Partidas como esta engrandecen al
ajedrez y lo convierten en un espectáculo digno de ser visto. No suele
ser lo habitual, pero ayer en Bilbao vimos una partida donde ambos
jugadores se quitaron sus protecciones y complementos de seguridad,
para enzarzarse en una lucha que conducía a caminos intrincados y
desconocidos. Aronian e Ivanchuk jugaron con la vista
puesta en el rey enemigo, sólo pensando en la victoria, y nos brindaron
unas horas de diversión ante la pantalla del ordenador.
Realmente fue Aronian el que jugó con más decisión, al menos al
principio. El armenio situó sus piezas con vistas a un ataque futuro,
sin importarle demasiado la seguridad de su rey... pero Ivanchuk no
perdió la compostura y supo esperar su momento. En posiciones de este
estilo uno no llega a saber quien tiene ventaja, Aronian estaba atacando
con todo, pero su rey estaba absolutamente desprotegido, por lo que todo
eran incógnitas.
Hay que decir que Ivanchuk fue realmente astuto, entregó una pieza para
lograr infiltrar su dama en las cercanías del rey enemigo, que pasó a
convertirse en un mero títere en manos de las fuerzas enemigas.
Rápidamente se vio que los alfiles negros iban a destrozar la posición
blanca, tenían multitud de huecos por los que colarse con tanta
diagonal abierta y de repente todo dio un giro de 180º. Ahora eran las
blancas las que estaban asfixiadas y contra las cuerdas, y las piezas
negras las que estaban formidablemente situadas para poder atacar. Los
últimos movimientos se realizaron con poco tiempo en los relojes, lo
que hizo que a Ivanchuk se le escapase una variante que conducía a la
victoria con rapidez (con 27...Dh1+)... pero eso poco importaba, la
partida había sido una lucha preciosa con ataques y contraataques, un
recordatorio de lo que el ajedrez puede llegar a ser y muchas veces no
es.
|