Y el niño prodigio confirmó las expectativas
levantadas al lograr el título de campeón del mundo
sub-10 y sub-12. Además fue el ajedrecista más joven
en obtener el título de Maestro Internacional. Todo
auguraba el nacimiento de un futuro campeón del mundo,
uno de esos extraños casos que dominan el juego sin
demasiado esfuerzo.
Sus comienzos hicieron presagiar que los augurios podían
cumplirse en un futuro no muy lejano, ya que su irrupción
en el mundo del ajedrez vino acompañado de muchas
victorias y buen juego. Dorfman, su entrenador y antiguo
preparador de Kasparov, declaró que el joven Bacrot tenía
más talento que el joven Kasparov (en la época de su
adolescencia). Pero tras situarse entre los primeros del
mundo, su juego se estancó y entró en una dinámica
irregular que no le ha abandonado. Últimamente su
nombre suena con más fuerza en el mundo del póquer que
en el mundo del ajedrez, pero de vez en cuando nos
deleita con alguna bella partida, recuerdo de su enorme
talento. |