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Bent Larsen pasó a la historia por su peculiar manera
de entender el ajedrez. Nunca tuvo un entrenador, ni se
dejó llevar por las modas que imperaban en su época en
cuanto a las aperturas. Siempre fue un jugador original
que usaba las aperturas que más le atraían, aunque
estuviesen totalmente desfasadas y ya nadie las
utilizase. Por esta forma de comportarse, como un
moderno Don Quijote de La Mancha, fue bautizado como 'el
romántico sin esperanza'.
Siempre fue fiel a su forma de entender el ajedrez y hay
que decir que ésta le dio unos frutos muy sabrosos. El
palmarés de Larsen es amplio y repleto de triunfos en
los más importantes torneos. La única espina de su
carrera es el campeonato del mundo, competición en la
que no logró triunfar. A veces Bent recuperaba la
esperanza, tal y como le ocurrió tras disputar esta
partida, pero por desgracia para él otros se llevaron
los laureles del mundo del ajedrez. |