La fama de irascible de Siegbert Tarrasch es más que
conocida, se sentía cómodo en la polémica y siempre
la buscaba, sin importarle entrar en malas relaciones
con sus rivales. De este modo, se opuso a la
participación de Vidmar
en el Congreso de la Federación alemana,
gesto por el que fue severamente castigado por el maestro
yugoslavo... y sin haber aprendido la lección, volvió
a repetir comportamiento sólo 4 años después
mostrando su desacuerdo total con la participación del
joven Frederick Yates en el mismo torneo. La razón
principal que expuso Tarrasch fue la falta de
experiencia de Yates en las grandes competiciones...
pero si nunca te dan una oportunidad, ¿cómo puedes
llegar a tener experiencia?
Lo curioso de esta historia es que Tarrasch no andaba
muy desencaminado: Yates se vio superado por la presión
y no cuajó una buena actuación, finalizando en última
posición tras lograr una sola victoria, 3 tablas y 12
derrotas... eso sí, la victoria la consiguió ante
Siegbert Tarrasch, tomándose cumplida revancha por la
ofensa sufrida... esta historia demuestra que sólo el
hombre tropieza dos veces en la misma piedra.
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