Curiosidades
- Bloque 31
Escondido,
acechado... el ajedrez como salvación
Ossip
Bernstein provenía de una familia bien posicionada
social y económicamente, algo que fue considerado
intolerable tras la
Revolución de Octubre que se produjo en Rusia. Por
tanto, la familia Bernstein fue desposeída de todos
sus bienes y fueron perseguidos, como muchos otros
nobles y terratenientes.
Ossip, sabedor de que su vida no valía demasiado,
decidió esconderse en un sótano en el que permaneció
varios días a oscuras. La única forma que encontró
para distraer su mente fue analizar posiciones de
ajedrez a la ciega, ya que se encontraba solo en el
sotano. Durante esos días profundizó en una
arriesgada línea de la apertura Giuoco Piano, análisis
que posteriormente publicó en una revista (podéis
conocer esta línea en: analizando
a la ciega). Ossip no
logró ocultarse eternamente y finalmente fue
capturado y condenado a muerte... sin embargo, cuando
se consultaron sus papeles y se comprobó que era
jugador de ajedrez, recibió el perdón oficial, ya
que el ajedrez estaba muy bien considerado dentro del
Régimen soviético.
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Un
GM trascendental
Peter
Leko es un GM un poco místico. Hace años solía
dormir al pie del mismo árbol, incluso en invierno,
ya que decía que le servía para recargar su energía.
Además. sigue una estricta dieta vegetariana, a la
que ha sido fiel durante toda su carrera. Durante los
torneos suele llevar sus propios ingredientes para que
el cocinero se los prepare... un caso raro en un
deporte donde algunos jugadores no se cuidan
demasiado.
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Intentos
de escapismo
Año 1958, estamos en un torneo que se juega en
SImferopol (Ucrania). Chalomeiev y Gurin han llegado a
un final de damas, aunque las negras cuentan con un peón
a punto de coronar, tal y como se ve en la posición:
Chalomeiev
- Gurin
Ver
diagrama en texto
Le toca mover a las negras, que no pudieron resistir
la tentación de coronar su peón para contar con dos
damas. Sin embargo, Gurin tenía la mosca detrás de
la oreja y realizó el movimiento como sigue: 1...g1,
si, no he olvidado nada en la notación, ya que Gurin
no colocó ninguna pieza en lugar del peón. Su rival
le preguntó: ¿Qué pieza quieres colocar?, a lo que
Gurin contestó: La dama, por supuesto. La respuesta
de su rival fue inmediata: 2.Dd1+, es obligado
tomar la dama, ya que sino es mate: 2...Dxd1
ahogado... Chalomeiev se ha salvado de la derrota, o
al menos eso creía: el árbitro, que estaba
observando la escena, interrumpió la alegría de
Chalomeiev y comentó que las dos últimas jugadas no
eran legales ya que hasta que no se coloca la pieza
coronada en la casilla el movimiento no se considera
como completado, por lo que obligó a los jugadores a
repetir la posición antes de la coronación. Gurin
meditó durante un instante y decidió coronar una
torre: 1...g1=T, pensando que de este modo
evitaba el ahogado... Gurin demostró a su rival que
estaba equivocado por segunda vez moviendo 2.Db5+,
siendo obligado tomar la dama para no perder la
partida y llegándose a una nueva posición de
ahogado.
Gurin se mereció un gran tirón de orejas, ya que fue
incapaz de ver la sencilla continuación 1...Dd6+,
para de este modo evitar cualquier posibilidad de
ahogado y poder coronar el peón con total y absoluta
tranquilidad. |
Un
curioso ritmo de juego
En
los tiempos actuales existe un abierto debate sobre
que ritmo de juego debe aplicarse al ajedrez de élite,
el cual siempre alcanza su punto álgido en las
competiciones que se deciden con desempates de rápidas.
Bien, este problema no es exclusivo de los tiempos
modernos. Los organizadores de torneos de principios
del Siglo XX buscaban idear nuevos ritmos que se
adecuasen a la constante evolución del ajedrez. De
este modo, para conocer esta historia nos trasladamos
a 1906 y emprendemos viaje hacia la ciudad alemana de
Nurenberg. Allí se disputó el prestigioso Congreso
de la Federación alemana, torneo que fue ganado
brillantemente por Frank James Marshall. Lo curioso
fue el ritmo de juego que se propuso para este torneo:
durante las primeras 6 horas de juego no había ningún
tipo de plazo ni control de tiempo, pero a partir de
las mencionadas 6 horas los jugadores sólo dispondrían
de 15 movimientos por hora... y si se pasaban de ese
tiempo, serían penalizados con 1 chelín por cada
minuto en que superasen esa hora.
Estas normas descabelladas llevaron a Przepiorka y
Leonhardt a realizar un pacto durante su partida:
realizaron una serie de jugadas sin sentido con la
intención de sumar movimientos y ganar tiempo,
huyendo de este modo de la posible multa. Esta actitud
fue imitada por otros jugadores durante el torneo...
aunque el Dr. Tarrasch protagonizó el mayor desastre
en su partida ante Salwe, en la que tenía una posición
muy cuesta arriba e invirtió mucho tiempo en intentar
solucionarla (para al final terminar perdiendo). El
esfuerzo le costó a Tarrasch una multa de 4 libras y
15 chelines (una alta cantidad en aquel tiempo). Tras
esta desorbitada sanción, la organización decidió
cambiar las normas y dejar las multas sólo para las
partidas aplazadas.
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