El mundo de la tecnología se ha introducido de forma
masiva en el ajedrez, cada aficionado cuenta con uno o más
programas en su hogar y los utiliza para analizar
partidas o para tratar de mejorar. Estos programas son
la base del entrenamiento de los GM, lo que ha
modificado paulatinamente su juego, cada vez más
artificial. El debate podría ser muy largo, de varias páginas.
Los programas tienen ventajas innegables, pero también
están haciendo daño al ajedrez. Ya no se analizan
partidas sólo con la ayuda de nuestras neuronas, lo
cual era muy beneficioso en muchos aspectos. Cada vez se
aprecia menos el talento y se alaba la preparación teórica,
jugar de memoria casi la partida entera. Parece que esta
forma de actuar va paralela a la sociedad, donde la
tecnología lo va copando todo, lo que ha modificado el
comportamiento del ser humano, en ocasiones llegando
actuar de forma antisocial al no relacionarse con otras
personas.
Los programas de ajedrez a veces 'asustan', su forma de
jugar no sólo es perfecta durante la apertura, además
nos sorprenden con alguna combinación que parece
'humana', más bien basada en una intuición que no
poseen. Parece que esa es la línea que siguen los
programadores desde hace un tiempo, tratar de que los
programas no hagan valoraciones 'frías de la posición'
sólo basadas en el material. La tarea es difícil y
busca humanizar a los programas, justo lo contrario que
hacen los humanos que están dejando que su juego se
vuelva artificial, siempre basado en las valoraciones
que los programas dan.
La conclusión es que hay que usar los programas con
cautela, tomar lo bueno y desechar lo malo. Por ejemplo,
son muy útiles para preparar un buen repertorio de
aperturas o para entrenar finales. Pero jamás hemos de
olvidar un rasgo muy humano: la imaginación, una
poderosa arma que puede poner un tablero patas arriba.
El uso habitual de programas hace que sigamos las
sugerencias de estos 'monstruos' como si fuesen la
verdad absoluta, lo que implica que nuestro juego se
base en buscar esas jugadas que son consideradas las
mejores. Se juega de forma casi automática y no se
buscan jugadas originales que puedan descolocar al
rival. Mal rumbo lleva el ajedrez si se sigue esta
senda.
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