Joseph Henry Blackburne nació el 10 de Diciembre de
1841, en Manchester (Inglaterra). Falleció el 1 de
Septiembre de 1924.
Curiosamente, en su juventud Blackburne era un experto
jugador de damas y no de ajedrez. Al ajedrez aprendió a
jugar a los 19 años y se decidió a hacerlo tras ver
una partida de Paul Morphy, algo que le impresionó
profundamente. Muy pronto comenzó a dominar los
mecanismos del juego y progresó con increíble rapidez.
Sólo un año después consiguió derrotar en un match a
Eduard Pindaral, mejor jugador de Manchester. Resulta
sorprendente el poco tiempo que necesitó para ser un
jugador fuerte y competitivo, teniendo en cuenta las
dificultades que encuentra toda persona que aprende a
jugar al ajedrez tardíamente.
El padre de Blackburne viajaba por toda Inglaterra por
motivos laborales y su hijo le acompañaba en todos
estos viajes. En cada ciudad que visitaban, el joven
Blackburne daba una exhibición de partidas simultáneas,
lo que le empezó a reportar una cierta fama. En 1862
asistió a unas simultaneas a la ciega dadas por Louis
Paulsen, algo que le sorprendió y entusiasmó.
Blackburne decidió probar suerte en esta disciplina y
comprobó que la dominaba sin demasiado esfuerzo, por lo
que a las pocas semanas ya daba simultaneas de varias
partidas a la ciega. Gracias a esta nueva habilidad su
fama siguió creciendo sin límite. En 1862 ya daba
simultaneas a la ciega contra 10 rivales y fue en esa época
cuando comenzó a participar en torneos importantes. Su
habilidad para jugar sin ver el tablero era
deslumbrante, conservando el estilo agresivo que siempre
le caracterizaba cuando jugaba una partida de ajedrez...
podéis comprobarlo en la siguiente selección: Blackburne
a la ciega.
Durante esa época, Blackburne hizo una interesante
sugerencia para que las partidas no fuesen tan largas:
incluir relojes (de arena) en las partidas.
Inmediatamente en todos los torneos se introdujo esta
novedad, lo que terminó con partidas que a veces
duraban más de un día.
En 1866 tomó la decisión de dedicarse profesionalmente
al ajedrez, acudiendo a torneos internacionales y
completando sus ingresos con sus famosas sesiones de
simultaneas, que llegaron a ser tan célebres que fue
reclamado en muchas ciudades de Inglaterra y del resto
de Europa, se calcula que llegaba a jugar 2000 partidas
al año. Esta curiosa anécdota corresponde a esa época:
Blackburne acudió a unas simultaneas en la
Universidad de Cambridge. Los alumnos conocían la afición
al whisky de nuestro protagonista y decidieron colocar
dos botellas, con sus respectivos vasos, en la pasarela
por donde debía pasar. Con esto querían perturbarle y
que no consiguiera acabar en el tiempo estipulado.
Blackburne logró establecer un tiempo record en jugar
todas las partidas y además se bebió las dos botellas
mientras jugaba. Como se ve Blackburne era un jugador
con una mente privilegiada... y con un estomago poderoso.
Nos encontramos en una época de poca actividad ajedrecística,
se organizaban pocos torneos y resultaba complicado
poder competir. En 1869 Blackburne se alzó con el
triunfo en el Campeonato Británico, lo que reafirmaba
la opinión generalizada de que era el mejor jugador de
Gran Bretaña.
Este fue el comienzo de una exitosa carrera, que continuó
con una racha de excelentes resultados en todos los
torneos a los que acude y que le convierte en el jugador
más temido en dichas competiciones. Debido a esto se le
apodó "La muerte negra" y también
"La peste negra de Europa", ya que
todos sus rivales 'perecían' a manos del británico.
Otro bonito apodo que se le puso fue "El Príncipe
de los jugadores de torneos". Gracias a su
estilo agresivo consiguió vencer a todos los grandes de
la época: Steinitz, Chigorin, Pillsbury, Tarrasch,
Zukertort, etc. Una prueba de su talento incontenible se
dio en el prestigioso torneo de Viena (1873), donde
Blackburne tuvo una actuación sensacional: Ver
tabla.
Blackburne
llegó a ser realmente temido por sus rivales, de ahí
su tétrico apodo
Pero como le ha pasado a otros grandes jugadores en la
historia del ajedrez, jamás pudo ganar el Campeonato
del Mundo. Llegó a disputar un match por dicho título
contra Steinitz, en 1876, pero fue literalmente barrido
del tablero por el austriaco, con un resultado de 7-0.
Hay que decir que las relaciones entre estos dos
jugadores no eran muy cordiales, incluso llegaron a las
manos en dos ocasiones, por lo que esta derrota fue muy
dolorosa para el inglés.
Blackburne tenía más talento que Steinitz o Zukertort
y por eso obtenía tan buenos resultados en los torneos.
Pero carecía de la solidez necesaria para jugar contra
estos rivales en encuentros de varias partidas, donde su
juego espectacular era menos efectivo. Para disputar
varias partidas seguidas contra el mismo rival hay que
tener ciertas condiciones tales como la solidez, la
consistencia o la fuerza mental, pero esas cualidades
escasean y son muy pocos los jugadores que disfrutan de
ellas. Debido a esto se quedó a las puertas de la
historia, sin poder entrar en ella. Los jugadores como
Blackburne llegan a ser conocidos pero raramente
recordados.
Los años siguientes fueron todos similares: grandes
resultados en los torneos, observar como otros jugadores
luchaban por el campeonato del mundo y exhibiciones
para el público, que le reconocía como uno de los
grandes y le demostraba su simpatía acudiendo en masa a
verle jugar. Pueden ver sus resultados en varios de los
torneos que disputó en el siguiente enlace: (Ver
Palmarés).
Con esta frenética actividad la carrera de este genial
jugador iba llegando a su fin... |