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Un genio extravagante

Topalov, Veselin - Ivanchuk, Vassily

Linares 1999

1.Cf3 c5 2.c4 Cc6 3.d4 cxd4 4.Cxd4 e6 5.g3 Ab4+ 6.Cc3 Da5 7.Cdb5 d5 8.a3 Axc3+ 9.bxc3 Cf6 10.Ag2 0–0 11.Db3 dxc4 12.Dxc4 e5 13.Cd6 Ae6 14.Dd3 e4 15.Cxe4 Cxe4 16.Axe4 Tad8 17.Dc2 Cd4 18.Db2 Cxe2 19.Rxe2 Tfe8 20.Db4 Dh5+ 21.f3 f5 22.g4 Dh3 23.gxf5 Axf5 24.Dc4+ Rh8 25.Te1 Txe4+ 0–1

    

Después de 18.Db2                 Después de 25.Te1

 

Premio de belleza del torneo

         Nos encontramos en el torneo de Linares, territorio favorito y casi coto privado de Gary Kasparov. Kasparov siempre reservaba la misma habitación del Hotel Anibal cuando acudía a Linares y también la misma mesa y la misma silla en el comedor del hotel... éste era un dato de dominio público.

         Antes del comienzo de la 13ª ronda de la edición del 99, justo en la que se jugó la partida que ven más arriba, Ivanchuk entró en el comedor y se sentó directamente en la silla de Kasparov. Rápidamente un camarero se acercó discretamente decidido a llamarle la atención y le pidió que se levantase... Ivanchuk le contestó que sería cosa de 5 minutos, que sólo deseaba absorber la energía de Kasparov, a lo que el camarero, en estado de perplejidad, no supo qué responder. Un instante después la madre de Kasparov, que llevaba en persona todos los asuntos de Kasparov y era rígida en extremo, hizo su aparición en el comedor. Al ver a Ivanchuk en la silla de su hijo, se acercó con rapidez y se lo recriminó airadamente... cuando Ivanchuk le explicó sus motivos, no pudo contener la risa y permitió que continuase con su sensorial tarea. Hay veces que la vida sólo se puede afrontar con una sonrisa.

 

 

 

 

 

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