En el ajedrez, como en la vida, a veces no basta con
hacer las cosas bien. Para alcanzar la gloria, para
perseguir el triunfo, es necesario dominar ciertos
aspectos fuera del tablero, en ocasiones poco gratos.
Ese es el caso del sevillano Ernesto Palacios, cuyo
talento quedó de sobra probado, aunque nunca tuvo
demasiadas oportunidades para brillar en la élite
española. Con más contactos o plegándose a los
designios de los dirigentes, Palacios podría haber
logrado alcanzar cotas más altas. Pero los que le conocían le
definían como una persona modesta y tranquila, lo que
le relegó a un segundo plano inmerecido.
Y eso que Palacios logró un palmarés complicado de
igualar: fue campeón de España en todas las
categorías de la época: Escolar (1958), Juvenil (1962
y 1963), Absoluto (1970), Por equipos (1972 y 1974) y
por correspondencia (1971). ¿Existe otro jugador que
haya logrado semejante gesta en el mundo?
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