Realmente en la actualidad no estamos acostumbrados a
ver este tipo de partidas. Posiciones bizarras, elección
de las variantes más agudas, ajedrez de locos y de
resultado incierto. Pero tampoco hay que llevarse a engaño,
el formato del torneo, tipo match, y el ritmo de las
partidas tienen mucho que ver en esto. El primer motivo
que se debe tener en cuenta es que no hay elo en juego,
algo que libera de presión a los participantes. El
segundo es que en un match de varias partidas se puede
subsanar cualquier error que te haga perder una partida,
siempre tendrás otras donde intentar dar la vuelta a la
situación.
Personalmente echo de menos un ajedrez donde no haya
miedo a cometer un error, porque parece que nos hemos
olvidado de que somos humanos y cometemos errores. No,
nunca podremos jugar como los programas, que parece ser
la aspiración de esta nueva generación. Si corres
riesgos en posiciones difíciles es natural equivocarte,
pero también aumentas tus posibilidades de huir de las
tablas y pelear por la victoria. El conformismo está
matando lentamente al ajedrez, y más teniendo en cuenta
la lucha que caracterizó el juego en otras épocas no
tan lejanas.
Sin embargo, en León todo parece diseñado para el
espectáculo, que es lo que el ajedrez, como deporte,
debería ser, y parece que los jugadores se contagian de
esta atmósfera y tratan de aportar su granito de arena.
A veces perdemos de vista este detalle, las tablas sin
lucha, las posiciones donde no se juega nada y la falta
de pelea por el triunfo hacen que el ajedrez se devalúe
y pierda el rango de deporte. ¿Quién quiere ver un
partido de cualquier deporte donde ambos equipos se
niegan a atacar?... es impensable, pero en el ajedrez es
algo cotidiano e incluso defendido con fervor por muchos
GM. Mal futuro nos aguarda si no conseguimos cambiar
esta tendencia.
Estamos ante una partida, la segunda del match, con una
posición complicada, llena de recovecos y trucos tácticos
que no tiene un rumbo fijo. Shirov arriesgó mucho
buscando una posición complicada y parece que estaba
peor, pero con Shirov no te puedes confiar, nunca sabes
en que momento puede realizar una pase mágico que
voltee la situación. Todos los resultados eran
posibles, ya que ambos bandos trataban de atacar, lo que
convirtió la lucha en algo entretenido y digno de ser
seguido. Anand es un jugador que siempre encuentra la
jugada perfecta, parece un Capablanca moderno, salvando
las distancias, por lo que poco a poco fue decantando la
posición a su favor. El remate de la partida es bonito,
aunque Vishy lo tenía todo bajo control y el rey negro
estaba condenado y listo para el ajusticiamiento. |