El ajedrez táctico no ha estado muy presente en
Valencia, sólo esta partida tuvo un ataque directo
contra el enroque. Esto no nos puede sorprender, cuando
un jugador va ganando en veteranía tiende a jugar de
manera más cuidadosa, el ímpetu de la juventud se va
apagando con el paso de los años y todos los jugadores
se vuelven más conservadores... ley de vida. Me
sorprende que un jugador tan precavido como Karpov
decidiese movilizar todas sus piezas al flanco de dama,
toda una invitación para que el ogro se lanzase al
ataque. Al final el rey se encuentra totalmente expuesto
ante la dama y torre blancas, pan comido para un jugador
que domina la táctica como Kasparov.
Este duelo ha levantado gran expectación, aunque para mí
no tenía demasiado interés, ha sido más un acto mediático
que una lucha en el tablero. Hay que empezar por el
error que supone enfrentar a dos jugadores en partidas rápidas,
ritmo en el que evidentemente no pueden desplegar todo
su potencial. Por no hablar de las partidas blitz, con
situaciones esperpénticas como la de la primera
partida: victoria de Karpov por tiempo cuando sólo tenía
rey y 2 peones por 4 peones y torre de Kasparov. Supongo
que se ha tratado de buscar espectáculo de cara al público,
ya que mucha gente no soporta la 'lentitud' de una
partida de 5 horas, pero las partidas blitz se
convierten en muchas ocasiones en una lotería que no
sirve para evaluar el nivel de un jugador.
Otro punto a tener en cuenta era la evidencia de que el
nivel de Karpov, en la actualidad, es muy inferior al de
Kasparov. Yo he podido ver a Karpov en directo no hace
mucho y la verdad es que no está a la altura de la élite
mundial, sus resultados en estos últimos años así lo
confirman. Kasparov, por contra, se retiró en lo más
alto del mundo del ajedrez y conociendo su talento
natural no es de extrañar que su nivel siga siendo muy
fuerte a pesar de los años de retiro (además, supongo
que los entrenamientos con Magnus Carlsen le han puesto
al día en cuanto a su preparación de las aperturas).
Con estos ingredientes lo que sucedió no creo que haya
sorprendido a nadie: |