Mamedyarov juega duro. De eso no hay duda. El mérito
aumenta cuando la cita es tan importante como el Grand
Prix de Londres, donde hay en juego dos plazas para el
torneo de Candidatos. En el resto de partidas, tras 3
rondas, estamos viendo estrategias conservadoras. Nadie
quiere arriesgar y es lógico, hay mucho en juego y
entiendo que se debe ir con pies de plomo. Sin embargo,
Mamedyarov no casa con esta filosofía y suele buscar
las complicaciones en sus partidas.
Hace una hora ha barrido, literalmente, del tablero a
Anish Giri. En una posición donde el rey está en el
centro, todo buen jugador táctico tiene que apretar, y
así lo hizo Mamedyarov, que aprovechando principios
fundamentales de la táctica (columnas abiertas,
clavadas, desviación) arrolló a su rival sin compasión.
Jugar de esta manera conlleva un gran riesgo, porque a
esos niveles es habitual competir contra jugadores muy
rocosos y complicados de derrotar, pero hoy Mamedyarov
seguro que duerme a pierna suelta y con una sonrisa en
su cara por el deber cumplido.
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