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Una partida para crear afición

Afición del Real Valladolid

Aronian, Levon - Ivanchuk, Vassily

Bilbao Masters, Sao Paulo 2011

1.Cf3 d5 2.c4 e6 3.d4 Cf6 4.Cc3 Cbd7 5.Ag5 Ab4 6.cxd5 exd5 7.Cd2 c6 8.e3 Cf8 9.Ad3 Ae7 10.Dc2 Ce6 11.Ah4 g6 12.h3 0–0 13.Cf3 a5 14.g4 b5 15.Ce5 Ab7 16.f4 c5 17.f5 cxd4 18.fxe6 dxc3 19.0–0 d4 20.Cxf7 Dd5 21.Axf6 Dh1+ 22.Rf2 Dxh3 23.Re1 cxb2 24.Dxb2 Ab4+ 25.Rd1 Af3+ 26.Txf3 Dxf3+ 27.Ae2 Dxf6 28.g5 Dg7 29.Dxd4 Txf7 30.exf7+ Dxf7 31.Tc1 Tb8 32.a4 Db3+ 33.Tc2 Db1+ 34.Tc1 Db3+ 35.Tc2 Tc8 36.Ac4+ bxc4 37.Dd5+ Rf8 38.Dd7 Te8 0–1

Después de 20.Cxf7

 

Un contraataque furioso

 

Legionarios romanos en plena batalla

 

           Partidas como esta engrandecen al ajedrez y lo convierten en un espectáculo digno de ser visto. No suele ser lo habitual, pero ayer en Bilbao vimos una partida donde ambos jugadores se quitaron sus protecciones y complementos de seguridad, para enzarzarse en una lucha que conducía a caminos intrincados y desconocidos. Aronian e Ivanchuk jugaron con la vista puesta en el rey enemigo, sólo pensando en la victoria, y nos brindaron unas horas de diversión ante la pantalla del ordenador.

            Realmente fue Aronian el que jugó con más decisión, al menos al principio. El armenio situó sus piezas con vistas a un ataque futuro, sin importarle demasiado la seguridad de su rey... pero Ivanchuk no perdió la compostura y supo esperar su momento. En posiciones de este estilo uno no llega a saber quien tiene ventaja, Aronian estaba atacando con todo, pero su rey estaba absolutamente desprotegido, por lo que todo eran incógnitas.

            Hay que decir que Ivanchuk fue realmente astuto, entregó una pieza para lograr infiltrar su dama en las cercanías del rey enemigo, que pasó a convertirse en un mero títere en manos de las fuerzas enemigas. Rápidamente se vio que los alfiles negros iban a destrozar la posición blanca, tenían multitud de huecos por los que colarse con tanta diagonal abierta y de repente todo dio un giro de 180º. Ahora eran las blancas las que estaban asfixiadas y contra las cuerdas, y las piezas negras las que estaban formidablemente situadas para poder atacar. Los últimos movimientos se realizaron con poco tiempo en los relojes, lo que hizo que a Ivanchuk se le escapase una variante que conducía a la victoria con rapidez (con 27...Dh1+)... pero eso poco importaba, la partida había sido una lucha preciosa con ataques y contraataques, un recordatorio de lo que el ajedrez puede llegar a ser y muchas veces no es.

 

 

 

 

 

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