Esta es la última entrega sobre la computadora romántica (o maléfica, ¿nos estarán engañando cómo en la época de los autómatas?). En esta ocasión la víctima es un ser de carne y hueso que, en una posición más o menos normal, termina siendo devorado por un monstruo de silicio.

          Espero que hayáis disfrutado con las sorprendentes partidas de esta computadora. Parece que el desarrollo de estas máquinas no conoce límites y creo que los diseñadores nos seguirán sorprendiendo en los próximos años. Personalmente, no soy muy partidario de usar demasiado los programas, sobre todo a nivel de aficionado, el ajedrez es un juego para disfrutar y la mejor forma de hacerlo es progresar por nosotros mismos. Otra cosa es el ajedrez profesional, un jugador debe utilizar cualquier medio para mejorar, porque esa es su forma de ganarse la vida y lo hacen en un mundo muy competitivo.

          Yo cuando más disfruto es jugando contra un amigo, en un tablero real, con nuestros aciertos y nuestros errores. Los aficionados no deben olvidar esto, el ajedrez es un juego precioso y debemos utilizarlo para pasar buenos ratos. Esta conclusión no quiere decir que no admire lo que la ciencia ha conseguido en el campo del ajedrez, es una maravilla comprobar el nivel al que pueden jugar hoy en día los distintos programas y una muestra muy representativa son las partidas de esta extraña computadora.

           Los diseñadores de Rybka acudieron a Santiago de Chile para poner a prueba a su creación ante rivales de carne y hueso. El programa checo se enfrentó a 10 humanos en un torneo cerrado, a los que redujo a cenizas llevándose el torneo de forma incontestable: 9 puntos en 10 partidas. Podéis consultar la tabla del torneo en el siguiente enlace: (Copa Entel 2006).