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Un espectáculo... un posible engaño

Foto de la partida, al lado del tablero vemos a Capablanca y Steiner en sendas mesas

Capablanca, José Raúl - Steiner, Herman

Los Angeles 1933

1.e4 e5 2.Cf3 Cf6 3.Cc3 Cc6 4.Ab5 Ab4 5.0–0 0–0 6.d3 d6 7.Ag5 Axc3 8.bxc3 Ce7 9.Ch4 c6 10.Ac4 Ae6 11.Axf6 gxf6 12.Axe6 fxe6 13.Dg4+ Rf7 14.f4 Tg8 15.Dh5+ Rg7 16.fxe5 dxe5 17.Txf6 Rxf6 18.Tf1+ Cf5 19.Cxf5 exf5 20.Txf5+ Re7 21.Df7+ Rd6 22.Tf6+ Rc5 23.Dxb7 Db6 24.Txc6+ Dxc6 25.Db4++ 1–0

     

Después de 16...dxe5                 Después de 23...Db6  

 

           Esta partida se jugó en dos tableros diferentes y a la vez fue representada en un ajedrez viviente. Se trató de un espectáculo pensado para atraer al público, donde los jugadores estaban presentes e iban "ordenando" a la piezas que se moviesen en vivo y en directo. Resalto esto, porque lo habitual en los ajedreces vivientes es representar partidas que se jugaron en el pasado.

Capablanca en plena meditación       Fotografia retrato de Herman Steiner

           La partida es de una gran belleza, una nueva obra de arte del ajedrez... pero en el año 1943 Steiner sorprendió al mundo del ajedrez declarando que la partida estuvo amañada desde un principio y que simplemente se limitaron a realizar los movimientos que estaban previamente acordados. Viendo el desarrollo del juego esta hipótesis resulta bastante creíble y si le sumamos las palabras de Steiner, que Miguel Ángel Nepomuceno me ha enviado amablemente, parece que Capablanca no sólo no quiso poner en juego su honor, sino que quiso engordarlo artificialmente. Veamos las palabras de Steiner (publicadas en Chess Review, marzo 1943:

.          “En The Inmortal Games of Capablanca, (Reinfeld) página 203, en la introducción a la partida de Exhibición No. 93 afirma que esta partida "jugada con "piezas vivas" resulta ser muy entretenida y debe haber deleitado a los espectadores". Esto da la impresión de que la partida se jugó en condiciones normales, cuando en realidad fue arreglada por Capablanca, que en aquel tiempo se negaba a jugar de otra manera. Naturalmente, me gustaría dar a conocer esto ya que tal partida no podría ser considerada como una partida inmortal. Si el señor Reinfeld me hubiese consultado antes de ir a la prensa, me hubiera gustado darle todos los detalles con pruebas de ello”.

            Parece poco probable que Steiner se arriesgase a realizar semejante aseveración en una revista de tanto prestigio, por lo que todo parece indicar que esta partida es falsa.

 

 

 

 

 

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