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Curiosidades - Bloque 22


El bueno de Tartakower

Retrato de Tartakower

           Tartakower es de los personajes más sobresalientes del mundo del ajedrez, no sólo por su brillante estilo de juego, sino por su ajetreada vida y sus demostrados valores. Siempre se mostró incapaz de aprovecharse de ninguna situación ventajosa de forma innoble, un modo de comportarse acorde con la época que le tocó vivir, donde la caballerosidad era habitual en el mundo del ajedrez... esa será la base de este historia.

            La vida de un ajedrecista era muy inestable a nivel económico y Tartakower no fue una excepción, pasando por alguna época donde su economía estuvo bajo mínimos. Unos admiradores, cuya economía era desahogada, se enteraron de la precaria situación de Tartakower y decidieron ayudarle. Para ello organizaron un torneo de partidas rápidas con un primer premio inusualmente alto, con la convicción de que Tartakower acabaría primero sin problemas. Sin embargo al torneo acudieron otros jugadores de nivel y 'Tarta' se vio superado por el maestro húngaro Alexander Takacs. Los organizadores trataron de voltear la situación y tras tener una discusión en húngaro con Takacs, le restaron un punto por alguna misteriosa razón que no quedó clara, con lo cual el primer premio pasó a Tartakower. Como es lógico Tartakower se dio cuenta de la estratagema y se sintió ofendido. Así narró Han Kmoch el desenlace de esta historia: "Obsequiosamente el presidente ofreció el primer premio a Tartakower que consistía en una respetable montaña de dinero en metálico, Tartakower se levantó y derribó la montaña tirando el dinero al suelo, conteniendo a duras penas su deseo de tirarle el dinero a la cara del presidente”.


El rey iracundo

           En esta historia la realidad y la leyenda se entremezclan hasta llegar a confundirse. El protagonista principal es el rey Canuto II de Dinamarca y la época, en torno al año 1020. Canuto II había logrado el trono de Inglaterra y para gobernar su vasto imperio de forma más práctica decidió que Dinamarca fuera gobernada por su cuñado, Ulf Thorgilsson. Pero Ulf, como el perro que muerde la mano que le da de comer, encabezó una conspiración para hacerse con el poder absoluto, la cual fracasó con estrépito.

Dibujo de un rey ordenando a sus guardias que apresen a un caballero

           Arrepentido, o más bien tratando de salvar su cabeza, Ulf acudió a la corte de Canuto II para implorar su perdón, a lo que éste, sorprendentemente, accedió. Esa noche se realizó un banquete conmemorando el perdón, en el que ambos decidieron divertirse jugando una partida de ajedrez. Durante el transcurso de la misma, Canuto cometió un grave error que le costó una pieza. Ni corto ni perezoso, el rey trató de volver a colocar la pieza capturada en el tablero pidiendo a su cuñado que le permitiese rectificar el error... a lo que el temerario Ulf se negó de forma airada. Esto desató la ira de Canuto II, que comenzó a increpar a su rival recordándole su traición. La cosa acabó mal para Ulf, que fue ajusticiado al día siguiente. Cuenta otra versión que tras la discusión el rey Canuto II, absolutamente encolerizado, persiguió a su rival por todo el castillo dándole muerte con su espada.

           La moraleja de esta historia es que el ajedrez no es un juego para personas débiles, sólo una mente fuerte puede soportar la adversidad de la derrota y saber sobreponerse a las dificultades... una vez más el ajedrez es una magnífica escuela que nos enseña comportamientos esenciales de la vida.


Luis VI, 'el gordo'

Dibujo del rey Luis VI

           La lista de personajes célebres que han jugado al ajedrez es interminable. En ella tienen un sitio preferencial los reyes de la edad media, muchos de los cuales estuvieron realmente obsesionados con el ajedrez. Uno de los casos más sobresalientes es el del rey de Francia, Luis VI, apodado 'el gordo', un fino estratega, sobre todo para llevar las riendas económicas de su reino.

           Luis VI protagonizó varias anécdotas relacionadas con el ajedrez. Una de ellas le sitúa en una batalla contra los ingleses y le coloca en una difícil posición, ya que un arquero inglés había conseguido asir las riendas de su caballo, creyendo que había capturado al monarca: "He apresado al rey"... esas fueron sus últimas palabras, Luis VI alzó su espada desatando una terrible estocada y diciendo: "Al rey no se le captura ni en el ajedrez".

Dibujo del rey Enrique I de Inglaterra

Enrique I de Inglaterra

           También es conocido que jugaba partidas con Enrique I de Inglaterra, que también era muy aficionado al ajedrez. Estas partidas fueron jugadas a distancia, para lo cual se enviaban mensajeros que llevaban las jugadas a través del Canal de la Mancha. Ambos monarcas rivalizaron en las batallas de la vida real y en las batallas del tablero. En cierta ocasión, ambos reyes se reunieron para discutir la posesión de Normandía, pero la discusión subió tanto de tono que Luis VI estuvo a punto de matar a su enemigo... ¡al golpearle en la cabeza con un tablero de ajedrez!.


 

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