En 1976, en tierras leonesas,
se disputó un mini-match entre dos jugadores que se
encontraban en la plenitud de sus carreras y que eran dos
de los máximos exponentes de la nueva generación de
ajedrecistas españoles. El encuentro se
jugó únicamente a dos partidas, pero ambas fueron de una
intensidad enorme, jugadas con el cuchillo entre los
dientes. Y esto no fue una sorpresa, ya hemos visto que Nepomuceno tenía un
estilo agresivo, pero Bellón no le iba a la zaga en ese
aspecto, algo que ha demostrado durante toda su carrera
firmando numerosas partidas de altísimo nivel táctico.
El resultado fue de 1-1, apuntándose ambos jugadores una
victoria conseguida con la antigua estrategia de lanzarse
al ataque sin mirar atrás. La partida que ganó Bellón
no tiene desperdicio, por lo que también he decidido incluirla:
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