Ya he comentado por aquí la metamorfosis que ha sufrido
el juego de Kramnik desde hace más de un año. Partidas
como la que ha jugado hoy en Londres eran impensables
durante los 90 y hasta hace bien poco. Ahora parece
disfrutar con su profesión y se embarca en aventuras
que suele llevar a buen puerto; antes, incluso cuando
fue campeón del mundo, parecía hastiado del ajedrez y
no le importaba arrastrar su nombre y su reputación por
el suelo jugando partidas realmente insulsas (cuando no
le daba por ofrecer tablas en la cuarta jugada).
Por fortuna, ha decidido tomar el camino contrario y está
jugando partidas muy interesantes. Todo esto puede estar
motivado por una disminución de la presión que sentía
en cada torneo, ya que se ha visto superado por jóvenes
talentos como Aronian y Carlsen, sobre los que recae la
atención del momento. Sea como fuere, disfrutemos de
los últimos años de un jugador con mucho talento,
talento que mantuvo oculto durante una larga temporada
(un invierno demasiado crudo) y que ahora ha destapado
con toda su fuerza. |