Match, Bastia 1999

1.e4 e5 2.Cf3 Cc6 3.Ab5 a6 4.Aa4 Cf6 5.0–0 b5 6.Ab3 Ac5 7.c3 d6 8.d4 Ab6 9.Ae3 0–0 10.Cbd2 Ab7 11.Te1 Te8 12.d5 Ce7 13.Axb6 cxb6 14.Ac2 Dd7 15.Ad3 Tec8 16.Tc1 Tc7 17.b4 g6 18.De2 Tac8 19.c4 Cexd5 20.exd5 Cxd5 21.Ae4 f5 22.Axd5+ Axd5 23.Dd3 Ae6 24.Cg5 bxc4 25.Dh3 De7 26.Cxe6 Dxe6 27.Dc3 b5 28.f4 e4 29.Cf3 Df7 30.Cd4 d5 31.Tcd1 Te8 32.Rf2 Dg7 33.h4 Tce7 34.Te3 Td7 35.h5 Dh6 36.Ce2 Dxh5 37.Df6 Dh6 38.Dc6 Ted8 39.De6+ Rh8 40.Th3 Dg7 41.Cd4 Td6 42.De5 Dxe5 43.fxe5 Tb6 44.Re3 Rg7 45.Ce2 Te6 46.Cd4 Txe5 47.Cc6 d4+ 48.Rf4 Ted5 49.Cxd8 Txd8 50.Ta3 d3 51.Txa6 c3 52.Tc6 c2 53.Tc7+ Rf6 54.Tc6+ Rf7 55.Tc7+ Rf6 56.Tc6+ Rf7 57.Tc7+ Re6 58.Th1 d2 59.Txc2 d1=D 60.Txd1 Txd1 61.Tc6+ Td6 62.Tc5 Td2 63.Txb5 Txg2 64.a4 g5+ 65.Re3 Tg3+ 66.Rd4 Td3+ 67.Rc4 Ta3 68.a5 g4 69.Tb8 g3 70.Tg8 Re5 71.Rb5 f4 72.a6 e3 73.Rb6 Re4 74.a7 e2 75.b5 0–1

Después de 19.c4                   Después de 46.Cd4

Bacrot obtuvo el triunfo en este match a partidas rápidas: 3 - 1

            A pesar de haber reproducido miles de partidas, el ajedrez no deja de sorprenderme. Siempre aparece alguna joya escondida que consigue dejarte clavado ante el tablero (en este caso frente al ordenador). En esta ocasión el autor de la obra es Etienne Bacrot, antiguo niño prodigio y gran promesa del ajedrez, augurios que no se confirmaron del todo en un jugador que hoy en día alterna el ajedrez con el poker.

            Esta es una partida preciosa y extraña. Bacrot, tras hacer dos sacrificios, consigue una masa de peones formidable que están unidos como los eslabones de una perfecta cadena. Judit, siguiendo los principios de Nimzowitsch, sitúa sus piezas delante de los peones tratando de bloquearlos... pero ese dique era demasiado frágil y terminó rompiéndose, por lo que la masa de peones pudo continuar su imparable camino en pos de convertirse en dama.

            Bacrot logró transformar una posición cerrada en una posición ganada a través de táctica pura, prescindiendo de una de dos de sus piezas intuyó que el dominio del centro y los peones pasados serían suficiente compensación. Tras la jugada 52 la simetría de los 6 peones en diagonal parece sacada de un estudio artístico, algo realmente difícil de ver y que da a esta partida un toque de belleza especial. Veamos esa posición:

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            Esta posición es de aplastante dominio del negro, no hay forma de poder detener a la infantería, la cual se encuentra demasiado cerca de la meta. Una preciosa demostración de las infinitas posibilidades del ajedrez, donde crear y dar rienda suelta a la imaginación siempre es posible.