vlastimil Hort (8'5-7'5) y a Lajos Portisch
(8'5-6'5). En la final le esperaba Viktor Korchnoi, por
lo que el encuentro se convirtió otra vez en razón de
estado. El motivo fue que Viktor Korchnoi había
abandonado la URSS para jugar bajo bandera suiza y era
considerado un disidente. Spassky fue derrotado por
10'5-7'5 y las autoridades soviéticas volvieron a
volcar duras críticas sobre Boris. Éste no soportó más
tanta crítica y abandonó la URSS para jugar bajo el
pabellón de Francia.
A
partir de aquí sus resultados decayeron y entró en una
especie de conformismo y falta de lucha donde apenas es
salvable su primer puesto en el Torneo de Linares de
1983. La verdad es que Spassky pasó al olvido hasta su
nuevo match (no oficial) con Bobby Ficher en 1992, que
se organizó para conmemorar el vigésimo aniversario
del 'match del siglo'. La historia volvió a repetirse y
Fischer obtuvo la victoria por 17'5-12'5, a pesar del
buen comienzo de Spassky. Así transcurrió el match: (Ver
cuadro).
La
explicación del bajo rendimiento de Spassky no es
sencilla. Demostró estar entre los mejores del mundo,
dominaba el juego posicional con precisión y cuando
quería podía ser brillante en sus partidas. Sin
embargo, Spassky nunca declaró que el ajedrez fuese su
vida, de hecho se sabe que dedicaba mucho tiempo a otras
aficiones como el atletismo, la natación, la música clásica
rusa, la literatura, el tenis... Con todo esto se
puede entender su falta de espíritu de lucha y su poca
ambición (sobre todo después de lograr su meta, que
era ser campeón del mundo).
Spassky
siempre fue un jugador de carácter melancólico, los
nervios le traicionaban en los momentos cruciales y tal
vez le faltaba el 'instinto asesino' que poseía Fischer.
Lo que nadie puede poner en duda es su indiscutible
calidad, ahí están sus incontables triunfos para
demostrarlo. Tristemente ha pasado a la historia por su
derrota ante Fischer en 1972 y pocos se acuerdan de sus
brillantes participaciones en los torneos de candidatos,
así como su gran victoria ante Petrosian en el
campeonato del mundo.
Su
estilo de juego siempre dependió del entrenador que
tuviese en cada momento y fue evolucionando de la
siguiente manera:
-
Entrenador:
Vladimir
Zak
(1946-1952), hizo que el juego de Spassky fuese
puramente posicional y sin ningún riesgo.
-
Entrenador:
Alexander
Tolush
(1952-1965), el estilo de Spassky se volvió más
agresivo y combinativo. En consecuencia, durante
esta época nos dejó bellas partidas llenas de
sacrificios.
-
Entrenador:
Igor Bondarevsky
(1965-????), el estilo de Spassky se volvió otra
vez posicional y su repertorio de aperturas mejoró
notablemente. Aun así de vez en cuando brindaba
alguna partida espectacular a la afición,
demostrando que no había olvidado las enseñanzas
de Tolush.
Spassky
ha sido el único campeón del mundo de ajedrez que no
ha publicado ningún libro, sólo ha publicado algunos
análisis de partidas. Sigue jugando hoy en día, pero
desde la década de los 90 lo suele hacer en torneos de
veteranos salvo en alguna rara excepción.
Las
estadísticas de Spassky son : victorias 709, tablas
1212 y derrotas 217; con un promedio de 61'5 % (el
promedio se saca de sumar victorias y tablas, y
dividirlo por las partidas totales). Podéis consultar
los resultados de Spassky en todos los Torneos que
disputó (Ver
Palmarés).
Para
finalizar 4 partidas de ataque de Spassky, tal y como le
enseñó su maestro Alexander Tolush:
Javier
Cordero Fernández
(10
Abril 2006) |