Una verdadera pena para el letón-español, jugó con ambición, con
riesgo y atacó con contundencia, pero el reloj le impidió llevarse el
triunfo. Se llegaba a la última ronda con 4 jugadores optando al
triunfo: Carlsen con 8 puntos, Shirov y Kramnik con 7'5 y Anand con 7.
Carlsen pasaba por dificultades y como mucho podría sacar unas tablas,
con riesgo de derrota... era la gran oportunidad de Shirov y decidió no
desaprovecharla.
Al seguir las partidas en directo me vino a la cabeza el sacrificio en h6 allá por la jugada 22, digamos que era una intuición porque me
resultaba muy complicado calcular las variantes que resultaban. Shirov
parece que lo vio claro y se lanzó a atacar con muy poco tiempo en su
reloj y bastante lejos del control de 40 jugadas. El ataque fue exitoso,
la dama negra controlaba las decisivas a8 y d8, pero con la simple b4 la dama
blanca podría entrar de forma contundente en a8 y decidir la partida...
desgraciadamente a Shirov sólo le quedaban
2 segundos para hacer 10 jugadas, Lenier, todo un caballero, le daba
tablas en reconocimiento a la ventaja de las blancas. Una lástima, una
partida tan bonita hubiese entrado en la historia de haber terminado en
victoria, hubiese sido una gesta inolvidable al haber supuesto el
triunfo en un torneo de prestigio como es Wijk aan Zee.
La última ronda ha sido atípica. A Carlsen le servían unas tablas y
debería haberlas buscado, sin embargo decidió arriesgar y estuvo a
punto de perder. Parece que Carlsen necesita demostrar algo, la presión
de tener detrás a Kasparov debe ser grande y creo que no jugó con
lógica. En Wijk aan Zee no hay desempates, por lo que debería haber
jugado con tranquilidad en busca de un empate. El que debería haber
arriesgado fue Kramnik, pero no le dio la gana, una vez más decidió
avergonzar al mundo del ajedrez y al mundo del deporte y firmó unas
bochornosas tablas en 21 jugadas renunciando al torneo. Jugadores como
Kramnik son una lacra para el mundo del ajedrez, hacen un daño terrible
transmitiendo una pésima imagen al exterior, es imposible comprender
que un deportista renuncie a intentar ganar un título.
Visto lo visto, Shirov se podría haber llevado el triunfo final en
solitario, pero al final la suerte sonrió a Carlsen... hay jugadores
que nacen con estrella, creo que Shirov no es de ellos.
Breve
resumen del torneo
El comienzo del torneo estuvo marcado por el dominio indiscutible de
Shirov, 5 victorias en 5 partidas llevaron su nombre a todas las portadas
de los medios ajedrecísticos. Sin embargo, había que mostrar cautela,
Shirov no había jugado todavía con ninguno de los favoritos y es allí
donde debería apretar de verdad. Los organizadores de Corus habían
contratado un reparto algo desigual buscando dar oportunidades a jugadores
de la tierra y a la hora de arriesgar los favoritos prefieren hacerlo
contra estos jugadores que contra sus máximos rivales.
Mención aparte se merece Anand, que se dedicó a hacer tablas durante las
primeras rondas para terminar siendo juez y verdugo al derrotar a Shirov y Kramnik
justo cuando ambos eran líderes en solitario. Esas dos victorias no
sirven para encubrir su discreta actuación, con tablas rápidas
constantes. Un campeón del mundo está obligado a ofrecer algo más y si considera que eso puede
interferir en su preparación para el campeonato del mundo debería haber
rechazado la invitación de Corus. Creo que Anand ha decepcionado a muchos
aficionados, dando la sensación de no haber venido en busca del torneo.
Desde un principio parecía claro que Shirov, Kramnik y Carlsen se
jugarían el torneo. Intensa fue la partida entre Kramnik y Shirov, con el
ruso líder con medio punto de ventaja. Las partidas que disputan estos
dos jugadores siempre tiene como telón de fondo lo acaecido en Cazorla,
algo que ha marcado la carrera de Shirov. Shirov trató de apretar al
máximo, pero Kramnik se defendió con orden y logró unas tablas.
Curiosamente un indolente Anand se encargó de dejar el torneo en bandeja
a Carlsen al derrotar a Shirov y Kramnik, un desenlace inesperado y
extraño.
Durante el torneo hemos visto a un Ivanchuk que juega sin chispa, sin
ambición, tal vez necesite unas vacaciones largas para recuperar la
ilusión. Un Leko que ofrece lo de siempre: muchas tablas. Un agresivo
Nakamura, que nos ha dejado alguna partida interesante. Y los jugadores
más modestos, que han ocupado las últimas plazas como era de esperar.
No ha sido un torneo demasiado brillante, pero siempre nos queda Shirov para
hacernos disfrutar, con él el ajedrez es algo divertido
y emocionante... otros se dedican a demostrarnos justo lo contrario. |