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Curiosidades - Bloque 19


Isabella d'Este, adelantada a su tiempo y aficionada al ajedrez

Retrato de Isabella d'Este

           Isabella d'Este, nacida en Florencia en 1464, fue Marquesa de Mantua y un personaje muy reconocido en su época por su apoyo constante a todo tipo de arte. Isabella, además de dominar otras disciplinas, fue muy aficionada al ajedrez, juego que practicaba con asiduidad.

           Eran tiempos donde el ajedrez era muy popular entre las clases altas, aunque el pueblo llano apenas lo conocía. Durante el Renacimiento el ajedrez fue valorado como un arte más y su práctica era considerada una actividad buena para el espíritu, a la altura de leer a los grandes poetas, la música o el baile. Por eso gozó de tanta popularidad entre la nobleza, alguno de cuyos integrantes mostraban un gran interés por llegar a las más altas cimas del conocimiento.

           A comienzos del siglo XVI el diseño de los ajedreces era distinto al actual. No eran de color blanco y negro, sino de colores más vivos como rojos y verdes, lo que hacía que no se distinguiesen bien ni las piezas ni las casillas del tablero. Isabella d'Este, harta de esta situación, mandó que le tallasen un ajedrez en ébano y marfil, lo que cambió las tendencias sobre los colores en el ajedrez, haciendo que cada vez proliferasen más el blanco y el negro.

           La importancia de nuestra protagonista está fuera de toda duda, ya que incluso el célebre Leonardo da Vinci pintó un retrato de ella. Sus hermanas, Lucrezia y Eleonora, también fueron muy aficionadas al ajedrez, algo no muy común en la época, donde estas disciplinas, como muchas otras, parecían reservadas sólo para el hombre. El ajedrez es de los pocos deportes donde no hay discriminaciones de sexo, la mujer puede competir en igualdad de condiciones con el hombre, algo que no parece ser aprovechado como debería ya que el número de féminas que practican este deporte es mucho menor que el de hombres.

Retrato de Isabella pintado por Da Vinci


Alekhine y sus historias

Foto de Alekhine posando

           Querido y odiado en dosis iguales. Alekhine tuvo una vida personal convulsa, con comportamientos extremadamente arrogantes o con opiniones políticas cuanto menos discutibles. Todos estos puntos oscuros quedaron sepultados por su enorme talento para jugar al ajedrez y para producir belleza en el tablero. Con esa personalidad, Alekhine generó multitud de anécdotas, conozcamos dos de ellas:

  • En cierta ocasión, Alekhine se encontraba de viaje para la disputa de un torneo. Pensando que iba a viajar solo se encontraba alicaído, cuando en el asiento delantero se sentaron dos interesante señoritas. Rápidamente Alekhine comenzó una especie de cortejo elogiando la belleza de ambas chicas, pero sin mostrarse interesado en una en concreto (jugaba a dos bandas). Una vez que el tren llegó a su destino, se procedió a la despedida del trío. Una de las chicas, que le había reconocido, le dijo en ese momento: "¡Usted al ajedrez será un campeón, Dr. Alekhine, pero a las 'damas' es apenas un principiante!".

  • Alekhine tenía un fuerte carácter, algo que está fuera de duda. Uno de sus rasgos característicos es que digería mal las derrotas, algo que creo que nos ocurre a la mayoría de jugadores y aficionados. Durante el torneo de Carlsbad de 1923, donde acabó en primera posición, perdió su partida con Spielmann (que estaba cuajando un torneo nefasto). Muy enfadado, se retiró a su habitación del hotel, donde desató su furia emprendiéndola a golpes con todos los muebles, como si de una estrella de rock se tratase.


Capablanca contra un marciano

José Raúl Capablanca, meditando una jugada        Dibujo de la cara de un extraterrestre

            Recuerdo que esta anécdota la leí por primera vez en la tristemente desaparecida web "Hechiceros del tablero" y me causó una profunda impresión. Lo que acontece en esta composición es original, pinceladas llenas de imaginación que sorprenden enormemente cuando lees la historia por primera vez.

           Cuenta la leyenda que una tarde se encontraba Capablanca a la sombra de un árbol, analizando posiciones de ajedrez para preparar su match ante Corzo para el Campeonato de Cuba. Sin darse cuenta a su lado apareció un ser de extraña y desconocida apariencia, el cual le preguntó qué estaba haciendo. Capablanca, sin mirarle, respondió que estaba analizando unas partidas de ajedrez.

            El marciano siguió observando la actividad de Capablanca y pronto se sintió atraído por el juego, pidiendo al futuro campeón del mundo que le enseñase las reglas. Capablanca se las fue enseñando una a una, hasta llegar a la última: "Cuando un peón llega a la octava fila, se puede convertir en cualquier pieza". De este modo comenzaron la partida, en la que Capablanca fue adquiriendo una gran ventaja hasta llegar a la siguiente posición:

Diagrama en texto

            Capablanca realizó su siguiente movimiento, que fue 1.Rc2, amenazando mate imparable con Ad4. El avispado marciano se dio cuenta del peligro y encontró una jugada inesperada y, en cierto modo, genial: 1...h1=R

            Capablanca se alteró y replicó airado: "¡No!, no se puede". A lo que el marciano contestó: "Pero usted me dijo que se podía coronar cualquier pieza". Capablanca comprendió que nada podía hacer y volvió a concentrarse en la posición. Ahora existían dos reyes negros, por lo que sólo podría ganar si daba mate a los dos reyes a la vez. Ahora Ad4 no servía porque daba mate a un rey, pero dejaba al otro rey ahogado, por lo que sería tablas. El genial Capablanca, tras un largo rato de reflexión, encontró una solución aun más sorprendente que la de su rival: 2.a8=Rey negro (las blancas coronan una pieza negra):

            Ahora fue el marciano el que protestó airadamente, pero las reglas eran claras: se puede coronar cualquier pieza. Con los 3 reyes ya no se podía producir un ahogado, ya que el rey de a8 se podía mover por dos casillas de la octava fila mientras los otros dos reyes estaban inmovilizados: 2...Rb8 3.h7 Ra8 4.h8=D++ y ¡jaque mate a los tres reyes negros! No es tan sencillo engañar a un genio del ajedrez aunque hayas llegado de las estrellas.


 

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