Qué
duro es vivir
( Autor : Javier
Cordero Fernández -
© Ajedrez de
ataque )
Lo
que no te mata te hace más fuerte. Esa es la
conclusión positiva que se extrae tras vivir una
experiencia dura... aunque siempre es mejor no vivirla.
Así debió de pensar Ludek Pachman, cuya forma de ver y
entender el mundo cambió radicalmente a finales de los
años 60.
La historia de Ludek Pachman entrelaza el ajedrez y la
política de forma constante, aspecto, este último, que
fue el detonante de los duros momentos que le tocó
vivir. Pachman conoció el ajedrez siendo apenas un
niño, según sus propias palabras jugó su primera
partida sentado encima de un orinal, lo cual ocurrió
cuando tenía unos 5 años. En primera instancia no le
prestó demasiada atención a alfiles y caballos, y se
mostró más inclinado hacia la música, en concreto
hacia el piano, aunque no se mostró excesivamente
talentoso. La afición real por el ajedrez le llegó a
los 15 años y en esta ocasión le caló muy hondo.
Ludek pasó a tener ojos sólo para el ajedrez, leyendo
libros a todas horas y acudiendo con asiduidad a un club
de su ciudad.
Las primeras muestras de talento aparecieron a los pocos
meses. Pachman jugaba durante las clases del colegio con
un amigo, hasta que su profesor se dio cuenta y mandó a
cada uno a un extremo de la clase. Los muchachos no
hicieron mucho caso del enfado del profesor y siguieron
jugando, su amigo se quedó el tablero y Pachman, desde
el otro extremo de la clase, jugaba a la ciega; todo un
potencial si tenemos en cuenta que acababa de aprender a
jugar. A los dos años logró el título de maestro, en
una ascensión realmente meteórica.
Pero
justo en esa época su historia empezó a torcerse sin remedio.
Checoslovaquia había sido invadida por los nazis y el país se
había dividido entre los que se oponían y los que se mostraban
pasivos ante la ocupación. Pachman era de los primeros y se vio
envuelto en varios asuntos relacionados con acciones contra los
alemanes, pero para su desgracia fue descubierto y encarcelado
durante unos meses. El ajedrez le acompañó durante su
cautiverio, ocupando su tiempo en la composición de estudios
artísticos (ya que de nada le servía jugar solo), alguno de
los cuales fueron publicados posteriormente. Fueron tiempos
difíciles para Checoslovaquia, en cada esquina acechaba un
informador de las SS y nadie estaba seguro. Los checos
decidieron luchar contra la ocupación desde el papel, con
escritos que concienciaran a la población y que contaran al
mundo lo que allí estaba ocurriendo.
Tras la Guerra, Pachman ingresó en el Partido Comunista
de Checoslovaquia, siendo un miembro muy activo del
mismo, volviéndose muy conocido por sus discursos y sus
ideas. Incluso llegó a trabajar dentro de la
estructura del partido, en concreto en la sección de
deporte. Compatibilizó estas tareas con su carrera
en el tablero, que vivió su auge en los años 50, donde
Pachman logró una gran cantidad de éxitos y se
convirtió en el pilar del ajedrez checo. Pachman era
uno de los jugadores más fuertes del mundo y por ello
era invitado a todo tipo de torneos internacionales.
Mantenía excelentes relaciones con los jugadores
soviéticos e incluso con Cuba, donde Fidel Castro le
encargó que escribiese un libro sobre las Olimpiadas de
ajedrez de La Habana. Durante aquella época, Pachman
escribió una gran cantidad de libros de ajedrez,
siempre con un estilo agudo y con un afilado sentido del
humor, logrando que sus escritos gozasen de una gran
reputación.
Los años fueron pasando y Pachman siguió logrando
éxitos en el tablero, como sus primeros puestos en
Sarajevo y Graz (1961) o sus triunfos en el campeonato
checo. Pero su historia quedaría marcada por un
acontecimiento ocurrido en 1968: la primavera de Praga.
Los gobernantes checos llevaban tiempo pensando en una
nueva forma de comunismo, menos severo y más abierto al
exterior, con una economía que pretendía acercar el
país a occidente. Cuando se decidieron a proponer
algunas reformas hubo una rápida reacción en Moscú,
el cambio era intolerable para las potencias del Pacto
de Varsovia, por lo que, tras varios avisos que no
fueron escuchados, el ejército soviético invadió
Praga. La ocupación duró unos meses y los soviéticos
lograron terminar con la facción reformista, haciendo
que las aguas volvieran a su cauce... pero no cambiando
las ideas en la población checa, que durante ese tiempo
se rebeló de forma pacífica contra los invasores, con
constantes manifestaciones y concentraciones (en
ocasiones rodeados de tanques).
Imágenes
de la primavera de Praga, resistencia pacífica
Pachman se encontraba entre los descontentos, algo que
no ocultó en ningún momento. Esta actitud tuvo sus
consecuencias, en un primer momento no recibió
represalias debido a su historial en el partido y por su
reconocimiento como maestro de ajedrez. Pero con el paso
del tiempo empezó a ser vigilado y finalmente fue
detenido por unas declaraciones que realizó en contra
del presidente del Partido Comunista. Aquí empezó el
calvario de nuestro protagonista, que vio como su vida
se deshacía al ser encarcelado.
En un principio Pachman y su familia se mantuvieron
tranquilos, ya que la acusación no era grave y su fama
como ajedrecista podría ayudarle. Pero el tiempo fue
pasando y su aislamiento fue en aumento, llegando a ser
trasladado a una celda de peores condiciones. Como es
lógico, la privación de libertad y la incertidumbre
hicieron que Pachman se sumiese en el pesimismo, lo que
le llevó a tomar una drástica decisión: hacer una
huelga de hambre. Ludek se mantuvo firme y durante
varios días apenas ingirió alimento, lo que le llevó
a perder 17 kilos. Cuando llegó al límite de sus
fuerzas se vio obligado a abandonar la huelga de hambre
sin haber conseguido ningún resultado positivo. En esa
época sus familiares consiguieron hacerle llegar un
ajedrez, lo que fue algo más que un regalo, ya que las
horas que estaba frente al tablero suponían una
evasión en la que podía volar por encima de los muros
de la prisión y entrar en un universo de combinaciones
y ataques contra el enroque, lo que permitía a su mente
olvidarse de donde se encontraba en realidad.
Los siguientes 14 meses los pasó en prisión preventiva,
volviendo a hacer varias huelgas de hambre, lo que deterioró de
forma alarmante su salud. Finalmente, tantas medidas de presión
surtieron efecto y Pachman fue liberado... pero fue puesto bajo
estricta vigilancia y se le prohibió la participación en
torneos internacionales de ajedrez. Más adelante incluso se le
prohibió participar en torneos nacionales y en torneos por
correspondencia. Simplemente se trató de sumirle en el olvido y
aislarle de cualquier contacto con los países occidentales. Su
relación con el ajedrez se limitó a partidas por
correspondencia sueltas, lo que terminó por completo con su
carrera, al menos al nivel que había logrado alcanzar en el
pasado. Los siguientes meses fueron un acoso continuo a su
persona, siendo hostigado públicamente hasta que se logró
volver a encarcelarle.
Estar de nuevo privado de libertad fue un duro golpe
para Pachman, que volvió a ponerse en huelga de hambre.
Una noche, hastiado y derrumbado, intentó suicidarse
lanzándose de cabeza desde su litera. El resultado
fueron 3 vértebras dañadas, lesión que le provocó
cojera permanente y dolores en la espalda. Pachman nunca
reconoció que fuese un intento de suicidio, aduciendo
que sólo fue una caída.
Esta triste historia tuvo su fin cuando el gobierno
checo le ofreció la libertad a cambio de que abandonase
toda actividad política y no concediese entrevistas a
medios extranjeros. Pachman aceptó, aunque su vuelta al
mundo real no fue precisamente idílica. Pachman no
consiguió encontrar trabajo -no es necesario explicar
las causas- y fue puesto bajo vigilancia las 24 horas.
Ludek y su familia podían vivir gracias a la ayuda de
amigos, pero la situación se hizo insostenible, por lo
que empezaron a buscar argucias legales para que les
permitiesen emigrar a otro país. Tras presionar al
gobierno constantemente, en una maniobra que bien
podría haberle llevado de nuevo a la cárcel, logró su
propósito y recibió permiso para abandonar
Checoslovaquia. Pachman inició el viaje que le
llevaría lejos de Checoslovaquia en 1972, el lugar
escogido fue Solingen (Rep. Fed. alemana), aunque la
travesía se convirtió en toda una odisea por los
problemas que le pusieron las autoridades checas Tras
muchos trámites y miedo real a volver a ser detenido al
intentar pasar la frontera, Pachman logró llegar a
Alemania. El presidente el club de ajedrez de Solingen
lo había preparado todo, proporcionando papeles a la
familia Pachman y una casa donde poder vivir.
Tras esta dura experiencia, de algo más de 4 años,
Pachman retomó su carrera en el tablero, aunque nunca
logró alcanzar su nivel de juego anterior, pasando a un
segundo plano a nivel internacional. Pachman siguió
jugando un buen número de torneos en Alemania y se
mantuvo activo hasta poco antes de su muerte, que
aconteció el 6 de marzo de 2003.
Es costumbre finalizar los artículos de esta web con
unas partidas del protagonista, así que, recordemos
cómo jugaba un gran maestro que descendió a las
calderas del infierno en vida, aunque pudo regresar,
algo maltrecho, al exterior:
Javier
Cordero Fernández
(1
Septiembre 2012)
Fuderer
- Pachman, Göteborg 1955
Pachman
- Donner, Rotterdam 1955
Pachman
- Runza, Checoslovaquia 1946
Sämisch
- Pachman, Praga 1943 |
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