En San Sebastián se han dado partidas espectaculares
por un lado y verdaderos bodrios por el otro. Una vez más,
y no me cansaré de denunciarlo, los jugadores 'han
deleitado' a los aficionados con apasionantes tablas en
poco más de 10 jugadas (2 partidas en 12 jugadas y una
en 14,16, 17, 18...). En fin, la misma historia de
siempre. Parece que hay organizadores que no aprenden y
confían en la honestidad de los jugadores, pero empieza
a ser evidente que la única solución es la norma de
Sofia (prohibido firmar tablas antes de la jugada 40)...
obligar a unos profesionales a hacer su trabajo, un
trabajo que, como en este torneo, está muy bien
remunerado... que triste. Si esto se hiciese en
cualquier otro deporte estos señores recibirían algún
tipo de sanción o no se les permitiría volver a
torneos grandes, pero en el ajedrez ocurre a diario y
parece que a pocos les importa. Eso sí, todo el mundo
pide que se nos reconozca como deporte, que seamos olímpicos,
etc, pero nadie (excepto Leontxo García) escribe en
contra de estos desmanes y estas partidas bochornosas
que dejan al ajedrez a la altura de un 'juegucho' donde
se arregla el resultado antes de cada partida.
Aficionados que se sienten estafados, organizadores que
se sienten estafadísimos, esto es el ajedrez del siglo
XXI. Para personas como yo, que nos encanta este juego,
esto es desolador y nos tenemos que contentar con bucear
en la historia en busca de otras épocas donde se competía
de verdad. Esta es la cruda realidad.
Si no me creen, echen un vistazo a las partidas de la última
ronda: 4 tablas sin lucha en 5 de los
tableros. |