| En
                casa del herrero, cuchillo de palo 
 
                  
                    
                      | Spielmann,
                        Rudolf - Eliskases, Erich Match,
                        Linz
                        1932 1.d4 d5
                        2.Cf3 e6 3.c4 c6 4.Cc3 dxc4 5.e4 b5 6.e5 Ab7 7.Ae2 Ce7
                        8.Ce4 Cd5 9.0–0 Cd7 10.Cfg5 Ae7 11.f4 g6 12.f5 exf5
                        13.e6 fxe6 14.Cxe6 Db6 15.a4 fxe4 16.a5 Da6 17.Dc2 C7f6
                        18.Txf6 Axf6 19.Dxe4 Rf7 20.Cc5 Tae8 21.Df3 Txe2 22.Cxa6
                        Te1+ 23.Rf2 The8 24.Cc5 Ac8 25.b4 Rg8 26.Ab2 T1e3 27.Dd1
                        c3 28.Ac1 c2 29.Dxc2 Te2+ 30.Dxe2 Axd4+ 31.Ae3 Txe3
                        32.Df1 Ta3+ 0–1 |      
 
                  
                    
                      |  Después
                        de 14...Db6                 
                           Después de 17...C7f6                      
                        Después de 21.Df3
           
 Eliskases
                        venció ajustadamente en este match:
                        5'5 - 4'5 |    
                  
                    
                      |         
                        Nunca una partida se mereció tanto este título. Rudolf
                        Spielmann fue un maestro con espíritu romántico a
                        pesar de vivir en una época donde el pragmatismo había
                        ganado terreno en el mundo del ajedrez. Su forma de
                        jugar fue única, siempre preocupado por firmar los
                        ataques más demoledores, por crear las jugadas las
                        jugadas más brillantes. En esta partida jugó con la
                        determinación de siempre, intentando crear una nueva
                        obra de arte... aunque no contaba con que su rival
                        podía idear un contraataque tan brillante como el plan
                        que él mismo había elaborado, lo que se tradujo en
                        sorpresa y estupor por la derrota. Se puede entender que
                        para el herrero es más prudente tener cuchillos de palo
                        en el calor de su hogar. |  
               
              
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