El
café de la Régence
( Autor : Javier
Cordero Fernández -
© Ajedrez de
ataque )
Si
hay un local donde se haya rendido culto al ajedrez, ese
ha sido el Café de la Régence. Todo aficionado al
juego ciencia ha oído hablar de este lugar, cuna de
grandes jugadores y sitio de reunión de todos los
aficionados parisinos.
En
el Siglo XVIII no existían clubes de ajedrez, por lo
que aficionados y jugadores comenzaron a acudir a los
cafés para poder dar rienda suelta a su pasión. Sin
duda, la ciudad más famosa a este respecto fue París,
el primer lugar de reunión de los ajedrecistas en esta
ciudad fue el Café Procope (c/ Fossé Saint Germain).
Pero los jugadores de la ciudad de la luz decidieron
desplazarse a un nuevo café que abrió sus puertas
hacia 1750, en la Plaza del Teatro francés, su nombre:
La Régence. Sus dueños no podían imaginar que habían
fundado un local que sería recordado dos siglos después
por todo el mundo del ajedrez.
En
varios relatos se comenta el ambiente tranquilo que se
vivía en el interior de este café, el local contaba
con unos 20 tableros de ajedrez que siempre estaban
rodeados por multitud de aficionados... y multitud de
humo proveniente de los puros y cigarros. Las mesas
estaban muy próximas entre sí, iluminadas con lámparas
de gas y recibiendo calor de varias estufas; a pesar de
tal hacinamiento, en el café reinaba siempre un
respetuoso silencio. Allí acudían jugadores
profesionales, pero también personas que sólo querían
jugar una partida a la salida de sus trabajos o
curiosear entre las múltiples partidas que allí se
disputaban. En una habitación aparte se encontraban las
mesas de billar y las mesas para jugar a las cartas
(sobre todo el whist) o al dominó.
El
café abría sus puertas a las 8 de la mañana, pero no
era hasta el mediodía cuando el local empezaba a
recibir la visita de los entusiastas ajedrecistas (los
trabajadores, evidentemente, no podían acudir por las
mañanas, y los bohemios dormían hasta pasado el mediodía),
durante esas horas el café permanecía casi vacío,
solo 3 ó 4 parroquianos acudían a tomar un café. Pero
por la tarde el panorama cambiaba radicalmente, la
actividad era febril y los camareros apenas podían
alcanzar las mesas debido al gentío que las rodeaba.
Este ambiente se prolongaba hasta medianoche, día tras
día.
Si
uno se daba una vuelta por las distintas mesas, podía
ver partidas amistosas, pero también otras donde se
jugaba por dinero, auténtica fuente de ingresos de
varios jugadores profesionales. Los jugadores más
fuertes daban 1 peón y un movimiento de ventaja, o en
algunos casos una pieza de ventaja (incluso la Dama). El
café era como una pequeña Torre de Babel: había
rusos, griegos, ingleses, suecos, españoles... Se podían
ver militares, sacerdotes, aristócratas, políticos,
artistas, intelectuales... todos unidos por una única
pasión: el ajedrez.
Muchos
personajes históricos eran aficionados al ajedrez y
visitaron el café con frecuencia, estos son algunos de
ellos:
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Napoleón |
Benjamin
Franklin |
Diderot |
Montesquieu |
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Robespierre |
Rousseau |
Voltaire |
Lesage |
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Balzac |
Víctor
Hugo |
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Se
sabe que Rousseau era muy amigo de Philidor y disputaba
partidas con éste (siempre perdía). También hay
constancia de que Robespierre jugaba habitualmente
contra Philidor, bueno, más bien perdía habitualmente
con Philidor. El café era tan famoso que muchos
escritores lo incluyeron en alguna de sus obras:
Montesquieu en "Cartas persas", Lesage en
"La maleta encontrada", Restif de la Bretonne
en "El señor Nicolás" y en "El corazón
humano al descubierto". En "El Ocho", de
Khaterine Neville, parte de la trama se produce en el
interior del café. Diderot comentó lo siguiente en su
obra "El sobrino de Rameau":
-
Si
el tiempo es frió o lluvioso, me refugio en el café
La Régence. Allí, me divierto viendo jugar al
ajedrez. París es el centro mundial del ajedrez, y
el café La Régence el lugar de París donde mejor
se juega. En casa de Rey (gerente del café)
rivalizan Legal el profundo, Philidor el sutil, el sólido
Mayot, allí se contemplan los movimientos más
sorprendentes y se oyen las peores palabras; pues se
puede ser hombre inteligente y buen jugador de
ajedrez, como Legal, pero también se puede ser un
gran jugador de ajedrez y un perfecto necio, como
Foubert y Mayot.
Graciosa es la historia de Denis Diderot, que era
tan aficionado al ajedrez que su mujer le daba cada día
6 monedas para que se tomase un café en La Régence y
pudiese observar las partidas que allí se jugaban.
Diderot solía jugar con Jean Jacques Rousseau, al que
nunca conseguía derrotar, lo que nos viene a decir que
su nivel no era muy alto. La relación de Rousseau con
el café y con el ajedrez fue realmente curiosa, llegándose
a convertir en una obsesión para este brillante
pensador. En 'Ajedrez de ataque' he publicado un artículo
sobre este tema: Rousseau
y el ajedrez.
En
La Régence jugaron los mejores ajedrecistas del mundo,
algo no muy destacable ya que en aquella época los
jugadores más importantes del planeta eran franceses
(tal vez el café tuvo parte de culpa en ello).
Empezando por Kermur de Legal (campeón del mundo, que
realizó su famoso mate
en una partida disputada en el café) que jugada por
dinero y dando ventaja a sus rivales. En 1740, Legal tomó
como aprendiz a un joven de 14 años llamado... Andre
Danican Philidor, en el café se podía ver a discípulo
y maestro jugando decenas de partidas diarias. Cuatro años
más tarde, Philidor ya conseguía vencer a Legal dándole
un caballo de ventaja, lo que parecía indicar que sería
mejor del planeta en pocos años... si es que no lo era
ya. Philidor logró derrotar a todos los rivales que se
pusieron en su camino y durante décadas fue considerado
el ajedrecista más fuerte del mundo. Para lograr este
propósito viajó a Londres, venciendo a Abraham Janssen
y al mítico Phillip Stamma en el café Slaughter.
Stamma, impresionado por el juego de Philidor, enseñó
a éste sus libros y le recomendó que escribiese un
libro de ajedrez (cosa que más tarde hizo bajo el título
de: "Analyse du jeu des Eschecs").
Algunos
jugadores daban clases de ajedrez en el café. Por
ejemplo, Lionel Kieseritzky cobraba 5 francos por clase,
también se sabe que Jean Taubenhaus (el último jugador
que manejó al autómata "Mephisto") ganaba
algún dinero compartiendo su sabiduría con quien
estuviese dispuesto a pagarle.
En
el café también jugaba Lebreton Deschapelles, campeón
del mundo, que tomó como discípulo a Labourdonnais.
Labourdonnais fue todo un mito en la Régence, siempre
jugaba por dinero y multitud de aficionados se agolpaban
alrededor de su mesa para ver las meteóricas jugadas
del campeón francés (su mente trabajaba tan rápido,
que a veces cogía la pieza antes de que su rival
hubiese realizado su movimiento). A Labourdonnais le
siguió Saint Amant, que fue el último campeón de esta
gran saga de jugadores franceses que deleitaron a sus
compatriotas a través del humo de un abarrotado café.
Lo triste para el ajedrez es que la gran mayoría de
estas partidas no fueron anotadas y se perdieron para la
posteridad. Veamos una posición de una de las partidas
disputadas entre Deschapelles y Labourdonnais, una
partida realmente curiosa:
Deschapelles
- Labourdonnais
Café
de La Régence 1821
Ver
diagrama en texto
Labourdonnais,
fiel a su estilo, había sacrificado su dama a cambio de
la mayoría de peones blancos. Para su desgracia
Deschapelles encontró un remate brillante con el que
conseguía una posición de mate por acorralamiento: 1.Cxh6+
gxh6 2.Dh8+ Rxh8 3.Rf7 Tf8+ 4.Rxf8 1–0
Desde
mediados del Siglo XIX en el techo colgaban 4 escudos en
los que se podían leer 3 nombres: Philidor,
Deschapelles y Labourdonnais, el pueblo parisino rendía
así un homenaje a sus grandes ídolos; en el cuarto
escudo se podía ver la fecha de inauguración del café.
A
pesar de que los jugadores franceses ya no dominaban el
mundo del ajedrez, La Régence seguía siendo un
importante punto de reunión, allí se jugó el match
por el Campeonato
del Mundo
entre Anderssen y Morphy, en el que venció el segundo.
Morphy también dio una sesión de partidas a la ciega
en el café, jugando ante 8 rivales y obteniendo la
victoria en 6 tableros y haciendo tablas en los otros
dos. Podéis ver la mejor de las 8 partidas, una auténtica
joya de unos de los grandes jugadores de ataque que ha
dado la historia del ajedrez: (Morphy
- Baucher).
El
periodo de esplendor del café abarcó los Siglos XVIII
y XIX. Aún así, a principios del Siglo XX los
aficionados parisinos seguían acudiendo allí para
disfrutar de su pasatiempo favorito. También hay
constancia de que varios jugadores de la época se
dejaban ver por el café, como ejemplo basta mencionar a
Alekhine, Lasker, Capablanca o Steinitz. En 1910 el
local se convirtió en Restaurante y en 1916 se dejó de
jugar definitivamente al ajedrez, por lo que los
aficionados y jugadores tuvieron que buscarse otro lugar
donde poder dar rienda suelta a sus jaques, lo que
supuso el fin de una historia de leyenda.
Para
finalizar, 3 grandes partidas que se jugaron en el café
más famoso del mundo del ajedrez:
Javier
Cordero Fernández
(22
Enero 2007)
Cochrane
- Deschapelles, La Régence 1821
Morphy
- De Rivieré, La Régence 1858
Mortimer
- Rosenthal, La Régence 1865 |
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