Cracovia 1941

1.e4 e6 2.d4 d5 3.Cc3 Cf6 4.Ag5 dxe4 5.Cxe4 Ae7 6.Axf6 Axf6 7.Cf3 Cd7 8.Dd2 Ae7 9.0–0–0 c6 10.Ad3 Dc7 11.The1 b6 12.Rb1 Ab7 13.Ceg5 h6 14.Cxf7 Rxf7 15.Txe6 Rxe6 16.Ac4+ Rf6 17.Te1 Cf8 18.Dc3 Rg6 19.Dd3+ Rf6 20.Ce5 Ac8 21.Df3+ Af5 22.g4 Dc8 23.gxf5 h5 24.Cg6 Ab4 25.Te6+ Cxe6 26.fxe6+ Rxg6 27.Ad3+ 1–0

Después de 13...h6                Después de 24...Ab4

Partida bautizada como: 'Las recetas tradicionales'

         Para jugar una partida de este tipo, con un ataque al estilo clásico, hay que tener un estado de ánimo positivo. No todos los días se pueden desatar tempestades en el tablero, porque ante todo, los ajedrecistas dependen en gran medida del estado emocional, el cual puede variar drásticamente de una ronda a otra. Schmidt jugó aquí su partida más recordada, un ataque contra un rey sin enrocar, nada sencillo, en mi opinión, porque las negras han desarrollado todas sus piezas aunque no estén demasiado activas.

        Shmidt consigue extraer al rey enemigo sacrificando una torre y un caballo. La mala colocación del monarca lastra el juego de las negras durante toda la partida, las amenazas de las pocas piezas blancas impiden que las fuerzas negras se puedan reagrupar y tras otras sensacionales combinaciones Schmidt logró una red de mate sorprendente.

         Paul Félix Schmidt fue un caso más de un jugador de origen soviético (en concreto procedía de Estonia) que decidió emigrar a los Estados Unidos en busca de la promesa de las mil oportunidades. Muchos fueron los ajedrecistas que siguieron este camino y muy pocos los que pudieron dedicarse en exclusiva al ajedrez, la mayoría de ellos se vieron obligados a volcarse en otros oficios, o como el caso de Rossolimo en varios ocupaciones distintas a la vez. Era una época donde el ajedrez profesional prácticamente sólo existía en la URSS, donde los jugadores tenían todas sus necesidades cubiertas, lo que les permitía dedicarse en exclusiva al ajedrez. Casos como el de Samuel Reshevsky o Reuben Fine son muy ilustrativos sobre este hecho.

         Schmidt decidió encaminar sus pasos hciaa Alemania, donde siguió jugando torneos con asiduidad, para luego dirigirse a Estados Unidos donde trabajó como profesor de química en la Universidad de Heidelberg y abandonar casi por completo la práctica del ajedrez... siempre nos quedará esta partida para que su nombre no quede en el olvido.