Eran tiempos en los que el ajedrez estaba creciendo a pasos agigantados, jugadores creativos innovaban en cada apertura y creaban los cimientos sobre los que se asentaría el ajedrez actual. Se jugaba de una forma diferente, en cada partida estaba en juego el honor y ambos jugadores buscaban la victoria con ahínco. Esto diferencia a estos torneos de los de la actualidad, hace no mucho en un importante torneo en Holanda pudimos deleitarnos con unas tablas en 8 jugadas de Friso Nijboer, seguidas de otras en 14 en el tablero 3 y otras en 19 en el tablero 6, esto era realmente impensable a finales del siglo XIX, si los Lasker, Steinitz, Chigorin y compañía hubiese hecho algo similar hubiesen sido abucheados por el público.

              Hace un sólo año que el ajedrez tenía nuevo campeón del mundo, Emanuel Lasker estrenaba título en Hastings y como es lógico era el gran favorito. Otro hecho levantó la curiosidad de jugadores y expertos, la llegada a Europa de Harry Nelson Pillsbury, que venía precedido de una gran fama... que confirmaría jugando un torneo sensacional.

              Además, Hastings consiguió reunir a los mejores jugadores de la época, no faltó ninguno, en lo que representó todo un hito en la historia del ajedrez. No creo que ningún otro torneo haya conseguido algo parecido. Como es lógico, para conseguir atraer a todas las figuras mundiales los organizadores tuvieron que reunir una importante bolsa de premios, veámosla:

1- 150 libras esterlinas 2- 115 libras esterlinas 3- 85 libras esterlinas - tres premios más de 50 libras

              Pero no todos los jugadores pudieron ser invitados, muchos habituales de los torneos europeos que solicitaron ser inscritos tuvieron que ser rechazados porque las plazas eran limitadas, por ejemplo Maroczy, Atkins, Owen o Cohn. Varios de estos jugadores jugaron un torneo paralelo, ganado con solvencia por Geza Maroczy. 

              Además del torneo principal y el torneo 'B' se realizaron más actividades paralelas, como sesiones de simultaneas, partidas en consulta o partidas blitz entre los participantes. Geza Maroczy, a pesar de no jugar el torneo principal, tuvo una actividad febril durante las semanas que duró el congreso, participando en varias de dichas actividades. Quedémonos con esta bella partida blitz jugada por el húngaro:

              Pero Hastings ya era célebre antes de la disputa del congreso de ajedrez, este territorio entró en los libros de historia en el año 1066, en sus tierras se libró una batalla que decidiría el futuro de Inglaterra, una lucha sin cuartel que enfrentó a sajones y normandos y que tiñó de rojo el agua de los ríos. A continuación bucearemos en la historia, el ajedrez nos permite estos lujos gracias a su amplio legado de torneos y ciudades:

Un poco de historia

              Hastings se encuentra enclavado en el sur de Inglaterra, en un lugar muy cercano a la costa francesa, por lo que era un lugar propicio para las invasiones por mar y más tarde para el contrabando entre Francia y Gran Bretaña. Esta ciudad es famosa por una cruenta batalla que tuvo lugar en sus tierras hace ya muchos siglos, en concreto en 1066.

Batalla de Hastings

              En aquellos tiempos Inglaterra era gobernada por Eduardo 'el confesor', pero una parte del país estaba regentada por los vikingos. Tras la muerte de Eduardo empezó una lucha por ocupar su trono, 3 eran los aspirantes: Harald Hardrade (vikingo, rey de Dinamarca y Noruega), Harold 'el sajón' (que dominaba gran parte de Inglaterra) y el duque Guillermo 'el conquistador' (que gobernaba Normandía, norte de Francia).

              Las hostilidades se desataron en 1066, con la invasión de Harald Hardrade por el norte de Inglaterra, por el sur Guillermo aprestaba sus barcos para invadir Inglaterra a través de Hastings. Harold 'el sajón' logró vencer al vikingo Harald Hardrade en Stanford Bridge y rápidamente se dirigió al sur para repeler la invasión de los normandos. La batalla decisiva tuvo lugar en Hastings y duró un día entero. Tras una lucha encarnizada la balanza no se decantaba hacia ninguno de los dos bandos, hasta que, justo antes del anochecer, una flecha alcanzó a Harold 'el sajón' en los ojos, hiriéndole de muerte. Esto supuso la victoria para el duque Guillermo, que se convertía de este modo en rey de Inglaterra.

Avancemos 829 años y volvamos a la sala de juego de Hastings

              829 años después hubo otra batalla en Hastings, pero se libró dentro de 11 tableros de ajedrez. Una lucha encarnizada entre unos jugadores que pelearon hasta la extenuación en cada partida, pocas de ellas finalizaron en tablas demostrando el inconformismo reinante en la época, donde sólo se buscaba un resultado: la victoria.

Aspecto de la sala de juego durante la partida Pillsbury-Lasker

              Aunque la época romántica estaba languideciendo, en Hastings pudimos ver un gran número de preciosas combinaciones, algo que da un sello de calidad a esta competición. El 1er premio de belleza tenía un claro dueño y ninguno de los jueces tuvo dudas en designar la partida Steinitz-Von Bardeleben como la mejor del torneo (y una de las mejores de la historia). El veterano Steinitz barrió del tablero a Von Bardeleben, que hasta ese momento era el segundo clasificado del torneo, el austriaco se encontraba en el final de su vida y sorprendió al mundo jugando una de las partidas más bellas de la historia: Ver partida. Disfrutemos de un primer grupo de partidas tácticas que fueron publicadas en 'Ajedrez de ataque' con anterioridad:

              El torneo comenzó con una relativa sorpresa, Wilhelm Steinitz era el líder tras 5 rondas disputadas, tras él a medio punto estaban Chigorin y Von Bardeleben. Con el paso de las rondas, Chigorin tomó el mando, algo más acorde con lo esperado. Pero poco a poco Pillsbury, perfectamente aclimatado a Europa, se iba acercando. Sorprendente estaba siendo la actuación de Kurt Von Bardeleben, que se mantenía segundo a sólo medio punto del ruso, pero tras su derrota ante Steinitz se derrumbó y cayó varios puestos en la tabla.

              El ecuador del torneo llegó con Pillsbury completando su remontada (9 victorias en 10 partidas), igualando a Chigorin en la clasificación con 9'5 de 11. En la ronda 13 Emanuel Lasker tomó el mando de las operaciones tras vencer a Pillsbury en la ronda anterior. Entre estos 3 jugadores se decidiría el gandor final, el resto se encontraba a un mínimo de dos puntos. Esta situación se mantuvo, a 4 rondas del final Lasker, Pillsbury y Chigorin estaban empatados con 13'5 puntos, el cuarto clasificado, Steinitz, sólo tenía 10.

              Las escaramuzas continuaron, cada partida era un lucha sin cuartel y se llegó a la penúltima ronda con Pillsbury en cabeza perseguido por sus dos rivales a medio punto. Lasker cedió unas tablas y quedó casi descartado para la última ronda. El torneo se decidiría en la última ronda, con Pillsbury y Chigorin como grandes favoritos y sólo separados por medio punto. En la última partida Pillsbury llegó a un final muy igualado ante Gunsberg (con un caballo por bando y peones), la tensión no pareció afectar al estadounidense que jugó con precisión y se apuntó la partida y el torneo (Ver tabla). Chigorin venció en una partida maratoniana a Schlechter y se tuvo que conformar con el 2º lugar. Este fue el podio final:

2

3

4º

5º

6º

7º

8º

              Creo que el torneo y todo lo que lo rodeó hacen que pueda ser considerado como el mejor de la historia. La entrega de los jugadores está fuera de toda duda, nos basta con echar un vistazo a las 231 partidas disputadas, donde sólo 58 finalizaron en tablas. Tal vez este rasgo puede decantar la balanza a favor de Hastings en comparación con otros torneos.

              Como no puede ser de otra forma, echamos el telón disfrutando de varias partidas de ataque disputadas en un torneo legendario:

Javier Cordero Fernández

(9 Noviembre 2009)

Albin - Bird,  Hastings  1895

Janowski - Albin,  Hastings  1895

Blackburne - Von Bardeleben,  Hastings  1895

Chigorin - Pillsbury,  Hastings  1895

Bird - Teichamnn,  Hastings  1895

Mieses - Pillsbury,  Hastings  1895

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