Pierre Biscay destacó más en el campo de la composición
de estudios artísticos que como jugador de torneos. Aun
así era un buen jugador a la ciega, que también expuso
su forma particular de jugar en esta modalidad.
Biscay no 'veía' la posición en un tablero normal con
sus piezas correspondientes, visualizaba un tablero
particular, de casillas blancas y negras con fichas
Staunton. Numeraba cada columna y cada fila del tablero
en su mente (a1, a2, ...,a8). La clave de este método
es conocer este tablero mejor que tu propia casa, debes
saber a qué casillas puede ir cada pieza (por ejemplo:
a2 - g8 es una diagonal que puede ser recorrida por un
alfil o la Dama, e5 y g5 son accesibles para el caballo,
etc...). Durante el transcurso de las partidas, Biscay
no se preocupaba del color de las casillas, lo único
importante era su notación.
Las piezas son sistemáticamente relacionadas con las
casillas y de este modo puede ver que columnas o filas
obstruyen una determinada pieza o las casillas a las que
puede acudir dicha pieza.
La verdad es que este método parece muy complicado. El
jugador tiene que retener en su mente todas las jugadas
para volver a reproducirlas cada vez que le toca mover,
de este modo puede apreciar que fichas están
bloqueadas, que diagonales están abiertas, etc... Es un
proceso largo y tedioso, pero sorprendentemente es el
que menos esfuerzo costaba a este jugador.
Biscay reduce la dificultad de su método con un fuerte
conocimiento de las aperturas, esto le permite conocer
las posiciones durante varias jugadas y así restarle
trabajo a su mente.
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