Cada vez son más los casos de ajedrecistas que
compaginan su carrera en el tablero con el azar en las
mesas de poker. Ese es el caso de Almira Skripchenko,
que sigue compitiendo en torneos de ajedrez, pero también
lo hace en torneos de poker. No hay que ser Einstein
para darse cuenta de que esto mermará su preparación
en el ajedrez, algo compensado por el aumento en sus
ingresos monetarios... cuestión de prioridades.
Las capacidades adquiridas por cualquier ajedrecista son
muy útiles en una mesa de poker: la concentración, la
capacidad de elaborar estrategias a largo plazo, etc. A
priori todo esto les convierte en candidatos a ser
grandes jugadores de poker, pero esa no es la realidad,
hay casos de jugadores que no han notado el cambio, pero
también existen otros que no han conseguido ningún
resultado en su nueva vida. De todas formas, el mundo
del poker está tratando de atraer a los ajedrecistas
hacia sus mesas, viendo un nutrido grupo de nuevos
clientes... dinero llama dinero.
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