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Los soldados toman el mando

Caricatura de un soldado moderno

Zukertort, Johannes - Noa, Josef

Frankfurt 1887

1.d4 e6 2.c4 Cf6 3.a3 b6 4.Cc3 Ab7 5.f3 Ch5 6.Ch3 Cc6 7.e4 e5 8.d5 Cd4 9.Ae3 c5 10.f4 exf4 11.Axd4 cxd4 12.Cb5 Dh4+ 13.Cf2 Cf6 14.Cc7+ Rd8 15.Cxa8 Cxe4 16.Df3 f5 17.Ad3 Cg5 18.De2 Ad6 19.0–0–0 Te8 20.Dc2 g6 21.Rb1 Axa8 22.Tdg1 Cf7 23.g3 Df6 24.g4 Ce5 25.gxf5 Cxd3 26.Cxd3 Dxf5 27.Te1 Te3 28.Txe3 dxe3 29.Tf1 f3 30.Ce1 f2 31.Dxf5 fxe1=D+ 32.Txe1 gxf5 33.Txe3 Axh2 34.Th3 Ad6 35.Txh7 Rc7 36.b4 Ag3 37.Rc2 b5 38.Rd3 bxc4+ 39.Rxc4 Rd6 40.Th6+ Re5 41.d6 f4 42.Rc5 Af2+ 43.Rc4 f3 44.Th5+ Rxd6 45.Rd3 Ae1 0–1

Después de 13.Cf2

 

            Noa sacrifica una torre para conseguir una poderosa vanguardia de peones, los soldados más humildes se convertirán en los héroes de la batalla. El final también nos demuestra lo bien que funciona la pareja de alfiles con mucho espacio por donde poder moverse. Una partida que puede ser mostrada a toda persona que esté aprendiendo a jugar para alertarle sobre el valor relativo de las piezas y como a veces, sacrificando material, se obtienen poderosos ataques que decantan la balanza a nuestro favor. Esto es el ajedrez, un juego con posibilidades infinitas en el que no se pone límite a la imaginación.

            Josef Noa fue un jugador modesto que no brilló demasiado a lo largo de su carrera, pero en esta ocasión hizo una gran demostración ante uno de los mejores jugadores del mundo (Zukertort sólo fue superado por Wilhelm Steinitz).

 

 

 

 

 

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