Teimour Radjabov estaba contra las cuerdas, pero se
revolvió y golpeó duro a Ivanchuk, consiguiendo
noquearle. El azerí necesitaba la victoria
imperiosamente, ya que Ivanchuk había vencido en la
primera partida. En juego estaba el pase a semifinales y
la cercanía al objetivo final: una de las dos plazas
para el torneo de candidatos. El ataque es fuerte y bien
calculado, especulando con la fuerza del peón de la
columna h y las escasas fuerzas negras para defender su
posible coronación. Radjabov sabía que con este ataque
se estaba jugando el todo por el todo, ya que la posición
quedaba tan desequilibrada que el empate no parecía una
opción lógica. Hoy volverán a luchar en los
desempates, esperamos que siga el espectáculo.
Durante sus primeros años Radjabov fue un jugador
agresivo, con frecuentes golpes tácticos en sus
partidas. Siempre se caracterizó por tener un juego
imaginativo, pero los resultados no fueron los que él
deseaba, a pesar de estar entre los mejores del mundo
casi de continuo. Por ello, Teimour cambió su estilo,
empezó a jugar de forma más conservadora, sin correr
tantos riesgos en los tablero... pero los resultados
siguieron siendo similares, incluso algo peores. En el
ajedrez no puedes ir en contra de tu espíritu, no es
aconsejable luchar contra tu propia forma de ser y
cambiar un estilo de juego no es una tarea tan sencilla
como pueda parecer.
Teimour
Radjabov en un momento de la partida
Los cuartos de final han traído la eliminación de
Judit Polgar, una pena, ya que la húngara estaba
jugando con la agresividad de siempre y sus partidas
eran las más entretenidas. Que Judit hubiese llegado a
la final habría representado un notición, un hito para
el ajedrez femenino y para la mujer en general, pero no
ha podido ser. También Grischuk está en semifinales y
lo ha logrado con su habitual forma de jugar: sin muchos
destellos, pero muy rocoso y difícil de derrotar. De
hecho Grischuk salva muchas posiciones en las que está
inferior y lo suele hacer cuando el reloj más aprieta,
una forma extraña de jugar, siempre entre la espada y
la pared.
En esta Copa del mundo se está viendo un bonito espectáculo,
aunque sigo sin estar de acuerdo con el formato de dos
partidas lentas y desempates a rápidas, relámpago y
armagedón... no me parece una forma seria de medir la
fuerza de los participantes cuando se está disputando
una competición tan importante. Veo válidos los
desempates para ciertos torneos, donde lo que se busca
es espectáculo. Pero esto es el ciclo de candidatos y
lo que se está buscando es dirimir quien es el mejor
ajedrecista del planeta, por lo que no es serio hacerlo
en partidas llenas de errores donde los jugadores apenas
disponen de unos pocos segundos para meditar las
jugadas. Por no hablar de la terrible injusticia del
armagedón, el jugador que tenga la mala suerte de jugar
con blancas está obligado a ganar, algo sumamente difícil
a pesar de que disponga de un minuto más. Yo apostaría
por reducir el número de participantes, que son más de
150, y hacer los matches a más partidas, como mínimo a
4 y mejor a 6.
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