De todos los jugadores que han dado exhibiciones a la
ciega, Pillsbury ha sido el más destacado y aclamado.
Sus hazañas trascendieron toda frontera y le dieron
fama mundial. Los aficionados hacían largas colas para
poder ver a Harry en acción, al que consideraban poco
menos que un mago. Veamos de que constaban estas famosas
exhibiciones:
-
16
partidas de ajedrez a la ciega
-
10
partidas de damas a la ciega
-
Una
mano de whist
-
Repetición
de una lista de 30 palabras
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Tanto en las partidas de ajedrez como en las partidas de
damas, los rivales de Pillsbury jugaban viendo el
tablero y las piezas. Pillsbury solía estar de espalda
a sus rivales y le transmitía las jugadas al arbitro,
que a su vez se las transmitía a los jugadores. Si
transmitía una jugada errónea (como no darse cuenta de
que su rey está en jaque y mover otra pieza) se daba la
partida como perdida.
Uno de los apartados que más sorprendía al público
era la repetición de una lista de palabras. Antes de
comenzar la sesión se daba a Pillsbury una lista con
unas 30 palabras a cual más complicada, la leía y la
devolvía al arbitro. Al finalizar la sesión, varias
horas después, Pillsbury era capaz de repetir la lista
al completo de principio a fin y luego en orden inverso
(desde el final al principio). No es de extrañar el
entusiasmo de los asistentes al evento al ver semejantes
pases de magia. A continuación podéis ver la lista de
29 palabras (en inglés) que le hicieron repetir en una
de las exhibiciones:
1-
Antiphlogistine
2-
Takadiastase
3-
Ambrosia
4-
Strepococcus
5-
Micrococcus
6-
Mississippi
7-
Philadelphia
8-
Athletics
9-
Etchenberg
10-
Russian
11-
Salamagundi
12-
Bangmanvate
13-
Manzinyama
14-
Catechism
15-
Periosteum |
16-
Plasmon
17-
Threlkeld
18-
Straphylococcus
19-
Plasmodium
20-
Freiheit
21-
Cincinnati
22-
No war
23-
American
24-
Philosophy
25-
Piet
Potgelter's Rost
26-
Domisellecootsi
27-
Schlechter's
Neck
28-
Theosophy
29-
Madjesoomalops
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A mí lo que más me maravilla es la capacidad para
poder jugar varias partidas de ajedrez a la vez y sin
ver. Sólo jugar una ya me parece algo muy meritorio,
hacerlo contra 16 rivales me parece cosa de brujería.
En el artículo 'Ajedrez a la ciega' que publiqué hace
unos meses podéis ver el método
que utilizaba Pillsbury en este tipo de simultaneas. Es
curioso ver como a este jugador apenas le costaba
esfuerzo jugar a la ciega, supongo que tenía 'una mente
maravillosa'.
Cuando un jugador disputa una partida a la ciega y además
es capaz de combinar, esa partida pasa a ser una pequeña
obra de arte. Veamos como Pillsbury consiguió combinar
en una partida jugada en una de sus múltiples
exhibiciones.
Pillsbury,
Harry Nelson - Frere, Walter
A
la ciega, Brooklyn 1894
1.e4
e5 2.Cc3 Cc6 3.g3 Ac5 4.Ag2 d6 5.d3 Cf6 6.h3 Cd4
7.Ad2 c6 8.Ca4 Ab6 9.Cxb6 axb6 10.c3 Ce6 11.Ce2
h6 12.0–0 Cg5 13.Rh2 g6 14.f4 Ce6 15.Cg1 exf4
16.Axf4 Cxf4 17.Txf4 Ae6 18.d4 d5 19.e5 Ch5
20.Tf2 0–0 21.Dd2 Rh7 22.g4 Cg7 23.Tf6 Ce8
24.Tf2 Cg7 25.Taf1 Txa2 26.Af3 Dg5 27.Dc2 Tfa8
28.Ae2 De7 29.Ad3 b5 30.Tf6 De8 31.Cf3 Ta1
32.Txa1 Txa1 33.Ch4 Rg8 34.Cxg6 fxg6 35.Axg6 De7
36.Ah7+ Rh8 37.Dg6 Ag8 38.Axg8 Rxg8 39.e6 Te1
40.Tf7 Dd6+ 41.Rg2 Tg1+ 42.Rxg1 Dg3+ 43.Rf1
Dxh3+ 44.Re2 1–0
Después
de 33...Rg8
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Este sacrificio no se basa en un esquema conocido, se
produce cuando la partida está muy avanzada y por lo
tanto cuando es más difícil combinar. Tratándose de
una partida a la ciega el mérito aumenta
considerablemente. Pillsbury ha conseguido atraer a la
torre negra hacia la casilla a1 con mucha habilidad,
dicha torre se encuentra lejos de su línea defensiva y
apenas causa alguna molestia al rey blanco. Es el
momento perfecto para sacrificar una pieza y lanzarse al
asalto de la fortaleza del rey enemigo... |