Curiosidades
de Mikhail Tahl
Una
memoria prodigiosa
Después del torneo de Zurich de 1959, ganado
brillantemente por nuestro protagonista, Tahl mostró
todo su talento en una sesión de simultáneas a 38
tableros. Una vez finalizada la sesión se acercó a
él uno de los jugadores participantes, que había
conseguido derrotarle, para comentarle algunos
aspectos de la partida. Éste fue el curioso diálogo:
- Pero he podido hacerlo mejor en la jugada 17
- contestó Tahl..
- No dirá que recuerda toda la partida - se
extrañó su rival.
- Recuerdo todas las partidas - contestó con
toda tranquilidad Tahl.
Todas las personas presentes creyeron que se trataba
de una fanfarronada de Misha y nadie le creyó, pero
Tahl insistió y se decidió hacer una apuesta. Misha
tomo lápiz y papel y escribió cada una de las
jugadas de las 38 partidas, sin ni siquiera tener un
tablero cerca. Sin duda, una mente maravillosa.
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Que
examen tan complicado
Tahl comenzó la Universidad con sólo 16 años, ya
que le habían adelantado dos cursos en el colegio. En
cierta ocasión se presentó a un examen oral,
respondiendo con rapidez y exactitud las dos primeras
preguntas que le hizo el profesor. La tercera pregunta
resultó ser una sorpresa: "Ahora presta mucha
atención. Esta pregunta va a ser la más importante y
la más difícil". Tahl esperó la pregunta con
tensión. "Si en aquella partida con Spassky él
hubiese movido su dama a h8, ¿cómo hubiera
contestado usted?. Tahl mantuvo la calma y respondió
acertadamente a esta sorprendente cuestión.
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El
humor por bandera
- En Bled 1959 Tahl logró derrotar al siempre
complicado Paul Keres. El periodista Bjeliça le
preguntó en qué momento se había equivocado Keres,
a lo que Misha respondió: "A las nueve y
media". También añadió que se había
equivocado en la primera jugada, al haber hecho 1.e4.
- En la Olimpiada de Leipzig de 1960 Fischer se acercó
a Tahl y le leyó la mano: "Veo que eres un
buen jugador, campeón del mundo, pero también veo
que el título te lo va a arrebatar un joven Gran
Maestro de Estados Unidos (refiriéndose a él
mismo)". Tahl sonrió y se acercó a Lombardy,
que recientemente había obtenido el título de GM,
estrechándole la mano: "Mis felicitaciones,
William. Serás el próximo campeón del mundo"...
no me quiero imaginar la cara que puso Fischer.
- En 1961 Tahl fue derrotado en el match de revancha
del Campeonato del mundo por Botvinnik. El resultado
del encuentro fue claramente favorable a Botvinnik y
un periodista le preguntó como era posible una
diferencia tan grande sólo un año después de
haberse proclamado campeón del mundo. La respuesta de
Tahl fue, cuanto menos, jocosa: "Cuando se jugaba
el primer match, Botviinik y yo vivíamos cerca. El
maestro Alexander Koblenz cantaba por aquel entonces
canciones napolitanas antes de cada partida. Parece
que eso influyó en Botvinnik",
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Engañando
a uno de los grandes
También en Bled 1959 Tahl dio muestras de su picardía.
En una de sus partidas con Fischer se encontraba
perdido, aunque sólo había una jugada que le obligaría
a abandonar. Tahl a duras penas podía soportar la
tensión, por lo que levantó y empezó a pasear cerca
de la mesa. Cuando Fischer anotó su jugada en la
planilla, Tahl se acercó y echó un vistazo ante la
atenta mirada de su rival, que estaba observando
atentamente su reacción. Tahl vio que era la jugada
correcta, pero mantuvo la compostura y puso cara de
indiferencia, lo que desconcertó a Fischer. El
norteamericano empezó a desconfiar por la reacción
de su rival y se volvió a concentrar en la posición,
decantándose finalmente por una jugada distinta, lo
que salvó al 'Mago de Riga' que incluso se apuntó la
victoria unas jugadas después.
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Problemas
con la ley
En
1957 Tahl participaba en el Campeonato de la URSS que
se estaba celebrando en Moscú. Dando un paseo por la
capital, cruzó por un lugar donde estaba prohibido
hacerlo y un policía le dio el alto y le pidió la
documentación. Tahl no la llevaba encima y el policía
decidió llevarle a comisaría. Ese día había
aplazado su partida con Boleslavsky en una posición
comprometida y cuando fue llevado ante un inspector
vio que éste estaba analizando precisamente esa
partida.
El inspector le preguntó su nombre, a lo que Misha
respondió con un escueto: "Tahl". El
inspector se le quedó mirando y dijo: "Como si
no tuviera ya suficientes problemas con el Tahl de
esta partida". Misha pidió permiso para
acercarse y echar un vistazo a la partida, y empezó a
analizarla con el inspector, sin que éste supiese en
ningún momento que estaba ante el ajedrecista que le
estaba volviendo loco, y así estuvieron ante el
tablero hasta el amanecer. Al final Misha confesó ser
el ajedrecista Tahl...
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