El
ajedrez no goza de la reputación que merece, esto es
algo fuera de toda duda. Tal vez no se promociona como
es debido, lo que hace que en ocasiones sea considerado
un deporte inaccesible para la mayoría. La realidad es
bien distinta, el ajedrez es un deporte divertido,
saludable y asequible para todo tipo de personas. Por
eso, a través de este artículo voy a intentar
sintetizar todo lo bueno que tiene el ajedrez y que he
podido comprobar a través de mi experiencia.
Enormes
beneficios durante la infancia
Empecemos
por un tema importante: lo que el ajedrez puede aportar
en la infancia. El ajedrez puede ser una
herramienta eficaz para ayudar en la formación de un niño,
de hecho cualquier actividad que obligue a ejercitar su
mente siempre resultará positiva. El cerebro de un niño
absorbe más cantidad de información y lo hace de una
forma más natural que el de una persona de edad más
avanzada. Por eso, todo lo que se aprenda a edades
tempranas quedará impreso en nuestra memoria de forma más
indeleble. El ajedrez exige una gran concentración,
por lo que nuestro cerebro se ve sometido a una gran
actividad, esa es la base de los beneficios que reporta,
es como si obligásemos a nuestro cerebro a hacer
ejercicio, por lo que conseguiremos mantenerlo en plena
forma. Podemos decir que el ajedrez es la gimnasia de
nuestra mente.
Pero
el niño no sólo se verá recompensado en su salud, el
ajedrez también le ayudará en diversos aspectos que
favorecerán su rendimiento escolar y su desarrollo como
persona. Lo primero que llama la atención es el cambio
en su forma de comportarse: aprenden a respetar al rival
y se conducen de una forma más tranquila y reflexiva...
esto se puede comprobar a las pocas semanas de comenzar
cualquier curso de ajedrez, el niño, en la mayoría de
los casos, cambia su actitud excesivamente nerviosa y
revoltosa, por otra más sosegada y de mayor respeto
hacia los que le rodean. Pero éste es sólo el primer
beneficio, con el paso del tiempo cualquier persona que
se adentre en el ajedrez podrá ir notando las
siguientes mejoras:
-
Mejoras
en la capacidad de concentración.
-
Todo
jugador aprende a
planificarse
(ya que en sus partidas tendrán que idear
distintos planes de juego), algo muy útil
en la vida cotidiana.
-
Desarrollo
del pensamiento abstracto. El pensamiento
abstracto nos permite analizar una realidad
que creamos en nuestra mente y en la que
podemos realizar los cambios que deseemos a
través de nuestro cerebro.
-
Precisión
a la hora de realizar tareas.
-
Gestión
del tiempo más efectiva. Esto es lógico,
en muchas partidas de ajedrez se juega con
relojes y es primordial gestionar
correctamente el tiempo del que se dispone.
-
Mejoras
en el nivel de atención.
-
Desarrollo
del pensamiento lógico, aplicable a las
matemáticas.
-
Aumento
de la capacidad de cálculo.
-
Los
valores que transmite el ajedrez son siempre
positivos: como la lucha, el respeto al
rival o aceptar el resultado de la partida
con deportividad.
-
Ayuda
en la toma de decisiones, algo muy útil en
muchos aspectos de la vida. Durante una
partida se están tomando decisiones
continuamente, con rapidez, desechando las
opciones que creemos malas.
|
...
demasiadas virtudes para pasarlas por alto.
Gracias
al ajedrez nuestra mente se mantendrá ágil y lo hará
durante toda nuestra vida. Pero esto no es simple
palabrería, ya son varias las investigaciones sobre el
rendimiento cerebral que han incluido al ajedrez y todas
han tenido resultados más que notables. Este tema
lo he desarrollado en otro artículo que publiqué hace
un tiempo: Ajedrez
y salud.
Un
deporte al alcance de todos
El
ajedrez es un deporte que puede ser practicado por
cualquier persona, sin importar su raza o su género,
sin importar si es discapacitada o no, sin importar los
problemas físicos, sin importar nada de nada, todos
tienen cabida dentro del tablero. ¿Acaso existe otro
deporte que cumpla algo parecido? Pero es en el caso de
la integración de la mujer donde el ajedrez no tiene
comparación. La mujer puede competir de tú a tú con
el hombre, algo que no ocurre en ningún otro deporte,
incluso puede aspirar al máximo título: el campeonato
del mundo.
Tampoco
hay que perder de vista que el ajedrez es una actividad
divertida, que se puede jugar en cualquier sitio y que
nos reportará horas de entretenimiento. No hay por qué
pensar que todo el que lo practique se tiene que dedicar
a ello profesionalmente, el ajedrez es un juego
milenario, tan amplio que uno lo puede afrontar de
distintas formas: como simple aficionado, como jugador
de club, como jugador amateur o como profesional. Además,
el ajedrez es el deporte que mejor se ha adaptado a las
nuevas tecnologías, desde el desarrollo de avanzados
programas de juego a la presencia masiva en internet a
través de miles de páginas. Cualquier persona puede
tener acceso a toneladas de información o a millones de
partidas con sólo encender su ordenador. Además, jugar
al ajedrez desde la comodidad del hogar está al alcance
de cualquiera con sólo usar uno de los múltiples
servidores de juego, lo cual permite competir contra
rivales de cualquier rincón del planeta.
También
sería interesante terminar con el mito de que éste es
un juego sólo para personas muy inteligentes. Yo creo
que con práctica, cualquiera puede alcanzar un buen
nivel y disfrutar del ajedrez de la forma que le
parezca. Así que no os engañéis, cualquiera se puede
acercar al ajedrez y pasar grandes ratos ante el
tablero... bueno, todo el mundo no, a la vista de esta
radiografía este habitante de Springfield lo iba a
tener complicado:
En definitiva,
plantéense seriamente jugar al ajedrez o que sus hijos
lo hagan, no sólo dispondrán de una actividad
divertida en la que invertir sus horas libres, sino que
obtendrán beneficios mentales que les servirán para el
resto de su vida. Así que ya saben, cultiven su mente
(con el ajedrez, la lectura, el cine...) y esto les dará
grandes beneficios.
Javier
Cordero Fernández
(26
Abril 2012) |