Melody Amber es un torneo especial. Las partidas rápidas
y a la ciega dan gran dinamismo al juego, por lo que
suele haber grandes luchas y mucho ajedrez táctico.
Pero esta edición no ha sido tan brillante como las
anteriores (2007
y 2008),
apenas hemos visto combinaciones que hayan llegado a
buen puerto, pero eso sí, ha habido lucha, emoción y
partidas interesantes. La presencia de Kramnik, Leko o
Wang Yue no hacía presagiar juego táctico. Si a eso
unimos el bajo momento de forma de Morozevich o que
Topalov parece estar más preocupado por su preparación
para el campeonato del mundo, tenemos la explicación de
la escasa creatividad mostrada. Caso aparte es el de
Magnus Carlsen, jugador que solía deslumbrarnos con algún
destello de genialidad, pero que últimamente no se
prodiga demasiado. Tengo la sensación de que el noruego
está pensando a largo plazo, en concreto en sus
posibilidades de luchar por ser campeón del mundo.
Parece estar cambiando su estilo hacia un juego
posicional, tal vez para mejorar en ese apartado y ser más
sólido.
El dominio inicial correspondió a Kramnik, Aronian y
Morozevich (gran especialista en este torneo). Pero una
vez superado el ecuador del torneo las tornas cambiaron
y Anand y Carlsen se unieron a los favoritos.
Finalmente, Aronian consiguió destacarse y se llegó a
la última ronda con Levon líder, seguido de Carlsen y
Anand a un punto. La última ronda fue muy bonita, en
las partidas a la ciega los jugadores perdieron todas
sus inhibiciones y se lanzaron al ataque, con partidas
preciosas llenas de golpes tácticos. Aronian consiguió
dos tablas y terminó como líder en solitario. Kramnik,
con dos triunfos, consiguió finalizar en segundo lugar.
En la última ronda se jugó un duelo titánico,
Karjakin e Ivanchuk estuvieron luchando durante 111
jugadas y eso que la partida era a la ciega. No quiero
imaginarme el desgaste físico que tiene que producir un
esfuerzo así, finalmente Karjakin se impuso en un
complicado final de damas y peón doblado.
La modalidad a la ciega siempre resulta un gran espectáculo,
algo casi sobrenatural. Aunque en esta edición hemos
podido ver algunos errores garrafales, lo que tal vez
podría dar pie a un debate sobre la utilidad de esta
modalidad de juego, donde se cometen demasiados errores.
Mi opinión a este respecto es clara, el ajedrez a la
ciega resulta precioso de cara al público y al
aficionado, y merece la pena ver a los mejores del mundo
en esta disciplina. Veamos alguno de los errores
mencionados: |