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Ataque de minorías

Dibujo de un reloj en el que una de sus agujas es movida por 4 personas mientras la otra es movida por cientos de personas

          En determinadas ocasiones nuestras piezas pueden estar atascadas en una posición. ¿Qué hacer? ¿Por dónde seguir? Muchas veces nos tendremos que conformar con defendemos y tratar de salvar los muebles, pero otras se podrán utilizar recursos conocidos... ese es el caso del ataque de las minorías, algo que jamás se nos ocurriría hacer si no lo conocemos de antemano.

           El ataque de las minorías se puede llevar a cabo cuando en uno de los dos flancos contamos con menos peones que nuestro rival. En ese caso lanzaremos nuestros peones contra los del rival, a pesar de que la lógica nos dicte lo contrario, para intercambiarlos. De este modo lo que se logra es romper la posición y abrir huecos que activen a nuestras piezas más pasivas. Se suele usar en posiciones cerradas donde existe poca maniobrabilidad para las piezas, sobre todo cuando los peones centrales se bloquean entre si y no es posible cambiarlos. Bien, lo habitual es cambiar varios peones y que nuestro rival se quede con un peón pasado (ya que tenía superioridad de peones en ese lado), pero dicho peón pasado será habitualmente débil ya que estará muy retrasado y podrá ser atacado con facilidad. Esas son las dos ventajas que se obtienen: espacio para nuestras piezas y la posibilidad de que el peón pasado del rival sea débil y atacable.

            Este ataque se empezó a usar en la época de Tarrasch, aunque el alemán decía que era un recurso inútil e ineficaz. El tiempo ha quitado la razón a Tarrasch, ya que ha sido usado con un gran resultado en muchas partidas y se sigue utilizando en la actualidad.

            En muchas posiciones, tras realizar el ataque de minorías es habitual que el peón de más del rival en ese flanco se quede aislado, lo que podemos aprovechar para atacarlo y ganar de este modo la iniciativa. Esto no garantiza ninguna ganancia, pero siempre es mejor que nuestras piezas estén en posiciones atacantes y las del rival en posiciones pasivas.

            Ésta, como casi todas las maniobras en ajedrez, se debe realizar cuando nuestro desarrollo no sea mucho peor que el de nuestro rival. Si estamos peor que nuestro adversario puede resultar peligroso y contraproducente... esto es lógico, si hemos salido mal de la apertura lo lógico es buscar recolocar nuestras piezas tratando de igualar la situación y no lanzarnos a la aventura buscando atacar cuando no podemos hacerlo.

Miguel Najdorf - Erich Eliskases

Mar del Plata 1947

            Las negras se han centrado en evitar la ruptura en e4, por lo que las blancas se ven obligadas a buscar otros horizontes: 24.b5 axb5 25.axb5 cxb5 una vez hechos todos los cambios, las blancas, de repente, son más activas y presionan en puntos más importantes (como d5) 26.Tc5 

           Las blancas han conseguido cambiar la tendencia de la partida, tienen una mejor estructura de peones y sus piezas son más activas. Najdorf supo exprimir al máximo estas ventajas para terminar apuntándose el triunfo: Pueden ver la partida completa en: (Najdorf - Eliskases).

Bozic, Alexander - Ugrinovic, Dragan

Yugoslavia 1970

15.b5 axb5 16.axb5 las blancas van a conseguir una pequeña debilidad dejando un peón retrasado en c6, sin embargo lograrán las tablas atacando por el otro flanco 16...Cxc3 17.Dxc3 Ag4 18.Axg6 Axf3 19.gxf3 hxg6 20.Tfc1 Dg5+ 21.Rf1 Te6 22.bxc6 bxc6 23.Tb6 Dh5 24.Rg2 Dg5+ ½–½. Podéis ver la partida completa en: (Bozic - Ugrinovic).

            Por cierto, la mejor manera de contestar a un ataque de minorías es atacar por el flanco contrario, mientras nuestro rival se centra en un flanco nosotros tratamos de sacar ventaja en el lado opuesto, donde habrá menos vigilancia.

 

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