Leonardo Giovanni da Cutri nació en Cutri (Italia), tal
como indica su apellido, en el año 1552. Falleció en
el año 1597.
Leonardo
era apodado "il Puttino" (el amorcillo),
debido a su baja estatura, hecho que le hizo
protagonizar más de una anécdota. Cursó estudios de
Derecho y ya durante esa época destacó como jugador de
ajedrez.
Fue
contemporáneo de Ruy López de Segura, sacerdote español
que era considerado el mejor ajedrecista de la época.
En torno a 1560 Ruy López realizó un viaje a Roma para
gestionar un beneficio eclesiástico y allí llegó
hasta sus oídos la existencia de un pequeño jugador de
ajedrez de gran talento. Ruy López decidió comprobar
por si mismo si la fama de Leonardo era justa y le retó,
obteniendo la victoria sin demasiada dificultad en un
match de varias partidas.
Leonardo
se quedó consternado por la derrota y se pasó dos años
preparándose a conciencia en Nápoles. Allí jugaba a
menudo contra Paolo Boi, al que casi siempre conseguía
vencer. A pesar de estas victorias, Leonardo no se
descuidó y continuó con su exhaustiva preparación,
nada podría detener su determinación para vengar su
derrota ante el sacerdote español. Sólo un
acontecimiento, no relacionado con el ajedrez, le
distrajo de su concienzuda tarea: le llegaron noticias
de que su hermano había sido hecho preso por los
sarracenos. Leonardo, conocedor de que el jefe de la
guarnición era un apasionado ajedrecista, decidió
retarle cruzando una apuesta por medio en la que se ponía
en juego la libertad de su hermano. Como era de esperar
logró vencer y liberar a su hermano.
Cuando
Leonardo consideró que había alcanzado su mejor nivel,
se desplazó a Madrid para volver a enfrentarse a su
gran rival: Ruy López. El acontecimiento levantó una
gran expectación, y en presencia del Rey y de su corte
disputaron varias partidas, siendo el resultado final
favorable a Leonardo.
Leonardo
da Cutri vs Ruy López, cuadro de Luigi Mussini
En el cuadro vemos a Leonardo de pie, explicando al
Rey Felipe II (que se encuentra sentado) el desarrollo
de una de las partidas. El otro personaje que se
encuentra sentado y lleva ropas eclesiásticas no es
otro que Ruy López de Segura, que se encuentra
reflexionando sobre la partida.
La historia de este 'torneo' disputado en Madrid es
curiosa. En principio Ruy López y Leonardo disputaron
una partida donde venció el italiano. Felipe II, no
dando crédito a la derrota de su súbdito, pidió que
se jugase en su palacio, ante sus propios ojos. Leonardo
volvió a derrotar a Ruy López, como se ve en la escena
del cuadro. Felipe II quedó tan impresionado ante el
juego de Leonardo que decidió recompensarle con 1000
escudos de oro, joyas y pieles, además de darle una
carta de recomendación para su hermano, el rey Don Juan
de Austria, que también era un gran aficionado al
ajedrez.
A Madrid acudieron más ajedrecistas: el granadino
Alfonso Cerón y el italiano Paolo Boi. Cerón fue
derrotado por Boi y consiguió entablar con Leonardo.
Por su parte Boi también logró vencer a Ruy López y
por ello también fue recompensado por Felipe II.
Hay una anécdota curiosa del viaje de Leonardo a
Madrid. En dicho viaje le acompañaron el jugador
italiano Tomaso Caputto (famoso por hacer una gran
fortuna de miles de escudos al derrotar al Barón de
Siculiana) y un ajedrecista español llamado Juan Rodríguez,
gran amigo de Leonardo. En el barco viajaba otro
ajedrecista y entre los 3 decidieron despojarle de su
dinero haciéndole creer que Leonardo era el jugador más
débil del trío, ya que también era el de más baja
estatura. Por supuesto, Leonardo le derrotó y ganó el
dinero que había en juego.
Leonardo fue maestro de otro gran jugador italiano,
Giulo Cesare Polerio, que también le acompaño en el
viaje a Madrid. Polerio también tuvo su importancia en
la historia del ajedrez, ya que escribió un libro donde
recopiló partidas de jugadores de la época, como
Leonardo, Boi, Busnardo o Alfonso Cerón. Dicho libro
fue innovador ya que incluía estudios sobre aperturas,
alguna de las cuales siguen siendo vigentes hoy aunque
con otro nombre, como la siciliana, defensa de los dos
caballos o el gambito de centro.
Siguiendo
con la vida de Leonardo, su siguiente paso fue
instalarse, junto a su compatriota Paolo Boi, en la
corte del Rey Sebastián de Portugal, que también era
un gran aficionado al ajedrez, al que dedicaba unas 4
horas diarias. El Rey apodó a Leonardo como "il
Cavaliero errante", por su constante devenir a lo
largo de Europa.
Dando
justicia a su apodo, Leonardo se fue desplazando de
corte en corte hasta terminar en la del Duque de
Bisignano, donde murió asesinado en 1585 (se dice que
fue envenenado por un ajedrecista celoso de sus éxitos).
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