NOTA:
Esta es la versión corta, donde no se desvelan partes
importantes de la trama. Si quiere conocer este libro más
en profundidad lo puede hacer en: VERSIÓN
EXTENDIDA.
Eleni es una apacible madre
de familia que vive una vida sin sobresaltos en la isla
griega de Naxos. Esta vida, donde todo está
estructurado y controlado, está acabando poco a poco
con su espíritu. Es entonces cuando el ajedrez hace
aparición en su vida, y lo hará de una forma
inesperada. Mientras limpia una habitación en el
hotel donde trabaja encuentra una pieza de ajedrez, es
entonces cuando repara en un tablero con una
partida a medio jugar.
Desde ese primer encuentro Eleni se queda hechizada por
el ajedrez y no parará hasta conseguir aprender a
jugar. Finalmente conseguirá su propósito y esto
cambiará completamente su vida... aunque no voy a
desvelar si de una forma positiva o negativa. El ajedrez
estará presente durante toda la obra y será el objeto
de discordia y felicidad sobre el que gire toda la
trama.
Realmente
no se puede decir que este libro sea una obra de arte,
pero aborda un tema muy importante: la opresión sufrida
por la mujer por parte de una sociedad que la ha ido
arrinconando desde hace siglos. Eleni representa a todas
esas mujeres que se revelan ante su injusto destino,
siempre condenadas a estar en un segundo plano y a
disposición de sus maridos y familias. Bertina Henrichs
acierta en su visión sobre la lucha interior que libra
una mujer que ha hecho algo que se sale de lo habitual,
simplemente jugar al ajedrez, y que la sociedad rechaza,
un cruce de sentimientos entre hacer lo que te pide el
corazón y el temor a las represalias de tus las
personas que te rodean.
Y es que desde niñas a las mujeres se les desaconseja
la práctica de ciertas actividades, las que osen
saltarse estas normas recibirán el rechazo de sus
semejantes, incluso de personas de su mismo género. La
solución parece clara y está en una educación
igualitaria desde la cuna, tanto para hombres como para
mujeres, sólo de esa manera caminaremos hacia un mundo
mejor y más justo.
Javier
Cordero Fernández
(14
Noviembre 2009) |